El Fulham demuestra solidez y el Brighton pierde su chance

Los chicos de Graham Potter visitaron Craven Cottage en busca de tres puntos para seguir enchufados en la parte más alta de la tabla, con la posibilidad de ser líder momentáneo mientras el Arsenal espera su próxima jornada. El Fulham, a su vez, en su asignatura pendiente por mantener la categoría, buscando continuar con esas positivas sensaciones que han caracterizado sus primeras fechas.

Dos estilos muy determinados, un Fulham que suele ser ordenado y correcto en líneas generales, sin tomar riesgos excesivos y controlando cada situación de partido a través de la pizarra de Marco Silva. Un bloque medio que, aunque tiene atacantes (salvo Mitrović) limitados para el gol, sabe cumplir órdenes. Por otro lado, un Brighton que atrae por su dinamismo y propuesta a la hora de afrontar cada encuentro, con un trabajo espléndido de su estratega que suele aplicar una presión tras pérdida exhaustiva.

Una prueba importante a la que Potter respondió de inicio tomando menos riesgos de los que acostumbra, un Brighton conservador en la primera mitad que, de hecho, no vió más de una ocasión en área rival, un aviso de Solly March que asustó con un cabezazo para avisar a Bernd Leno. A diferencia de los cottagers, que con un bloque sólido y esfuerzos justos para ser el ganador principal de los duelos constantes logró ver un par de acciones peligrosas, con una intervención temblorosa de Robert Sánchez en un córner o un centro al punto penal que Pereira no pudo conectar.

El duelo se fue al descanso con un primer tiempo que se repartió según el momento, un inicio dominante de Fulham que fue incisivo muchas veces y un Brighton que creció al hallar escasos espacios a medida que evolucionaba el partido. Un Potter que debía intervenir desde el banquillo de alguna manera: sacando un suplente o cambiando la propuesta, aunque el plan de partido era bastante igualado para ambas partes. Exponerse ante Fulham es un arma de doble filo, puedes tener más ocasiones pero perder el rumbo defensivo.

Arrancó la segunda parte sin cambios desde el banco. Sin cambio aparente, el Fulham se vió afortunado con notoriedad, pues un Brighton desconectado al volver fue el detonante de una oportunidad llena de duelos aéreos perdidos que acabó en un disparo malísimo de Kebano que cazó Mitrović al segundo palo para abrir el marcador. Luego, con un Brighton bloqueado, un contragolpe bien administrado del Fulham terrminó en otro desastre sin suerte para la visita, pues Pereira lanzó un centro raso que Lewis Dunk desvió hacia propia puerta, anotando el 2-0.

Los seagulls tuvieron imposible llegar al arco rival, aunque un error gravísimo de Bobby Reid causó un penalti que Mac Allister no desaprovechó para descontar. La media hora final fue un control esperado, muy similar al primer tiempo, con un ambiente caliente, eso sí. Los de Marco Silva lograron sostener un resultado favorable durante ese tramo final del partido. Potter intentó con muchas piezas desde fuera, pero nada dió resultado y ni siquiera fue una amenaza a portería rival, salvo un remate de Trossard que acabó en un atajadón de Leno.

El Fulham suma tres puntos cruciales para el desarrollo de su temporada y una muestra de la consistencia y fórmula a seguir de cara a los siguientes duelos. El Brighton pierde el invicto y su chance para mantenerse en los primeros puestos.

Imagen de Fulham Football Club

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