El Barcelona perdió merecidamente por 4-1 frente al Sevilla en un choque en el que a los de Hansi Flick le pudo caer algún gol más. El cuadro culé creció en el segundo acto, pero no estuvo ni a la mitad del nivel al que nos tiene acostumbrados a todos. Pudieron meterse en el partido en varias ocasiones, pero Lewandowski falló un penalti y Roony Bardghji perdonó dos oportunidades clarísimas con una mala definición. Este resultado suma la segunda consecutiva de los blaugranas, que se marcharán al parón de selecciones en la segunda plaza, por detrás del Real Madrid, habiéndole durado el liderato sólo una semana.
Bajo un sol abrasador, que diría aquella mítica canción de la intro de Los Serrano, se plantaba el Barcelona en el Ramón Sánchez Pizjuán con muchas bajas, la más destacada la de Lamine Yamal, otra vez. Sin algunos de sus mejores futbolistas, Hansi Flick ofrecía una alineación en la que, obviamente, no descansaban ni De Jong ni Pedri. Ambos, acompañados en la medular por Dani Olmo. Por detrás, Pau Cubarsí y Araújo formaban la pareja de mariscales del área y a los lados tenían a Gerard Martín y al ex del Sevilla Jules Koundé. El tridente ofensivo de los blaugranas estaba formado por Ferran Torres, Marcus Rashford y Robert Lewandowski. Su compatriota, Szczesny, defendía el arco del Barça en Nervión.
Calorcito, más hora después de comer, igual a siesta. Y para siesta la del Barcelona, que saltó al terreno de juego del Sánchez Pizjuán dormidísimo. Los hispalenses se comieron durante todo el primer tiempo al combinado culé. Y es que daba igual quién estuviese sobre el verde porque la caraja de los catalanes era total. La intensidad de los de Matías Almeyda hacía que cada balón dividido o cualquier llegada por las bandas, por la que fuera, fuese un gran peligro para una defesa culé y un Szczesny que tuvieron mucho trabajo.
El Sevilla golpea primero
Fue a los diez minutos cuando Araújo derribó a Isaac Romero dentro del área. Muñiz Ruiz se lo comió y tras verlo en el monitor decidió señalarlo. Alexis Sanchez asumió la responsabilidad y engañó a Szczesny. El chileno, a pesar de su pasado en el Barcelona, lo celebró por todo lo alto porque veía que los suyos recibían el premio que tanto estaban mereciendo. El Barça seguía siendo un coladero y si no llega a ser porque Isaac Romero tenía la pólvora mojada y que Szczesny le hizo un paradón al atacante andaluz y también a Mendy el resultado podría haber sido mucho más abultado.
El calor de la tarde sevillana obligaba al partido a tener una pausa de hidratación y tras ese pequeño descanso los jugadores del Sevilla salieron con todo. Isaac Romero falló una ocasión clarísima, pero la siguiente mandó para adentro la pelota tras un gran centro de Vargas. Algo parecido le sucedió a Rashford. El Barcelona tuvo la primera ocasión del encuentro al borde del descanso, pero el británico se topó con una gran parada con la pierna de Vlachodimos. En el añadido el jugador cedido por el Manchester United no perdonaría. Centro perfecto de Pedri al segundo palo y el inglés mete el interior de su pierna izquierda para superar al ex del Benfica y recortar distancias.
A la vuelta de vestuarios el Barcelona volvió con dos caras nuevas. Eric García y Balde entraban por los amonestados Araújo y Gerard Martín, que no habían estado bien. El cabreo de Hansi Flick debió ser total, ya que los jugadores salieron al campo con otra actitud, aunque también pudo deberse a que con esta temperatura, el Sevilla era incapaz de seguir al mismo ritmo mucho tiempo más. Pero el Barça no era el Barça que tanto le gustaba al técnico alemán después de aquel parón de selecciones del mes de septiembre.
El Barcelona no despierta
El Sevilla siguió apretando como pudo, pero esta vez regaló algo más la pelota al Barcelona. Eso sí, los pupilos de Matías Almeyda se defendían prácticamente a la perfección y cedían pocas ocasiones para los catalanes. Pedri y Eric pusieron a prueba a Vlachodimos y el griego salió victorioso, como en el otro área cuando Szczesny le sacó con el pie un disparo de Marcao que se iba para adentro. Entra pocas ocasiones y muchas faltas iban pasando los minutos y Januzaj, que había saltado al verde segundos antes, derribó a Balde dentro del área y Muñiz Ruiz señaló pena máxima.
Robert Lewandowski tiró de galones y asumió la responsabilidad, ya que Lamine Yamal no jugó y Ferran Torres había sido sustituido. El polaco hizo hasta una paradinha, pero quiso ajustar tanto su disparo que lo mandó fuera. Las opciones de empatar del Barcelona se esfumaban. La frustración crecía minutos después cuando Bardghji, tras firmar una bonita jugada individual, definía de la peor manera posible mandando la bola al muñeco. Volvió a fallar otra ocasión clarísima el sueco y eso fue lo peor que pudo hacer, porque el contragolpe acabó en el fondo de la portería de Szczesny.
Para aquel que haya visto el Barça-PSG de hace unos días habrá visto alguna que otra similitud. La banda izquierda del Barcelona volvió a ser una autopista y Carmona, que se había pasado todo el encuentro corriendo, apareció para recibir un pase en profundidad. Eso sí, el otro día Achraf centro para Gonçalo Ramos, pero esta vez fue el defensor el que decidió jugársela y con un chut cruzado consiguió sentenciar el choque y poner el 3-1 en el Sánchez Pizjuán, pero no el definitivo, ya que en el añadido Adams también se unió a la fiesta metiendo el 4-1 final tras otra contra. Y así, tirando un primer tiempo y con la falta de efectividad en el segundo, el Barça regaló el liderato al Real Madrid.