Ganar en una temporada la Supercopa de España, Copa del Rey y LaLiga es motivo de celebración y el Barça lo hizo a lo grande. El conjunto azulgrana se dio un baño de masas con una rúa que congregó en las calles de Barcelona a casi 70 mil personas que quisieron acompañar a su equipo en una celebración que culmina un año de sobresaliente en la nueva era Hansi Flick.
La rúa duró en torno a cuatro horas de pura celebración y baño de masas. Una celebración que se pudo seguir en directo a través e la televisión, algo que tuvo que hacer un Ferran Torres aún ingresado tras su operación de apendicitis. La rúa arrancó en el Spotify Camp Nou y terminó en el ‘Arc de Triomf’. Una jornada festiva que tuvo muchos protagonistas y anécdotas.
Uno de los más desatados en la celebración fue Fermín López que entonó el cántico «Szczesny fumador». El portero polaco lució un sombrero con el mensaje «fumador» y más tarde se puso directamente a fumar con un vapeador y después directamente un puro. Tek llegó a ofrecer una calada a Marc Bernal.
Araújo fue protanista por una gracioasa imágen en la que el uruguayo fue a chutar un balón y acabó cayéndose de culo. Sus compañero no pudieron contener la risa ante un Araújo que fue protagonista celebrando con pasión y siendo el alma de la fiesta.
Como decíamos, Ferran Torres tuvo que celebrar en la soledad del hospital, pero sus compañeros no se olvidaron de él colocando un minitiburón de peluche en el autobús descapotable. Un autoccar donde estaba dando todo un Iñigo Martínez siempre con una cerveza en la mano eufórico por el título.
Otros dos momento clave de la rúa fue cuando se pasó por el Camp Nou y los operaciones que están realizando las obras se asomaron tomándose un respiro en unas obras que avanzan a buen ritmo. Por otro lado, Balde tuvo un susto al caérsele el móvil desde el autobús, pero todo quedó en un susto ya que no se le rompió.
Lamine Yamal fue el protagonista de uno de los momento de la jornada cuando localizó a su primo entre el público que abarrotaba en las calles. No pudieron faltar, tanto por parte de aficionados y la plantilla, referencias al eterno rival con cánticos de «madridista el que no bote» o algún balón de playa en referencia a Vinicius.
En definitiva, una gran celebración por todo o alto para unos barcelonistas que han vivido un año de éxitos tras una temporada, la última de Xavi, que había sido gris.