El Barcelona consiguió llevarse los tres puntos en un partido en el que no estuvieron a su mejor nivel. El cuadro dirigido por Hansi Flick comenzó perdiendo, pero le dieron la vuelta al marcador del Carlos Tartiere para acabar imponiéndose al Real Oviedo por 1-3. Eric García, Lewandowski y Ronald Araújo hicieron los goles del combinado azulgrana, que siguen de esta manera la estela de un Real Madrid, durmiendo a dos puntitos de los pupilos de Xabi Alonso.
Hansi Flick optaba por hacer rotaciones, pero sin pasarse. Joan García es inamovible en la portería y así sigue siendo. En la defensa sorprendía la entrada de Eric García como lateral derecho, mientras que Gerard Martín seguía manteniéndose en el carril contrario. Cubarsí y Araújo actuaban en el eje de la zaga después de haber sido suplentes hace unos días. Marc Casadó también entraba en el once y por delante estaban Dani Olmo y un Pedri que no descansa ni para atrás. Como hombres más adelantados, Marcus Rashford, Raphinha y Ferran Torres, por lo que Robert Lewandowski se quedaba en el banquillo.
Los futbolistas del Barça saltaban al verde acordándose del lesionado Gavi, que estará de baja los próximos cinco meses y Paunovic, por su parte, le daba la primera titularidad a un mago de este deporte como es Santi Cazorla, que pueden ser sus últimos meses como profesional. Pese a su edad, el ex del Arsenal estuvo bastante activo y ayudó a los suyos con esa presión inicial que al Barcelona le costó superar, pero poco a poco los de Hansi Flick fueron viendo cómo iba a ser el partido empezaron a tener oportunidades, no muchas, pero ocasiones tuvieron.
De hecho, fue Marcus Rashford el que se topaba una y otra vez con Aarón Escandell. El guardameta del Real Oviedo repelió una volea del jugador cedido por el Manchester United y después voló para hacer una palomita y evitar que el inglés firmase un gol parecido al que hizo ante el Newcastle en la Champions League. Y es que el Barcelona estaba apretando y todos buscaban a ese undécimo mejor jugador del mundo, Pedri, que era quien llevaba la manija y el ritmo del partido, pero todo se le iba a poner cuesta arriba al cuadro blaugrana.
Raphinha se sacó un latigazo desde fuera del área que chocó en el palo. Araújo agarró el rechace y, otra vez Escandell, salvaba sobre la línea el gol culé. Del 0-1, al 1-0, porque instantes después llegó el tanto del cuadro carbayón. Balón en largo y Joan García sale para cortarlo. Buena decisión, pero nefasta acción. Se quiso quitar el balón de encima y su pase fue bastante malo y llegó a los pies de Alberto Reina, que no lo dudó a la hora de soltar el pie de primeras y marcar desde su casa al no estar el ex del Espanyol defendiendo su portería. Cantada tremenda del arquero catalán, que firma su primera pifia como guardameta culé.
Tras el gol el Real Oviedo apostó por la de encerrarse atrás para intentar mantener el resultado. El Barcelona dominó la posesión, pero no conseguían encontrar esa brecha para igualar la contienda y con ese 1-0 se llegó al descanso. A la vuelta de vestuarios Hansi Flick metía a Frenki de Jong y quitaba a Marc Casadó. Le faltaba algo de chispa al cuadro azulgrana y eso seguro que no gustaba al técnico alemán, que hay que recordar que se quejó durante las primeras jornadas de ese juego plano y sin ideas. Por suerte para él, los suyos reaccionaron rápido y a los diez minutos del segundo tiempo empataron en el Carlos Tartiere.
El Barcelona sacó un córner en la banda derecha y la pelota acabó en el flanco contrario con Ronald Araújo llegando a línea de fondo. Puso un centro corto que Ferran Torres remató, pero otra gran intervención de Aarón Escandell evitó el gol de los azulgranas. Eso sí, el guardameta no lo blocó y la bola fue paseándose por delante de su portería hasta que apareció por ahí Eric García para meter la pierna y poner la igualada. El punto tampoco iba a ser malo para los de Veljko Paunovic y el ex jugador del Atlético quitaba del verde a un veterano como Santi Cazorla -se marchó ovacionado- y Hansi Flick metía a uno un poco más joven que el asturiano: Robert Lewandowski.
Los jugadores que había metido Hansi Flick para refrescar al equipo y alborotar el partido acabaron teniendo una gran incidencia. Frenkie de Jong colgó un balón y Robert Lewandowski soltó un testarazo tremendo, con un movimiento de cuello perfecto, para poner la pelota en la escuadra mientras Aaron Escandell hacía la estatua, quién sabe si porque sabía que no iba a llegar o porque se quedó embelesado mirando el remate del polaco. Con el 1-2 al Real Oviedo le entraron las prisas y el choque tuvo un cuarto de hora final frenético.
El conjunto culé buscaba sentenciar el choque con Lewandowski y Ferran activos arriba, pero Aarón Escandell continuaba a un buen nivel. Por su parte, los locales ya no tenían nada que perder y se estiraron para intentar hacer algo de daño a los blaugranas, pero la solidez defensiva, sobre todo con alguna intervención de Jules Koundé, lo impidió. Antes de cumplirse el tiempo reglamentario llegaría la sentencia con Araújo rematando un córner desde el punto de penalti, permitiendo a los suyos afrontar los últimos minutos con algo más de tranquilidad. De esta forma, el Barça acabó sumando tres puntos valiosísimos a la par que trabajados y ahora dormirán a dos puntos de un Real Madrid que el sábado juega el derbi contra el Atlético, esperando un favor de los rojiblancos.