Baño de realidad

Un año y un mes después de aquella debacle de Lisboa, Barcelona y Bayern cruzaban de nuevo sus caminos. De Lisboa salió un Bayern campeón de Europa y un Barcelona moribundo con una urgente necesidad de hacer “borrón y cuenta nueva”. Para realizar esa misión el elegido fue Koeman, el héroe de Wembley. Trece meses después con nuevo presidente, y sin Messi, la misión de Koeman sigue siendo la misma. Así pues, este nuevo enfrentamiento ante la bestia alemana se presentaba como una buena oportunidad para calibrar el nivel culé.

Comenzó el encuentro con el Barcelona intentando imponer un ritmo rápido. Con Alba y Menphis percutiendo por la izquierda parecía que los de Koeman podían poner en problemas a los bávaros. Un espejismo. A medida que iban transcurriendo los minutos se iba imponiendo el ritmo del Bayern.

Los alemanes son una máquina. En cada momento hacen lo que pide el partido.  La presión  en su momento, balón largo cuando es necesario, Sané  y Musiola rompían líneas con una facilidad pasmosa…. Los tres del centro azulgrana no daban abasto, cada vez que se giraban ahí tenía un alemán en la espalda…La presión alta a la que sometían a los azulgrana dejaba en evidencia los problemas en la elaboración, no les duraba nada el balón.

Así las ocasiones no tardarian en llegar. La primera la tuvo Sané pero respondió Stegen con una mano impresionante. El Barcelona defendía por amontonamiento. Tan solo Araujo daba la talla en la defensa de 5 por la que optó Koeman. El gol era cuestión de tiempo y llevaría la firma de Müller que tiene en los catalanes una de sus víctimas preferidas. Tras la enésima recuperación de Goretzka el balón le llegó al veterano Müller que chutó desde la frontal para batir  a su compatriota tras tocar el balón en Eric.

Conseguido el gol los alemanes parecieron calmarse un poco. Se dedicaron a contemporizar lo que aprovechó el Barcelona para estirarse tímidamente en ataque, algún centro de Alba con peligro, y sobre todo para tomar un poco de aire. Así se alcanzaba el descanso, con un Barcelona inferior a los alemanes.

El dominio abrumador de los de Nagelsman continuó en la reanudación. Los alemanes se plantaron en la frontal del área blaugrana y sometieron a los locales a una presión axfisiante de la que eran incapaces de salir. Un Barcelona sin ideas incapaz de aprovechar a un delantero como Dé Jong para jugar en largo y salir un poco de su área. De nuevo Ter Stegen sacó un pie increíble ante Sané pero no pudo hacer nada para evitar minutos después el remate de Lewandowski para hacer el segundo.

El gol calmó el ansia de los bávaros cosa que agradeció el Barcelona que estaba al borde de una nueva debacle. Koeman tiró de los jóvenes y el juego azulgrana creció. La entrada de Gavi, Demir y luego las de Mingueza y Coutinho más la vuelta al 4-3-3, dieron otro aire y más velocidad al juego azulgrana para alegría de la parroquia local muy entregada a los suyos durante los 90 minutos. El único pero fueron los pitos a Sergi Roberto. Aún así fueron buenos minutos para los locales, beneficiados porque el equipo alemán levantó el pie. El partido acabaría con el tercero de Lewandowski que certificaba la tremenda superioridad alemana.

Trece meses después los de Koeman  han avanzado  muy poco y dista mucho de ser un equipo competitivo en Europa. “Es lo que hay” decía Piqué al finalizar el encuentro. Mejor resumen imposible.