Un Badajoz en la UCI recibe a un Mensajero ya descendido

Todos los niños y niñas del mundo han tenido un superhéroe o una superheroína. Un servidor, evidentemente, también tuvo su héroe particular en la infancia. Mi hijo siempre ha sido incondicional del increíble Hulk. Y mi hija, que tampoco se queda atrás, siempre tuvo como referencia a Wonder Woman. En fin, cosas de la infancia. Esa edad en la que crees realmente en los superpoderes de tus héroes. Esos héroes que tanto tienen que agradecer a los dibujantes de cómics. Es algo en lo que siempre  hago hincapié a mis hijos. Que aunque las pelis de superhéroes están chulísimas -incluso las que son animadas- todo ese talento no sale de una cámara de cine. Ahora, que van siendo mayores, les explico que los verdaderos artífices de esas fantásticas creaciones son los dibujantes de cómics.

Son esas cabezas privilegiadas las que atesoran en su interior, esa imaginación sin límites y ese talento para dibujar personajes increíbles y crear diálogos imposibles. Y, aunque con los chicos y chicas de hoy en día hay que hacerlo casi todo del revés, vamos consiguiendo que vuelvan a la esencia y al origen. Y esos superhéroes que han conocido en la pantalla grande, ahora  están descubriendo como nacieron todos ellos de verdad -por cierto algunos tienen casi un siglo-. Nacieron en un cómic, con la ayuda de un lápiz, un papel en blanco e, indudablemente, kilos y kilos de imaginación. Esto es una satisfacción como padre. Pero no hay que obviar que los chicos y chicas, nativos digitales, del siglo XXI, tienen también otro tipo de héroes. Como las estrellas del deporte. Y esto no sé si es bueno o malo, pero lo que es indudable  es que es una realidad en nuestra sociedad actual.

Los jugadores que salten mañana a las 5 de la tarde, hora torera, al estadio Nuevo Vivero no son superhéroes. Y, mucho me temo, que cuando acabe la nefasta temporada que llevan ambos equipos, tampoco van a ser considerados héroes por sus incondicionales seguidores. Presiento que ni los seguidores más pequeños del CD Badajoz, van a guardar en un rinconcito de su corazón blanquinegro, recuerdo alguno de los jugadores de esta plantilla. Los números, al menos son desoladores. A falta de cuatro jornadas para acabar esta pesadilla de temporada, y con sólo 12 puntos en juego, el Badajoz se encuentra con pie y medio en Tercera Federación -la quinta división del fútbol español-. Pues está antepenúltimo, a seis puntos de la promoción por no descender y a siete de la promoción. Con la dificultad añadida que son hasta 3 o 4 equipos los que que tienen que fallar, para tener opciones de salvarse.

Imaginarán ustedes que el reto es mayúsculo y prácticamente están obligados a ganar los 4 partidos. Pero, claro, estamos pidiendo ganar los 4 últimos partidos de liga, a un conjunto que lleva 6 victorias en las treinta jornadas que llevamos de campeonato. Imposible no es. Las matemáticas aún le alcanzan. Pero esto parece cada vez más una utopía que una realidad. Una realidad con la que se volvieron a topar los pacenses la semana pasada. Volviendo a cosechar una nueva derrota, esta vez frente a la Gimnástica Segoviana -que por cierto se ha aupado con el liderato con esta victoria en casa-. Esta vez fue en el estadio La Albuera, donde pudimos ver una vez más las carencias de los blanquinegros. Un equipo romo en ataque, sin profundidad y sin puntería alguna por parte de sus delanteros.

Además para el partido de mañana «a perro flaco todo son pulgas». Pues no podrá contar con su lateral izquierdo Chacartegui, por un partido de sanción por acumulación de tarjetas. Ni con su nuevo y «flamante» fichaje llegado directamente de USA -«el país donde todos tus sueños se hacen realidad»-. Que no es otro que el delantero gallego, Santi Moar. Que, por cierto, ya ha jugado todos los partidos que va a jugar en el Badajoz. O sea dos, dos ratitos quería decir. Y es que no tuvo otra ocurrencia que, al acabar el encuentro de Segovia, insultar al árbitro. Hecho por el cual le han caído 4 partidos de suspensión. Y, no contento con eso, tras haber sido expulsado, le han metido 2 partidos más de propina por menospreciarlo. Otra joyita más que ha acabado en este irreconocible CD Badajoz.

Y esta semana visita en primera fila, el circo que hay montado en el Badajoz, otro conjunto que está ya en Tercera Federación. Y es que el CD Mensajero ocupa la penúltima posición, a 12 puntos de la promoción de descenso, y está descendido a falta de cuatro jornadas. El conjunto de la isla de La Palma llega a tierras extremeñas, siendo el equipo con menos victorias en el campeonato. Únicamente cinco victorias en treinta partidos disputados. Además los rojinegros son el equipo con menos pegada del grupo, junto con sus rivales pacenses, con sólo 26 goles marcados.

Evidentemente estos son números para terminar la temporada con un descenso. Aún así, el humilde equipo canario sigue saliendo a competir cada partido. Y nunca fue un rival fácil para ninguno de sus contendientes esta temporada. Y así el conjunto entrenado por el canarión Yoni Oujo, cuenta también con buenos jugadores. Son los que se salvan de una temporada que acabará de forma triste para «Los del Barranco de Dolores«. Y, aunque la semana pasada volvieron a perder contra el Getafe B, en el Silvestre Carrillo, sí hay jugadores que han dado la talla. Como su delantero centro Edu Salles, que ha anotado 5 goles. O su otro buen delantero Borjas Martín, que es su máximo goleador con 7 dianas. Para el partido de mañana no podrá contar con Pirri, por sanción por acumulación de tarjetas.

Lo que está claro es que ambas escuadras, tanto extremeña como canaria, están mucho más cerca de Tercera , que de la Segunda Federación. Y cuando se llega a este punto, después de 30 jornadas, no es una casualidad. A los canarios no les ha dado, tanto por presupuesto como por plantilla. Y los extremeños han sido víctimas -especialmente su incondicional afición- de una planificación nefasta. A la pésima situación económica del club, hay que añadir una planificación deportiva de juzgado de guardia. Ni el director deportivo, ni los diferentes entrenadores que han pasado por la capital pacense, han dado la talla. En cuanto a la plantilla, que estén tranquilos sus jugadores, que no van a ser referente, ni ídolos, ni mucho menos héroes para sus seguidores más pequeñitos. Y es que para ser héroe de un niño, tienes que tener en tu ADN una serie de valores: como la honestidad, el sacrificio, la generosidad, la entrega y, sobre todo, ponerle corazón y verdad a todo lo que haces.