La copa siempre es una competición interesante. En ella hay partidos llenos de emoción, en los que un gol lo cambia todo, en los que la sombra de una posible prórroga y tanda de penaltis existe en el ambiente… pero también hay otros partidos que carecen de demasiada importancia.
Para los dos equipos que han jugado esta noche, la verdad es que tienen un objetivo bien distinto al de una buena actuación copera. El Athletic Club y la Sociedad Deportiva Huesca tienen actualmente la cabeza en otros asuntos, asuntos ligueros. La situación de ambos en la liga no es para nada admirable, en puestos de descenso y con rachas inefables. Con tan solo una victoria, ambos en la primera jornada, ninguno de ellos podría acudir con buenas sensaciones a este partido, ni en cuanto a juego ni en cuanto a rendimiento.
Sin embargo, en esta ocasión, San Mamés vio a los suyos disputar un partido de los que se esperaba de este equipo: con determinación, efectividad y buen juego. Desde prácticamente el primer minuto los leones tomaron la iniciativa y atropellaron a su rival. Así, a los 10 minutos Aduriz abría el marcador de la manera que mejor se le da, de remate de cabeza. Acostumbrados que están sus seguidores a verle hartarse a goles, que se haya demorado en conseguir su primer tanto es algo sintomático del juego de equipo.
Una vez abierto al marcador y, pese a ser inferiores en el juego, el Huesca intentó dar lo mejor de sí e intentar un empate como lo lograron en su última visita a Bilbao. El que más lo intentó fue el “Chimy” Ávila, con un disparo al palo alrededor del minuto 20. Pese a ello, tan solo unos minutos después, un centro rojiblanco acabó con Insúa introduciéndose el balón en su portería.
A partir de ese momento, el Huesca no opuso demasiada resistencia. Aduriz marcó de nuevo para poner un 3-0 que en ningún momento se vio en peligro. Williams, que a pesar de seguir con su mala racha goleadora en casa, ofreció su mejor nivel volviendo loca a la defensa rival. El Huesca sufrió mucho las internadas de los rojiblancos por la banda izquierda, las cuales fueron el origen de los tres primeros goles, todos generados por centros.
El encuentro entró en un estado de “no partido”, con poco que ver. Un par de ocasiones por parte de Williams, de Ávila y constantes córners locales fueron lo que vieron los asistentes antes de llegar al descanso.
Comenzada la segunda parte, el encuentro volvió a tener emoción, con un intento de reacción de los visitantes. Nolaskoain tuvo una buena ocasión, pero dos buenas ocasiones del Huesca por parte del turco Gürler y de Ávila una vez más parecieron amenazar el estado de bienestar de los bilbaínos. Sin embargo, esa amenaza fue eliminada con una falta que Beñat se encargó de transformar en gol.
El 4-0 estaba servido, el Athletic dominaba y el Huesca deambulaba en un partido que ya estaba sentenciado. Werner, que no tuvo una noche muy acertada, realizó una gran intervención para evitar el hat-trick de Aduriz y Sastre estuvo a punto de reducir distancias, pero nuevamente Unai Simón permitió mantener la portería a cero.
Más allá de lo acontecido a partir de entonces, tan solo queda comentar lo anecdótico. Se vieron hoy tres debuts en el terreno de juego, los de Guruzeta, Cristian Ganea por parte del Athletic y Juanjo Camacho por parte del Huesca. El primero, que salió de inicio, fue de menos a más protagonizando una buena ocasión en la segunda parte, mientras que los otros dos salieron una vez definido el partido.
Fue un partido que podría quedar en anécdota a finales de temporada, con un resultado que ni salva ni sentencia a ninguno de los dos, pero que poco vale para los objetivos de ambos equipos. Queda mucha tela por cortar, pero nadie se puede permitir algún margen de error.