Romper la neutralidad: Un análisis al impacto de la invasión sobre el fútbol

La invasión de Rusia sobre Ucrania ha tenido consecuencias, fuera y dentro del campo. En este análisis veremos parte de estas y como afectarán al futuro del deporte.

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“Romper la neutralidad que el deporte promueve”. 

Entidades como la UEFA (Union of European Football Associations) o la FIFA (Fédération Internationale de Football Association), principales órganos de representación del fútbol en Europa y en todo el globo , han actuado en consecuencia de la invasión rusa sobre el territorio ucraniano, que dura ya desde hace poco más de cuatro meses y que todavía nos deja un panorama social, económico y político desastroso en todas las medidas: desde el desabastecimiento alimenticio hasta las tensiones entre gobiernos europeos, llegando al ámbito deportivo y todo lo que lo rodea.

Las entidades mencionadas aguantaron hasta el último momento (cuando la sociedad hervía y las corporaciones futbolísticas demandaban inmediatez) para condenar la situación bélica no solo con “plegarias y donativos”, sino con actuación en cuanto a sanciones con efecto directo al gobierno ruso; Si bien con el Mundial de Qatar 2022 han hecho poco más que justificar su elección con “la incorporación de trabajo en el país” (ocultando los fallecimientos durante los preparativos y las libertades censuradas del país asiático ), las corporaciones más importantes del balompié también han tardado en manifestarse en este caso con tal de intentar salvar los acuerdos con empresas rusas, aunque salvando su imagen denegándolos poco después. 

De esta manera, en el consiguiente artículo, veremos cómo la invasión ha tenido un impacto estratosférico, como digo, en todos los niveles posibles en la órbita futbolística. 

El ejemplo de la UEFA i la FIFA es perfecto para comenzar con esta evaluación, pues veremos el gran conflicto de intereses que este hecho ha causado y que ha abierto la veda que las organizaciones deportivas (no solo futbolísticas) han intentado evitar durante todo este tiempo: Dejar de lado la neutralidad que impulsa los “valores” de estas entidades. En la cultura popular existe este debate desde la primera guerra mundial: “¿El fútbol está relacionado con la política?. Pues, con esto, comprobamos que efectivamente existe esa vinculación oculta que tantos años ha sido evadida. Por último, dato curioso: Por “el orden y seguridad de las competiciones” se señalan en los artículos 11.2 y 14.7 de la UEFA “la prohibición de gestos, palabras, objetos u otros medios para transmitir un mensaje no apropiado, especialmente políticos, ideológicos, religiosos, ofensivos o de una naturaleza provocadora”. Hágase la paradoja.

1.) Los comienzos, las reacciones y la confusión institucional:

El inicio del conflicto un 24 de febrero de 2022 causó un efecto inmediato  en todo el mundo: Reacciones en las redes (principalmente por Twitter, donde desde las 2:00 a.m se publicaron las primeras imágenes), en los medios y, obviamente, entre el debate público, que se veía inmerso en la confusión, el pánico, la rabia, la impotencia y todos los sinónimos que describieran la frustración hacia la barbarie. El debate público tomará un papel protagonista más adelante, continuemos. 

Sin entrar excesivamente en geopolítica (aunque es inevitable), las entidades y los gobiernos más importantes del mundo condenaron la acción militar por parte de Rusia sobre territorio ucraniano. A lo largo de la semana del día 24 de febrero, sobre el país de la Europa Oriental cayeron bombardeos, ataques relámpago y ataques sobre civiles. Estos, que conmocionaron al mundo, también tuvieron un impacto inmediato en forma de condena moral y crítica inefectiva sobre un ataque que continuaba demostrando día a día su gravedad. Entre estas corporaciones, las más importantes a nivel deportivo comenzaron a planear medidas sin el soporte del capital ruso, un gran incentivo que revolucionó el mundo del deporte a inicios de los años 1920 con los inversores más importantes de la potencia apostando por mejorar deportes como el fútbol (principalmente), la natación, el básquetbol (tan importante en la era soviética) o el hockey sobre hielo, pero sobre todo, centrándose en hacer un buen papel en las olimpiadas (a pesar de las polémicas sobre dopaje que ocurren de vez en cuando). 

Así pues, las inversiones de magnates rusos llegaron en forma de renovación y euforia y, actualmente, solo cuatro hombres acumulan parte de todo el capital proveniente de Rusia. Según ‘FORBES’ y ‘Transfermarkt’, estos acumulan cerca de 21.600 millones de euros en patrimonio, entre ellos siendo el más enriquecido Román Abrahamovic (ahora expresidente del Chelsea FC, de la Premier League inglesa), quien posee una fortuna cercana a los 13.000 millones de euros  (12.760 millones). Otros magnates son Dmitri Rybolóvlev, presidente del Mónaco FC y del Cercle Brujas FC, de la Ligue 1 y la Superliga Belga, respectivamente, con un patrimonio cercano a los 6.000 millones de euros; Alexander Knaster, propietario del Pisa FC de la Serie B italiana, con uno de 1.898 millones; y Maxim Demin, presidente del Bournemouth FC de la Championship inglesa, con poco más de 1000 millones de euros. 

Estos capitales provenientes de las empresas más cotizadas de Rusia como GAZPROM (liderada por el Kremlin de Vladímir Putin), Fordstram Limited (un ‘holding’ adquirido por Román Abrahamovic) o el curioso Pamplona Capital Management (una plataforma de gestión de inversiones del ruso-británico, Alexander Knaster), empresas con las que la FIFA y la UEFA tienen relación, ya sea a modo de patrocinios, como es el caso de GAZPROM, que se comentará más adelante,  o a modo de distribuidoras. 

El interés de las corporaciones europeas, dirigentes del fútbol del “viejo continente”, era la cuestión más relevante a tratar, pues en el ámbito deportivo, la única sanción impuesta fue la prohibición del uso de la bandera, el himno o cualquier símbolo representante de Rusia en los encuentros u organizaciones, además de rechazar disputar competiciones en el país, que además, ha pasado a llamarse ‘Unión de Fútbol de Rusia’ (UFR) en las competiciones. Cambio insignificante dentro de las posibilidades, pero que entró en una decisión tomada cuatro días después del inicio del conflicto, el 28 de febrero de 2022. 

Las decisiones sobre el futuro económico de la FIFA y la UEFA fueron criticadas por demorarse hasta también el día 28 de febrero. El pueblo pidió una actuación rápida y, aquí, introducimos la importancia del debate público; La presión de los aficionados no perdonó a la FIFA ni a la UEFA, criticadas por muchas de sus decisiones con interés económico de por medio, tales como las frecuentes propuestas de cambio del formato de la UEFA Champions League con tal de “ofrecer un mayor espectáculo al público.  Estas son rechazadas en su gran medida por los aficionados y fans del fútbol, a quién las organizaciones más escuchan. 

De esta manera, siguiendo con el hilo conductor que guía las decisiones de los organismos, el público fue un gran incentivo para apresurar las medidas contra Rusia, aislándola del panorama futbolístico e impactando directamente en un gobierno que observaba como poco a poco las corporaciones dejaban de confiar en él y sus empresas. La confusión fue lo que conformó el clima futbolístico durante las primeras semanas de conflicto y nos dejó varias imágenes y actuaciones para el recuerdo, que repasaremos a través de los días en las que se produjeron.

2.) Los hechos, las medidas y las consecuencias económicas y sociales: La pérdida de la neutralidad. 

El conflicto desató una cadena de reacciones por parte de los clubes, las organizaciones (como anteriormente hemos comentado con la FIFA y la UEFA), los jugadores y los aficionados. Reacciones que dejaron claro su rechazo hacia la actuación de Rusia y mancharon el fútbol con los hechos extradeportivos, desafortunadamente, vinculados con el belicismo. 

2.1) Medidas y hechos:

  • Como se esperaba, la Liga Ucraniana de fútbol (Ukraine Premier League) tuvo que ser suspendida. La competición, a día de hoy, sigue sin fecha de vuelta debido a “la imposición de la Ley Marcial en Ucrania” y a los continuos ataques sobre el territorio. 

  • La FIFA también anunció medidas en marzo con tal que los jugadores de los equipos ucranianos, ahora en calidad de “refugiados” o como ciudadanos en peligro en el país, pudieran seguir recibiendo un salario. Se reguló el Anexo 7 del artículo 27 de la FIFA, haciendo referencia a la peligrosidad de los conflictos bélicos sobre las vidas de los jugadores y equipos técnicos de los clubes que estuvieran en riesgo; Introdujeron la posibilidad de suspensión de sus contratos con efecto inmediato hasta el 30 de junio de 2022; De la misma manera ofrecieron esa posibilidad a los jugadores y equipos técnicos de la Premier League rusa, que podían suspender unilateralmente sus contratos, también hasta el 30 de junio; Se accedió a abrir de nuevo el plazo de inscripciones en las federaciones sin limitación, aunque solo dejando firmar a dos jugadores por equipo; Y, por último, ofrecían a los jugadores menores poder abandonar sus clubes en calidad de “refugiados” si los clubes contratantes hacían efectivas sus transferencias internacionales 

La sociedad acogió estas medidas como un gesto de honradez por parte de la FIFA y, de nuevo, la opinión pública se pronunció agradeciéndole a la organización su actuación ante la peligrosidad y los gestos de auxilio llegados desde el país vecino de Rusia. Aunque haciendo efectivo el poder de la opinión pública, llegaron las quejas desde la sociedad por parte de la hipocresía demostrada por la FIFA, incluyéndose la UEFA en estas, ante situaciones anteriores que se resolvieron tardíamente o de manera incoherente, tomando decisiones citadas como desproporcionadas o que favorecían a la entidad suiza; Ejemplos son: a) La principal y ya comentada polémica la encontramos en la elección de Qatar como sede del Mundial 2022 regulado por la FIFA. Resumidamente, este ha estado envuelto en acusaciones sobre muertes (ocultadas) de trabajadores durante las obras (más de 6500); de rechazar a toda persona de orientación homosexual (o no heterosexual) que pisara las infraestructuras del mundial o el solo país catarí, de acuerdo con las leyes y los “valores” del país y los regímenes que así lo indican dentro de este, o de escoger un país sin tradición futbolística y de lejanía para todo aficionado. Para más inri, el presidente, Gianni Infantino, declaró que “6000 personas también podrían estar muriendo en otros sitios” y que “ese Mundial ha dado trabajo a muchas personas; b) Las propuestas repetitivas a cerca del cambio de formato del Mundial: Cambio del formato actual (cuatro años) a un formato cada dos años; Cambio de la cantidad de 32 equipos a 48; o las propuestas sobre el cambio de las reglas clásicas del deporte (saques de banda, amonestaciones, arbitraje), son solo algunas de las más criticadas acciones y propuestas de la FIFA, actualmente acusada de buscar el beneficio a través de la espectacularización (si más cabe) del fútbol con formatos más fatigosos, largos y con atractivo para patrocinadores polémicos como las casas de apuestas, tema más que interesante para tratar futuramente); c) Sus decisiones conservadoras a cerca de los colectivos han sido también objeto de crítica. Las aprobaciones de la “prohibición de símbolos del colectivo LGTBIQ+” han ido acorde a los valores y leyes de cada país, pero sin seguir una norma moral más allá de justificarlo como una “provocación simbólica e ideológica”. Manuel Neuer, portero del FC Bayern München, fue símbolo de esta crítica en un partido entre Hungría y Alemania durante la Eurocopa 2020, portando un brazalete arcoíris en señal de reivindicación de los derechos de la comunidad. ¿Qué recibió a cambio? Una investigación por parte de la UEFA, desestimada inmediatamente; Este es solo un ejemplo de los muchos errores que ha cometido la FIFA (y en este caso, la UEFA), ciñéndose a una normativa estricta que, ahora, ha entrado en ‘jaque’ ente una guerra inesperada y que se ha visto obligada a adaptarse a la presión del público. 

En definitiva, a pesar de los elogios de los aficionados, las organizaciones futbolísticas siguen siendo criticadas y siguen generando polémicas a día de hoy. Se integran en un proceso de cambio constante llamado opinión pública, aunque haciendo este proceso híbrido conjuntamente con una normativa conservadora. Una combinación que, actualmente, no sienta bien al mundo del fútbol. Quizás este extracto a cerca de las acciones de la FIFA (y la UEFA) no era necesario, pero su explicación es para una mejor comprensión del comportamiento de estas entidades y los movimientos llevados a cabo durante este conflicto. 

  • Expulsión de los equipos rusos de las competiciones europeas más reputadas vinculadas a la UEFA: El Spartak de Moscú, único equipo o entidad, expulsado de la UEFA Europa League; En el caso de federaciones o selecciones, Rusia ha sufrido algunos de los impactos más importantes en ese sector: La selección femenina fue expulsada de la Eurocopa 2022; Diversas federaciones como Inglaterra, Albania, República Checa, Dinamarca, Irlanda, Polonia, Noruega, Escocia, Suiza, Suecia, Francia y Gales (RTVE) se negaron a jugar partidos ante Rusia en cualquier circunstancia, dejando suspendidos sus partidos de ‘repesca’ del Mundial 2022.

La pérdida de estos partidos, algunos de los cuales se jugaban en Rusia, ha supuesto cierto impacto económico que comentaré más tarde.

  • Por último, las reivindicaciones en el campo; Estas han sido, junto con las consecuencias económicas, la parte de más impacto durante este conflicto en el ámbito del fútbol. Los futbolistas son la imagen de un equipo, de una institución, de un pueblo o ciudad e incluso de un país, y su influencia nunca pasa desapercibida. Las cámaras apuntan todos los focos sobre ellos y cualquier acción, honrosa o polémica, se carga a sus espaldas durante el resto de su carrera. 

Así pues, en los inicios del conflicto, los jugadores ucranianos principalmente decidieron manifestarse fuera y dentro del campo en apoyo a su país; Oleksandr Zinchenko, defensa del Manchester City, de la Premier League inglesa, ha sido el más reivindicativo y una de las principales imágenes públicas de las manifestaciones. Los primeros días de la guerra fue noticia por unas declaraciones augurándole a Vladímir Putin un futuro no deseado y por ser frenado por la entidad del Manchester City para que no volase a Ucrania a combatir. Además, sus palabras y sus lágrimas antes del partido de repesca para llevar a su selección al Mundial 2022 ente Escocia dieron la vuelta al mundo; Roman Yaremchuk, jugador del SL Benfica de Portugal, también dio a conocer su descontento y su frustración con un mensaje para Ucrania ante el partido de Champions League contra el Ajax de Ámsterdam. Este enseñó el ‘Tryzub’ o ‘Tridente de Ucrania’, símbolo utilizado desde su desvinculación de Rusia en la época comunista (1992) en referencia a la libertad, y su reivindicación le costó un aviso por parte de la UEFA (algo que ya hemos visto anteriormente) que generó polémica. 

De esta manera, observamos la confusa normativa que rige sobre la UEFA y la FIFA, pues su solidaridad se contrasta con normas absurdas o sin elocuencia que conforman una paradoja entre la “libertad” y el posicionamiento conservadorista. 

2.2) El impacto económico de la invasión de Ucrania y de las decisiones corporativas:

El impacto más notable a nivel global en el mundo del fútbol no solo ha sido a nivel social, sino en el ámbito económico. 

Como digo, los jugadores son la cara visible detrás de la cual se camuflan los tratos económicos, los acuerdos, las vinculaciones entre patrocinadores y entidades y, en definitiva, el grandísimo movimiento económico que ofrece el mundo del fútbol. Pero ese movimiento ha sido imposible de ocultar ante la invasión de Rusia, que no solamente ha removido las entrañas del panorama económico del fútbol, sino que, como bien sabemos, ha afectado en la sociedad de lleno en forma de crisis y desabastecimiento. 

A continuación, nombraré la principal razón por la que nació este informe y por la que me interesé días después de la guerra: La afección económica en el fútbol, referida a cancelación de tratos y a la gran cantidad de dinero inhabilitada a través de este grave hecho.

  • Primeramente, los medios se hicieron eco de la cancelación del contrato que el FC Schalke 04, histórico de Alemania, actualmente en segunda división, mantenía con la empresa de gas ruso ‘GAZPROM’ desde hacía más de 15 años. La empresa rusa fue uno de los símbolos de las equipaciones del Schalke durante su etapa en Champions League, con la curiosa participación de Raúl González, exjugador del Real Madrid, como estandarte. Además, su trato se mantuvo intacto con el descenso a la 2. Bundesliga y ambos habían mantenido siempre un gran respeto mutuo. La invasión rusa sobre Ucrania y la presión de los aficionados alemanes llegaron como el incentivo clave para poner fin al patrocinio de la multinacional comercializadora de gas sobre el frontal de la camiseta del equipo, finalizando un contrato firmado en 2021 que ampliaba su acuerdo hasta 2025 y que les aportaría 9 millones de euros al año (15 en el caso de ascender a la Bundesliga (o primera división). 

La empresa rusa es una de las mayores inversoras en el mundo del deporte y para dejar clara su influencia en este y que los lectores podáis imaginar la importancia que tiene en el ámbito futbolístico, la entidad vinculada con el ‘Kremlin’ ruso invierte 90 millones de euros al año exclusivamente en el panorama deportivo, con la publicidad como prioridad. 

De esta manera, el Schalke tuvo que anular su colaboración con ‘GAZPROM’, perdiendo cerca de 60 millones de euros. Aun así, el equipo alemán comenzará a colaborar con la inmobiliaria ‘Vivawest’, recuperando parte de las pérdidas. 

El Schalke 04 tuvo recibió ayuda de diversos equipos de la Bundesliga en apoyo y solidaridad por la difícil situación del club: Un descenso y la pérdida del patrocinador más influyente de la entidad deportiva significaba parte de una debacle, que se sustentó gracias a equipos como el Borussia Dortmund y sus donaciones. 

  • La UEFA fue otra de las principales afectadas, pues también tuvo que cancelar su colaboración con ‘GAZPROM’. La corporación dirigente del fútbol europeo, que llevaba vinculada a la empresa gasista desde 2012 y la mantenía como una de las 10 empresas patrocinadoras más importantes. Como demostración de su importancia, podíamos observar el logo de la ‘GAZPROM’ detrás de los jugadores en las entrevistas post partidos, donde se sitúan los mayores inversores de la UEFA. 

El contrato entre ambas entidades, firmado también en 2021, tenía duración hasta 2024 con un valor de 40 millones de euros al año, siendo la UEFA una de las inversiones más potentes de la empresa rusa con una colaboración que les permitía mostrar su propaganda en prácticamente toda la estructura alrededor de los partidos (gradas, vallas publicitarias, camisetas, etc.). 

  • La cancelación de este contrato no ha sido la única medida de la UEFA hacia el país liderado por Vladímir Putin, ya que también trasladaron la final de la UEFA Champions League 2022 desde San Petersburgo (concretamente, el estadio del Zenit de San Petersburgo) a Francia (al Stade de France). Parece un simple cambio que no debería suponer muchos riesgos a Rusia, pero según ‘MundoDiario’, San Petersburgo perdió más de 487 millones de euros y el traslado de la final ha sido todo un varapalo. Este hecho ha afectado a las reservas turísticas (hoteles, restaurantes, comercios, etc.), a la venta de tickets (ahora repartida con los dirigentes del estadio situado en Francia) y a la propaganda y la inversión que Rusia hizo con tal de patrocinar la final en el país. 

Rusia ha perdido capital de la misma manera que un cubo agujereado pierde agua, poco a poco y más constantemente equipos y entidades de todo el mundo han suspendido sus patrocinios con empresas y corporaciones rusas hasta tal punto que, según Gerardo Molina , estas han perdido un una cifra cercana a los 110 millones de euros. En este caso, hablamos solamente de empresas minoritarias, pero como hemos comentado con el caso de ‘GAZPROM’, la empresa comerciante de gas podría haber perdido más de 250 millones de euros solo en el mundo del fútbol (pues sabemos que, con la llegada de la invasión, pasó de tener un valor de hasta 352.79 rublos la acción (enero de 2022), que bajaron a unos mínimos de 189.10 rublos la acción en el estallido del conflicto). 

  • El Manchester United FC, de la Premier League inglesa, también actuó en consecuencia con el inicio del conflicto: El equipo de la familia Glazers suspendió su contrato con la compañía aeronáutica ‘Aeroflot’, con la que tenían vinculación hasta 2023. El club inglés ha perdido 53 millones de euros con la cancelación de este contrato, y muy posiblemente más de 100 millones de libras por las próximas temporadas que hubieran renovado con la aerolínea rusa.

  • Como hemos comentado previamente, los partidos de repesca para el Mundial 2022 también han supuesto una gran pérdida para el país. Este ha sido magullado con los efectos colaterales del conflicto, afectando indirectamente a los actos lúdicos de los aficionados rusos y muy directamente a la economía del país, que ha quedado totalmente aislada. De esta manera, Rusia se queda fuera de los países donde se pueden jugar repescar mundialistas (y, de momento, cualquier otra competición internacional). Pero no solo eso, sino que este “aislamiento” también implica una grave afección económica; Por la desvinculación de Rusia como sede, esta perderá más de 122 millones de euros. Todo esto sumado a la suspensión de la final de la Copa de Campeones (la UEFA Champions League), los contratos de patrocinio anteriormente mencionados y la pérdida del honor de Rusia desproveyéndola de su nombre original, como he explicado en apartados anteriores. 

  • Uno de los casos más notables de esta afección a las empresas y, en este caso, a los principales dirigentes de la economía rusa, ha sido el anteriormente mencionado caso de Román Abrahamovic, ahora expresidente del Chelsea FC. 

El empresario y magnate ruso fue noticia en 2003 por su gran inversión en un equipo que ya prometía grandes cosas en el futuro, y así ha sido. Pero actualmente, el Chelsea FC se ha visto obligado a ser vendido por orden del dirigente Román Abrahamovic. Este hizo oficial la puesta en venta del club después del inicio del conflicto, pues sus vinculaciones con el ‘Kremlin’ desataron la polémica en Stamford Bridge (estadio del Chelsea FC). 

Román Abrahamovic es conocido en Rusia por su buena relación con Vladímir Putin y su inversión en ‘holdings’ y empresas con mucho potencial, dominadoras de la economía rusa, donde como he comentado, el magnate se sitúa entre los empresarios con más dinero (no. 1) dentro del ámbito futbolístico, y como uno de los hombres más ricos de toda Rusia; Sus vinculaciones en dentro de la cúpula de poder le costó un envenenamiento poco después de anunciar la venta del club. Envenenamiento que no resultó letal, pero que fue suficiente para advertirle, pues este llegó incluso a estar relacionado con estar involucrado en las negociaciones de tratados de paz entre Rusia y Ucrania junto con los máximos dirigentes rusos. 

Entonces, Román Abrahamovic ha acabado vendiendo el Chelsea Football Club por una cantidad cercana a los 5.000 millones de libras (EuropaPress), una cantidad que ha pagado la familia Boehly, interesada en el club desde la crisis que generó la sanción de fichajes en 2018. El magnate ruso anunció la venta del club por unas cuatro millones de libras y lo ha acabado vendiendo por más de mil millones extra. 

Aun así, el Chelsea FC se expuso a una sanción debido al anuncio irregular de la venta del club por parte de Román Abrahamovic, que alegó en el comunicado oficial que el dinero de la venta se donaría a la causa de la `Fundación Chelsea FC’ debido a la invasión rusa y que él se dedicaría a ser parte del consejo del club, manteniéndose aparte de la gestión. 

La sanción recibida bloqueaba la venta del Chelsea FC por parte del gobierno de Inglaterra y la Premier League, dejando al Chelsea FC en un stand by económico que lo sumergía en una crisis que, posteriormente, tendría un impacto casi desastroso en la administración del club, que se veía desproveída sin poder casi pagar el transporte de los jugadores o sus salarios durante el tiempo del bloqueo. 

De esta manera, vemos como Abrahamovic prácticamente se vio obligado a vender el club como consecuencia de las críticas recibidas desde la opinión pública debido a su vinculación con el gobierno ruso; Por la grave afección causada por el bloqueo gubernamental del club; y finalmente, por la voluntad de donar el capital ingresado por el Chelsea FC tras su venta a la causa del conflicto en favor de Ucrania. 

  • El Everton FC es también uno de los equipos afectados por el desenlace bélico, pues, como FC Schalke 04 o Manchester United FC, los ‘Toffes’ han cancelado su patrocinio con la compañía telefónica MegaFon, la segunda más grande de Rusia liderada por el magnate Alisher Usmanov, quién tenía una gran vinculación con el Everton FC. 

Los ‘Toffes’ también han cancelado los tratos con ‘USM’ y ‘Yoto’, afectando directamente a los patrocinios del primer equipo y, sobre todo, del equipo femenino del Everton FC; La cancelación de estos tratos han supuesto al club una pérdida de más de 40 millones de libras tan solo por el trato con ‘USM’. Como indica el diario ‘The Athletic’, el club de Liverpool ha rechazado 50.5 millones de libras de los 76 que recibía en patrocinios en general, una gran pérdida para el club que dejará huella en los próximos mercados de fichajes. 

  • Siguiendo la senda del Chelsea FC, otros clubes presididos o adquiridos por los máximos líderes económicos rusos en el panorama futbolístico han corrido el peligro de ser sancionados: 

  1. Dimitry Rybolovlev presidente e inversionista del AS Mónaco, de la Ligue 1 francesa, y del Cercle Brujas FC, de la Juplier Pro League (Primera división profesional) de Bélgica.
  2. Maxim Demin, presidente del Bournemouth, de la Championship inglesa. 
  3. Valeri Oyf, propietario del Vitesse, de la ‘Eredivise’ de Países Bajos. 
  4. O Alexander Knaster (en asociacion con Gianluca Vialli) coopropietario del AC Pisa, de la Serie B italiana.

  • Por último, la organización del fútbol ruso sufrió una última estocada con la cancelación del contrato de una de las más grandes multinacionales mundiales, Adidas, con la selección de fútbol de la UFR (Unión de Fútbol de Rusia). Un contrato que, aunque, similar al del Everton o a la pérdida de la final de la UEFA Champions League por parte de San Petersburgo, parece insignificante, pero que supone unas pérdidas de más de 650 millones de euros.

Este último movimiento ha tenido un increíble impacto en la organización rusa, que poco a poco observa como las multinacionales y sus principales patrocinadores marchan ante la gestión bélica de su país, que daña indirectamente a sus organizaciones interiores y, más indirectamente aún, a sus ciudadanos y aficionados, que ven como la calidad, ya no solo del fútbol, sino del deporte en general, se ve reducida a niveles mediocres debido a la pérdida de capital fuera de su país. 

Conclusiones:

Acabo este pequeño pero efectivo informe haciendo una evaluación de lo que estas cancelaciones, sanciones y críticas a la organización rusa significan ahora y de cara al futuro: 

Rusia se va ahora manchada por el clima bélico en el que se ve sumergida debido a la gestión de su gobierno, que entiendo que es más importante la persistencia basada en la tozudez que el diálogo y la diplomacia. 

Ya no solo es que las organizaciones, que se ven afectadas sobre todo económicamente y que poco a poco pierden poderío global, sino que los ciudadanos sufren ahora el aislamiento global del panorama informativo y reciben críticas inmerecidas solo por el hecho de pertenecer a una nación actualmente invasora. 

Sin introducirnos demasiado en geopolítica bélica, los ciudadanos rusos sufrirán durante un tiempo la pérdida del ocio de ligas como la Premier League, La Liga Santander o la Bundesliga, que tantos fans acarrean desde el país oriental. Estos serán indirectamente discriminados e injustamente odiados en las canchas de fútbol, y los jugadores que no se posicionen por miedo a mostrar una opinión reacia al gobierno de su país, o simplemente no quieran demostrar su opinión, serán atacados con críticas desde la opinión pública y recibirán la presión que debería recibir su gobierno, el cual oculta la información mediática de occidente a sus ciudadanos, pero que no puede evitar manchar su imagen. 

Ya no solo las críticas y la discriminación, o los efectos colaterales en los ciudadanos, sino los efectos económicos pasarán factura a las organizaciones patrocinadoras y a los equipos rusos que competían, valga la redundancia, en competiciones europeas. El valor de estos clubes se verá sometido a bajadas infrecuentes en el mercado, y el fútbol ruso (de la misma manera lo hará el ucraniano, que se mantiene parado hasta nuevo aviso excepto por su selección, que lastimosamente no ha podido clasificar al Mundial de Qatar 2022) perderá su nivel mantenido durante décadas clasificando a UEFA Champions League, UEFA Europa League o UEFA Conference League en esta última edición. 

En definitiva, la invasión rusa sobre Ucrania significa, en todos los niveles, una pérdida global para el deporte y la economía, haciendo del fútbol un deporte menos limpio y con menos neutralidad, aunque permitiéndole afrontar futuros conflictos a través de un posicionamiento hacia las partes más desfavorecidas y que más sufren, como es este el caso de Ucrania. 

“Romper la neutralidad que el deporte promueve”. 

Adam Díaz Garriga. 

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