Después de un sonoro recibimiento en el que la afición local se esmeraba por hacer sentir al Barcelona la olla a presión que es Mestalla, con bengalas y colorido en una noche especial para ambos, en una eliminatoria copera clásica del Siglo XXI.
En la reedicion del partido de hacía dos semanas en Montjuic, el Valencia no presentaba un once que mostrara garantías para enfrentar a un FC Barcelona que sí se veía quería llevarse la eliminatoria desde el inicio con un gol inicial de Ferran que marcaba en la que era su casa después de un pase al hueco de Balde que atravesaba el frente de ataque.
Minutos después el chiquet de Foios repetía gol bajo el suspense de un posible fuera de juego, que acababa por no serlo después de una revisión en el VAR. Sin tiempo de reacción el conjunto culé golpeaba por tercera vez de parte de Raphinha que sorteaba a Dimitrievski y definía a placer para el tercero de la noche.
A los pocos instantes con un Valencia desnudo a merced del FC Barcelona, los visitantes a manos de Ferran hacían el cuarto gol con el que se iba a asegurar la victoria frente al Valencia.
Y así, sin más incidencias, más allá de los goles, acababa la primera mitad en la que los che no llegaron a portería rival, un primer tiempo entre dos equipos que se notaba están a distancia sideral en liga e institucional.
La segunda mitad comenzaba movida con dos goles anulados para el Valencia por fuera de juego, pero nada más lejos de la realidad que a los quince minutos de comenzar el Barcelona volvía a golpear por quinta vez de la mano de Lamine Yamal.
A partir del minuto quince de la segunda mitad el Barcelona con el partido sentenciado se ponía a encadenar pases de poco riesgo con los que el Valencia cada vez que recuperaba quedaba a muchos metros, pero en una salida en la podía marcar el primero de la noche el Valencia, en una jugada a la contra, otro gol en fuera de juego anulaba toda posibilidad.
Y, así con el pescado vendido desde la primera parte, el FC Barcelona pasaba a la siguiente ronda de la Copa del Rey sin despeinarse frente a un Valencia que no llegó ni a la suela de los zapatos. Incluso, por tramos de partido, se llegó a escuchar más a los seguidores visitantes que la hastiada hinchada local que acababa con cantando “olés” a cada pase del Valencia con cierta sorna.