El Barça tiene el título de Liga en la mano. Su victoria del domingo en El Clásico ante el Real Madrid ha allanado el camino hacia la consecución del campeonato. Los de Hansi Flick remontaron el arreón inicial de Mbappé mostrando una vez más su capacidad de reacción para remontar e imponerse 4-3 con un doblete de Raphinha que ha dejado a los azulgrana con el título a punto de caramelo.
En el conjunto azulgrana no se ha querido alzar las campanas al vuelo aún, pero son conscientes de que con un triunfo el título está hecho. Es más, sin necesidad de jugar podrían proclamarse campeones. Si los ‘merengues’ pierden o empatan el miércoles ante el Mallorca, el Barça tendrá matemáticamente el título en el bolsillo antes de su encuentro de la antepenúltima fecha.
Y es que con una renta de 7 puntos más golaveraje, si el Real Madrid pierde obviamente, quedando solo 6 puntos por disputar una vez acabe el duelo, no podría alcanzar al conjunto azulgrana. En caso de empate, la distancia se quedaría en justo 6 antes de que jueguen los de Hansi Flick, pero con el golaveraje a favor, el título sería también oficial.
Si el Real Madrid hace los deberes y gana en el Santiago Bernabéu, los de Hansi Flick solo necesitan una victoria más o dos empates para asegurarse matemáticamente el título de Liga. Es decir, el alirón podría llegar este mismo jueves en el duelo de Liga en el que visita Cornellà para vivir el derbi ante el Espanyol.
Esta sería la segunda liga en tres años para los azulgranas, y la anterior también la ganaron en el RCDE Stadium. En aquella ocasión, la celebración pudo acabar en drama. El Barça se impuso 2-4, con goles de Robert Lewandowski (por partida doble), Alejandro Balde y Jules Koundé y como consecuencia se proclamaba campeón.
Con el título bajo el brazo, Xavi Hernández se fue al túnel de vestuarios, algo que aconsejó a sus jugadores que prefirieron quedarse sobre el terreno de juego celebrando con un corrillo que cabreó a la afición blanquiazul. Los ultras pericos invadieron el terreno de juego y fueron a por la plantilla azulgrana. La rápida intervención de la seguridad logró desalojar a la plantilla culé evitando males mayores, aunque Busquets si llegó a encararse con un aficionado, pero todo, por suerte, quedó en nada.