Ilicitanos y baleares firman un empate con Pizarro Gómez como protagonista indiscutible y la pólvora mojada de los isleños.
El Mallorca empezó mucho más fuerte y rozó el gol en tres ocasiones. Primero Muriqi en un mano a mano, donde el pie de Badía resultó salvador. Luego, otra vez el kosovar, que esta vez, desde el punto de penalti erraba el que hubiese supuesto el primer tanto bermellón. Acto seguido, Copete cabezeaba al aire dentro del área pequeña para desesperación de sus compañeros, que veían como las ocasiones se desvanecían ante la meta ilicitana.
El dicho dice “quien falla, lo paga” y el Mallorca lo terminó pagando. Ezequiel Ponce remataba un córner a la perfección para dejar a Rajkovic haciendo la estatua.
Tras el tanto ilicitano, el Mallorca siguoó llevando el peso del partido, pero se iba diluyendo en los metros finales. Ante la ineficacia de los atacantes, el Elche se defendía con comodidad, pero dejando sensación de poca fiabilidad defensiva.
En la segunda parte y bajo el recital de Pizarro Gómez con el silbato, el equipo bermellón consiguió empatar el partido desde el punto de penalti. Esta vez, Muriqi estuvo acertado y puso las tablas con un lanzamiento excelso a la escuadra de Edgar Badía.
A partir de ahí, el colegiado empezó a divagar por el centro del campo pitando cosas sin sentido. A un penalti polémico, hay que sumarle una expulsión más que dudosa de Muriqi, por agresión a Pere Milla.
Al final, el Mallorca evitó el naufragio en el Martínez Valero y el Elche volvió a demostrar porque aún no ha conseguido la victoria.