Tercer kilómetro en el largo camino que tienen ante sí Oviedo y Sporting. La parada deja sensaciones radicalmente opuestas. El cuadro de Jose Alberto logró su primer triunfo de la temporada en un encuentro donde los futbolistas de la casa dejaron claro que piden paso para ser importantes. El conjunto de Sergio Egea, por su parte, volvió a perder sus opciones de puntos en el minuto noventa. Y ya van cuatro en tres partidos. Los azules cuajaron un encuentro con más sombras que luces y dejaron a las claras su debilidad en las áreas.
Vence, pero no termina de convencer
- De menos a más: A pesar de la victoria, el Sporting sigue dejando ciertas dudas. Se ha logrado un importantísimo primer triunfo. Pero el equipo no convence aún. Al equipo de José Alberto López le falta más fluidez. Hoy tuvo enfrente al primer rival que le cedió la iniciativa del juego de verdad. Y ahí el cuadro rojiblanco despachó una primera parte espesa y casi podríamos decir terrorífica. Tomeu Nadal fue casi un espectador y solo un par de acciones de estrategia llevaron peligro. El Albacete no solo estaba muy cómodo, sino que lograba defender lejos de su área ya que superaba las líneas de presión rojiblancas con una facilidad pasmosa.
- Los goles de la casa alegran el doble: Tras el descanso el Sporting mejoró. Mucho. Metió más ritmo e intensidad, fruto de un ajuste en el centro del campo, con Manu García adelantando algunos metros su posición. Se hizo totalmente acreedor de la victoria y tuvo la efectividad necesaria para ello. Los goles de Pedro Díaz, tras una magnífica acción de Djuka, y de Manu García no hacen más que sentirse orgullosa a una afición que ve como la cantera responde. Además ambos aportan esos goles desde segunda línea tan necesarios en un equipo.
- Falta temple y soltarse con balón: Pero el periodo que transcurrió entre el primer y el segundo gol no fue bueno. El equipo rojiblanco no logró templar y bajar las revoluciones del partido como si hizo ya tras el segundo gol. Para su suerte, el Albacete no aprovechó esa fase de desbarajuste que José Alberto corrigió en gran parte con la entrada al campo de Cristian Salvador por Pedro Díaz. El zamorano, con un perfil más de contención que el sierense se juntó a Javi Fuego. Ambos marcaron el ritmo del partido que le interesaba al cuadro gijonés. Además eso permitió a Manu García estar mucho más liberado y realizar varias acciones que deleitaron a los casi 20.000 asistentes en la lluviosa tarde gijonesa de El Molinón, como, por ejemplo, la del 2-0.
- Un muro defensivo: Aunque las estadísticas de ciertas aplicaciones o medios informativos pretendan insinuar lo contrario, el sistema defensivo del Sporting es la mejor noticia tras tres partidos disputados. Hoy se anuló por completo a un delantero muy complicado de defender como es Zozulia. Mariño solo tuvo que intervenir en dos ocasiones, una por tiempo y no fueron acciones que le causasen grandes dificultades. El rendimiento de la línea que forman Molinero, Babin, Borja López y Damián Pérez está siendo muy alto.
Pesadilla en el noventa
- Otra vez en el descuento. El Real Oviedo llegaba al encuentro con la esperanza de cosechar el primer triunfo de la temporada. Los azules afrontaron este tercer partido de la temporada después de dos choques en los que volaron los puntos en los instantes finales. Y en Fuenlabrada volvieron los fantasmas. Pasado el 89′ de la segunda mitad, un desbarajuste en la zaga carbayona provocó el segundo tanto de los madrileños. Un punto que se escapa. Otro más. Y van cuatro en tres partidos. A
- Sangalli por dentro. Pocos entendieron la decisión de colocar a Sangalli por dentro. El nuevo futbolista azul había maravillado al oviedismo en sus dos primeros partidos. En ambos actuó como extremo y fue de lo más destacado del equipo. Cuando salió a la luz el once carbayón, pocos entendieron que su posición se viese modificada. A Sangalli le costó mucho entrar en juego por dentro. Saúl y Omar ocuparon las alas. En la portería, Alfonso Herrero repitió bajo palos, mientras que Arribas debutó con la elástica azul. Christian Fernández se vio relegado al banquillo.
- El Oviedo es débil en las áreas. Los primeros veinticinco minutos del Real Oviedo son el espejo en el que mirarse. El equipo jugó bien al fútbol, con criterio, intenso y sin conceder ocasiones al rival. Además, el cuadro de Sergio Egea generó tres acciones muy claras de gol, pero no atinó ante la meta rival. Y a eso hay que sumar que la primera vez que el Fuenlabrada pisó área oviedista, el balón acabó en la red de Alfonso. Saque de esquina al primer palo, prolongación hacia el segundo, y Jeisson Martínez, libre de marca, anota el primero. Un tanto que lo cambió todo e hizo daño al equipo. Pese a ello, supo reaccionar y empatar, pero en otro error defensivo, los madrileños iban a hacer el segundo. El cuadro asturiano necesita mejorar en los metros decisivos cuanto antes.
- Ortuño, el delantero de Sergio Egea. Lo venimos diciendo a lo largo de las últimas semanas. Egea pedía un delantero con presencia en campo rival, y el de Yecla está respondiendo a la perfección. Más allá de los goles, dos en tres partidos, Ortuño es de esos futbolistas que generan peligro constantemente. Un delantero que tiene en vilo siempre a los centrales, ya que se mueve a la perfección por todo el frente de ataque. Pero además de eso, el punta permite respirar al equipo. La aguanta, juega con criterio y es una opción más que fiable en el juego directo. Ese punta con presencia vamos.