Hace poco más de año y medio, Vinicius tocaba el cielo siendo decisivo en la última Champions League del Real Madrid. El futbolista brasileño marcaba el segundo tanto que certificaba el nuevo triunfo europeo de los blancos, y ponía el colofón a una temporada que le coronaba como uno de los mejores jugadores del mundo, para muchos el mejor. A partir de ese verano todo comenzó a cambiar y en un año y medio, ha pasado de lo más alto a estar cuestionado por su propia afición. La situación se puede reconducir, todo dependen de él.
Vinicius y la pérdida de confianza
Fue ese verano cuando todo comenzó a cambar para Vinicius. Con el equipo aún saboreando la decimoquinta Champions League, la sexta en diez años, el Real Madrid anunciaba el fichaje del tan deseando y tan perseguido Kylian Mbappé. La temporada comenzaba con nuevo compañero, y no cualquiera, uno de los mejores jugadores del planeta, un campeón del mundo que llegaba al club blanco, al club de sus sueños, para lograr el único título que le falta, la Copa de Europa. La conexión entre ambos en el terreno de juego nunca ha llegado a ser fluida, pero con los ojos puestos en el francés, Vinicius quería seguir demostrando que él era el jefe del vestuario.
El Balón de Oro lo cambia todo
La gala del Balón de Oro fue el punto de inflexión para el futbolista brasileño. Por fin Vinicius iba a recibir el reconocimiento de todo el fútbol Mundial, un futbolista que ha generado admiración y odio casi a partes iguales, pero que había sido el gran protagonista de la última temporada. Pero quienes votan decidieron que tal galardón debía ser para Rodri. No ayudó la gran temporada anterior de los blancos, se repartieron los votos entre muchos de los integrantes de la plantilla y el trofeo se fue para Manchester, para el mejor jugador de la Premier y un campeón de la Eurocopa.
Ante la indignación de buena parta del mundo del fútbol, el Real Madrid tomó la decisión de no acudir a una gala donde había más galardones para los blancos, un plantón que demostró el respaldo del club hacia el jugador, pero un respaldo erróneo, que elevó al propio futbolista por encima de todo y de todos. Hubo otros premios que quedaron vacantes, como el reconocimiento a Carlo Ancelotti, mejor entrenador. El brasileño usó esto para elevar su ego, pero nada para beneficio, ni personal, ni colectivo.
Bajón de nivel
Por aquel entonces el nivel de Vinicius ya estaba por debajo del nivel mostrado en la temporada pasada, su rendimiento en el terreno de juego era inferior, menos goles, menos desborde y lo que empezaba a preocupar, menos compromiso colectivo, menos trabajo con sus compañeros. Además, sufrió una lesión que le dejó un mes y medio fuera de competición, así puso punto y final al 2024, y desde entonces, ya no ha vuelto a recuperar el nivel que debe mostrar en el Real Madrid.
En el tramo de temporada donde el equipo se jugaba los títulos, estuvo desaparecido, mientras que Mbappé comenzaba a despegar. Parecía que la competencia le hacía mal al brasileño, le constó asimilar que había alguien más determinante que él.
La renovación
Pero para explicar qué le ha pasado a Vinicius para llegar a la situación que ha llegado, hay que mirar más allá del terreno de juego. El futbolista brasileño termina contrato en verano de 2027, y a finales de enero, cuando el ruido era apenas inexistente sobre su futuro, llegó una oferta de Arabia, una oferta «irrechazable» según el entorno del futbolista, donde ofrecía al jugador un salario de 1.000 millones por cinco temporadas. Mucho se habló de esa oferta, pero con el paso del tiempo, no ha habido rastro de ella. Fue la antesala del comienzo de una renovación donde el jugador iba a poner sobre la mesa exigencias nunca antes solicitadas en el club blanco.
Para empezar, quería ser el jugador mejor pagado de la plantilla, por encima de Mbappé, por otro lado, pedía una prima de renovación, algo inédito en el club blanco. Inició un pulso a Florentino Pérez, mal asunto. Con el tiempo se ha sabido que presidente y jugador habían llegada a un acuerdo para renovar, pero el futbolista se echó atrás en el último momento, algo que no sentó nada bien en el club. Al igual que no gustó que utilizaran una supuesta oferta de Arabia para pedir lo que nadie había pedido antes en el club, para luego, además, echarse atrás en el momento de la firma.
El ego de Vinicius
Por otro lado, el futbolista seguía (y sigue) sin rendir en el campo, mientras sus intervenciones fuera del campo, sus enfrentamientos con los rivales, con el resto de aficiones, seguían a la orden del día. El brasileño quiere tener influencia más allá del fútbol, y quiere ser uno de los abanderados en la lucha contra el racismo, algo muy importante que merece la implicación de grandes estrellas, pero se equivocó en unas declaraciones a la ESPN que dolieron mucho al madridismo, cuando declaró que España era un país racista y que no deberían darle un Mundial, cuando la final del 2030, a falta de confirmación, se celebrará en el Santiago Bernabéu. Dolió eso y que señalara a todo un país por episodios vividos en otros estadios, cuando la afición blanca siempre le ha estado arropando. Ahí comenzó a cambiar la tendencia. Con todos estos episodios, llegamos a la nueva temporada.
Vinicius, pitado en el Santiago Bernabéu
La temporada de Vinicius está siendo complicada. La llegada de Xabi Alonso ha cambiado su estatus, ya que el entrenador blanco, ante el evidente rendimiento del brasileño, decidió darle menos protagonismo, sentarle en el banquillo más de lo habitual, incluso en el inicio de los partidos. Quería más implicación del brasileño, más trabajo, más mirar por el equipo. Pero a Vinicius no parecía gustarle el trato recibido, a la vez que sus actuaciones seguían siendo muy malas.
El día del Barcelona fue el punto de inflexión: cuando fue sustituido, protagonizó uno de sus peores actuaciones contra el madridismo, evidenciando su gran enfrentamiento con Xabi Alonso por sustituirle. Fue algo más que un simple enfado, fue una recreación desproporcionada a ojos de todo el mundo, en el partido más visto del planeta. Señalar a su entrenador, quererle poner en contra a toda su afición. El Real Madrid volvía a ganar un partido a un grande, un partido al Barcelona después de las cuatro vergonzosas derrotas de la temporada pasada. Todo quedó eclipsado por lo que había hecho el futbolista.
Desde ese día, el club blanco se ha roto, pasó de ser un líder sólido a un equipo partido, con plantilla y entrenador fraccionados, con la pérdida del liderato, y con la sensación de que este año volverá a ser un desastre. Y muchos culpan de todo lo que ha pasado a un Vinicius que en el terreno de juego, sigue mostrando un nivel deportivo muy bajo, además de llevar 12 partidos sin marcar gol.
El último partido del año, Xabi Alonso le sustituyó a falta de 20 minutos para el final del partido, y la afición explotó, la afición que durante tantos años del ha defendido de todo, contra todos, dijo basta. Y la reacción del jugador, fue borrar su foto de perfil de las redes sociales con la camisera del Real Madrid y ponerse una con Brasil. Alguien debería explicarle a Vinicius que cuando el Bernabéu pita a una de sus estrellas, no es porque quiera echar a nadie, es porque saben que puede dar mucho más de sí, que debe trabajar para mejorar, que debe poner el escudo por encima de todo. Es muy fácil ser jugador blanco cuando las cosas van bien, pero se demuestra si estás hecho para este club en estos momentos, como han hecho otras grandes leyendas en la historia del club, que fueron eso, leyendas, porque también supieron dar lo que tenían que dar cuando las cosas iban mal, cuando les pitaron en el Bernabéu.
