El Badajoz quiere seguir vivo tras el derbi extremeño ante al Villanovense
CD Badajoz - CF Villanovense | Domingo, a las 12:00h | Vigésimo séptima jornada de la Segunda Federación | Estadio Nuevo Vivero, Badajoz | Árbitro: Hernández Maestre| El Badajoz, que aún sigue en descenso, se enfrenta a un Villanovense que quiere certificar su salvación, en un apasionante derbi extremeño.
Las grandes novelas, cuando son grandes historias, casi siempre pierden al ser llevadas a la pantalla grande. Digo lo de casi, porque de la que les voy a hablar no es el caso. Sino todo lo contrario. Esta historia de malos y más malos -en esta ocasión les aseguro que no hay buenos y mucho menos eso de “en las pelis siempre ganan los buenos”- tuvo la inmensa fortuna de hacerse gigante en el celuloide. Una historia en la que los protagonistas tienen sus códigos, pero nada de ética. Quieren a los suyos, pero son indolentes con el resto. En fin, quién no ha tenido o tiene cerca suya a alguien así. En el trabajo, en el círculo de “amigos”, una pareja o expareja, incluso dentro de su misma familia. No todo el que nos rodea va con buenas intenciones, nos va a querer bien o va a querer lo mejor para nosotros.
Muy al contrario, como ocurre en esta maravillosa novela -más tarde irrepetible film-, estamos muchas veces rodeados de personas sin escrúpulos en nuestro entorno más próximo. Amigos de la envidia, la manipulación o la traición. Que, como los protagonistas de esta simpar novela, no conocen la ética ni la moral -ni tan siquiera saben que no son lo mismo-. En esta obra, en concreto, publicada a finales de la década de los ´60 en los Estados Unidos de América, nos adentramos en los entresijos de una familia. La “Familia”. Una que no tiene escrúpulos en entrar en cualquier tipo de negocios, por muy sucio que este sea. Y, no sólo eso, sino que lo convierten en algo más sucio y ruin si cabe. Para ellos son sólo negocios. Nadie se lo tiene que tomar como algo personal.
Díganme ustedes si no está pasando algo parecido en el club que juega mañana como local en el maravilloso estadio Nuevo Vivero. A un club de fútbol le pueden pasar muchas cosas, a lo largo de una temporada. Pero es que al CD Badajoz le pasó de todo, pero de todo, en tan sólo cinco días la semana pasada. Y así la Familia Oliver, con su hijo al mando, más Agapito Iglesias, se hacían con las riendas del club en tan sólo unas horas. Rompen las cerraduras del estadio, las cambian y se apoderan de las oficinas del club. En rueda de prensa explican que el grupo mexicano, que era dueño del club, no ha cumplido con el pago de los plazos de la compra del mismo. Y presentan un acta notarial donde afirman que el club pasa a ser de su propiedad. Las siguientes 24 horas son propias de un guion de alguna comedia del gran Billy Wilder -sino fuera porque un club de fútbol es un sentimiento y a su incondicional afición le duele y mucho-. Esas siguientes horas dan de sí para despedir al entrenador, a sus dos capitanes y a un delantero -que, por cierto, nunca debería haber venido-. A uno de sus capitanes se le vuelve a contratar. Al otro no se le perdona la oposición que les hizo hace dos años y se le despide, sin tan siquiera comunicárselo.
Y con todo este circo -y algunas cosas más que darían para otro artículo- se presentó el Badajoz la semana pasada en uno de los campos más complicados de la categoría. Sin fichar un nuevo entrenador -el que va a serlo hasta final de temporada lo vio desde la grada- y con dos jugadores del filial cubriendo las bajas de los dos despedidos. Como había dicho en la previa su nuevo entrenador, Luís Oliver, su equipo saltó con un 4-4-2 de inicio -que dicho sea de paso es el sistema que mejor se ajusta a la plantilla que tienen los “lobos”. Ahí habría que darle un tirón de orejas al empecinamiento de su anterior entrenador en jugar con un sólo delantero. Tratándose de un equipo que debe ser protagonista con el balón todos los partidos. Como así fue. El domingo pasado en El Prado, ante el CF Talavera, el verdadero protagonista y dominador fue el equipo extremeño. De cabo a rabo. Con un bloque alto, presionando al rival. Con un ritmo de partido alto y con buenas combinaciones y salida de balón. Y, lo que es más importante, generando mucho juego y muchas ocasiones. Y eso, cuando vas a por el partido y con dos puntas, suele tener resultados positivos. Y el resultado fue en forma de victoria. Remontando un 0 a 1 inicial, con una segunda parte soberbia y marcando dos grandes goles: de Castri y de Samu Manchón.
Pero la competición no se detiene y mañana, como siempre en jornada matutina, el Badajoz se enfrenta a uno de los cuatro derbis extremeños que aún le quedan -nada más y nada menos que la mitad de los partidos restantes-. Y si quiere salvarse, esa salvación aún está lejos. Pues siguen antepenúltimos a tres puntos de la promoción y a cuatro de la salvación. Echando cuentas puede que ni ganando la mitad de los partidos restantes, se pueda asegurar dicha salvación. Y hay que decir que en 26 jornadas disputadas, sólo ha conseguido 6 victorias. Y la exigencia ahora es ganar cinco partidos, de los ocho restantes. El reto, como pueden ver, es mayúsculo. Por lo que lo de la semana pasada no puede ser flor de un día. Si quieren salvarse la medicina está clara. Vaciarse en los partidos, soltarse y jugar con la calidad que esta plantilla atesora e ir a por los 3 puntos cada semana.
Pero el primero que se lo va a poner difícil es el CF Villanovense. El conjunto extremeño llega a Badajoz después de un tropiezo inesperado, con la derrota la semana pasada en El Municipal, ante el CD Navalcarnero. Pues hasta la semana pasada, había cosechado 3 victorias consecutivas -con lo difícil que es hacer eso en esta igualada categoría-. El equipo de la localidad que es “Puerta de la Serena”, iba directo a por los playoff de ascenso. De hecho, a pesar de la derrota en casa, los “serones” siguen novenos a cinco puntos de los mismos. El villano está en manos de alguien de la casa. Y este no es un dato baladí. En estas categorías semiprofesionales -y más en clubes humildes como los “verdes”-, es muy importante confiar en alguien que conoce el club. Y además conoce la cantera de tu equipo y a los jugadores y a los equipos de la región. De ahí que la confianza que han depositado en “Gus” se está viendo recompensada, en forma de una gran temporada.
Pero esto no hubiese sido posible sólo con un buen entrenador. Sino que además hay que tener buenos mimbres para hacer un gran cesto. Y el Villano los tiene de sobra. Si ya empezó con una plantilla competitiva, el conjunto de La Serena se ha reforzado en esta mercado invernal. Incorporando a su plantilla al central Morcillo y a los delanteros Adighibe y Óscar Canterano -dando un salto notable de calidad-. Que se han sumado a una plantilla donde destacan varios jugadores. Para empezar tienen un portero de muchas garantías, como es Álex Lázaro. O su media punta Alberto Fuentes, un jugador que lleva 6 goles y 3 asistencias. O su medio centro Mario González, un jugador de una extraordinaria calidad, que además tiene gol y lleva 3 dianas. Y uno de sus puntos fuertes, sus bandas. Con sus laterales M. Ortiz y Hurtado, que se convierten en dos carrileros, llevando mucho peligro al área rival. Con ellos, más la afición serona que les acompañe a Badajoz, se presenta el conjunto villanovense a un derbi que promete ser apasionante.
Con todos estos antecedentes -que no penales- se presentan los dos equipos extremeños, mañana en el Nuevo Vivero. Y a partir de ahí cada uno debe hacer su trabajo. Los jugadores rendir en el campo. Los del Badajoz, al menos, no lo han hecho como debieran hasta ahora. Los del Villano a seguir luchando por un objetivo tan bonito como un playoff. Y los dirigentes a dirigir negocios. Como lo hacía la Familia de la extraordinaria novela, de la que les hablaba al principio de este humilde artículo -luego se convertiría en la mejor trilogía de la historia del cine-. Se trata de “The Godfather“. Esa novela que publicó en 1969 el escrito Mario Puzo. Y que en 1972 -el año de mi amigo J.L. Vela, Zidane y el mío propio, entre otros- llevó a la pantalla el genial Francis Ford Coppola. Pero ya saben, como le diría Tessio a Tom Hagen: ” no es nada personal, son sólo negocios”.
