El campeón se estrenó con victoria en la primera jornada. El Barcelona cerró el triunfo, por 0-3, en el primer tiempo con los goles de Raphinha, de Ferran Torres y de Lamine Yamal en el añadido. A partir del tanto del valenciano fue cuando surgió la polémica, primero por su tanto y segundo por las dos expulsiones que el colegiado mostró a los locales. Pese a jugar todo un segundo tiempo con dos jugadores más, los de Hansi Flick no fueron capaces de ampliar las diferencias en el marcador.
Comenzaba LaLiga EA Sports para el Barcelona visitando Son Moix con Joan García y Marcus Rashford inscritos, pero dejando a Gerard Martín y Szczesny en tierra porque ellos todavía no están dados de alta en la patronal. El arquero se estrenó en el once inicial, mientras que el inglés tuvo que esperar al segundo tiempo porque Ferran Torres jugó en punta, flanqueado por Lamine Yamal y Raphinha. En la medular actuaron Frenkie de Jong, Pedri y un Fermín que por esta vez le ganó la partida a Gavi y Dani Olmo. En la defensa, casi lo esperado, ya que Pau Cubarsí y Araújo formaron en el eje de la zaga, Balde en la izquierda, mientras que en el carril diestro Eric García le ganó la partida a Koundé.
Los hombres de Hansi Flick comenzaron dominando, casi sin dejar salir de su propio campo al cuadro local. Lamine Yamal era el futbolista más destacado, ofreciéndose y, sobre todo, atreviéndose con regates imparables. De hecho, ya hubo un momento en el primer tiempo en el que ya estaba pecando de individualista buscando su gol, pero cuando hace las cosas que hace, se le puede permitir. Y es que fue el de Rocafonda el que puso un centro perfecto al segundo palo, donde Raphinha ganó la espalda a su marcador, para regalarle el gol al brasileño, que sólo tuvo que rematar de cabeza para batir a Leo Román.
Son Moix se calienta
A partir de ahí se vivió un partido totalmente diferente porque a José Luis Munuera, al que ahora hay que llamar por nombre y primer apellido, se le fue de las manos el encuentro. Un disparo de Lamine Yamal lo repelió Raíllo de cabeza y se quedó en el suelo tumbado. El colegiado se llevó el silbato a la boca, pero no sopló y los jugadores del Barcelona siguieron jugando hasta que Ferran Torres mandó el cuero a la escuadra. Nadie sabía qué había ocurrido, pero tras dos minutos de incertidumbre señalaba el centro del campo. Nadie comprendía cómo, con los protocolos que hay hoy en día con las conmociones, no detuviera el choque.
A todas estas, el Barcelona se ponía 0-2 en un campo que se había vuelto hostil, para el árbitro y para los culés. Pero la temperatura, que no era baja por cierto en Son Moix, continuó subiendo. Morlanes, que había visto una amarilla por las protestas en el gol de Ferran Torres, acabó siendo expulsado por derribar a Lamine Yamal después de que el ’10’ hiciera una jugada maradoniana. Minutos después, roja directa para Muriqi -tras revisión en el VAR- por darle una patada en la cabeza a Joan García. De esta manera se llegó al descanso el conjunto de Jagoba Arrasate: un calor infernal, dos jugadores menos y perdiendo 0-2 en el marcador.
Rashford no apareció
En el descanso Hansi Flick decidió darle unos minutos a Dani Olmo en detrimento de Fermín. El egarense estuvo a punto de marcar a los pocos minutos de saltar al verde, pero se topó con una gran intervención de Leo Román. Y es que el Barcelona, como era de esperar, seguía dominando. Cómo para no hacerlo teniendo a dos jugadores más sobre el terreno de juego. Pese a ello, el Real Mallorca resistía y no le dejaba muchos huecos a un cuadro azulgrana que no encontraba la fórmula para hacer el tercero de la noche.
Flick hizo debutar a Rashford cuando faltaban unos 20 minutos. El inglés entró junto a Gavi y Jofre, pero las ocasiones seguían siendo para los mismos porque el inglés no tuvo incidencia en el juego. Dani Olmo estrelló un balón en el palo, Raphinha rozó su doblete y hasta Eric García lo intentó, pero topándose con Leo Román. Y así fueron pasando los minutos, con un Barcelona a medio gas y un Mallorca resistiendo con dos jugadores menos, pero Lamine Yamal no se quería ir sin su gol y así fue. Recibió un balón de Gavi y mandó el cuero a la escuadra. Otra vez, celebración coronándose. Ni se sacó de centro. Se escuchó el pitido final y una vez más, Son Moix fue un clamor contra el árbitro, pero a la vez le reconocía al equipo la entrega ante las adversidades que se le presentaron ante el Barça.