La jornada liguera de la tarde del sábado nos presentaba un enfrentamiento entre dos equipos, el RCD Mallorca y el Sevilla FC, que, de forma inesperada, se encontraban muy cerca en la tabla liguera (mallorquines duodécimos con 9 puntos, sevillanos decimoctavos con 6), tratándose por tanto de un duelo directo en el momento de la temporada en el que estamos. Los visitantes llegaban a la cita con sensaciones positivas, tras haber completado un más que competitivo partido europeo en casa del Borussia Dortmund, empatando (y quizá mereciendo ganar) contra un equipo que, justo antes del cambio de técnico, le había endosado un 1-4 en el Sánchez-Pizjuán.
Comenzó el partido en Son Moix con un RCD Mallorca dominador, que aprovechó la inercia inicial habitual de los equipos locales para llegar con suma facilidad a la portería de Bono, que respondía de forma sublime con dos paradas de mucho mérito en jugadas consecutivas (a Abdón Prats y en una ocasión y a Sánchez en la otra). La movilidad del delantero de la isla era un quebradero de cabeza para la defensa hispalense y los de Sampaoli no consiguieron lograr una posesión continuada hasta pasados los diez primeros minutos, cuando Isco y Lamela trataban de hilar las primeras combinaciones del ataque visitante.
Pasados los minutos, el Sevilla conseguía un alto volumen de posesión, pero no de peligro, amasando mucho la pelota los centrocampistas pero sin encontrar a nadie en posiciones adelantadas, con los tres centrales del Mallorca muy bien plantado; y echando de menos el conjunto nervionense una referencia real en la punta.
Así, el partido se iba al descanso con la sensación de que el Mallorca, tras sus dos tempraneras oportunidades, se sentía ciertamente cómodo defendiendo en esas zonas del campo las largas posesiones de un Sevilla cuyo juego defraudaba dados los brotes verdes que se habían visto en los dos primeros encuentros de Sampaoli. Y es que el conjunto andaluz se iba al vestuario, por primera vez en toda la temporada, sin haber rematado una sola vez, a pesar de tener el balón el 68% del tiempo hasta el momento.
No obstante, sería siete minutos después de comenzar la segunda mitad cuando llegaría el primer disparo a puerta de los andaluces; y de qué forma: un golazo desde fuera del área por la escuadra de Nemanja Gudelj, quien precisamente había tenido que ser atendido por una conmoción pocos instantes antes de la jugada. Un mazazo para un Mallorca que, aunque estaba recibiendo una mayor presión del Sevilla en la salida de balón, seguía relativamente cómodo en el encuentro hasta el momento. Tras el tanto del serbio, además, el Mallorca no conseguía aumentar su presencia en ataque; e incluso el Sevilla se veía algo más suelto a la hora de avanzar líneas en la defensa balear, con Lamela ya pisando área alguna vez.
No sería hasta el minuto 79′ cuando el Mallorca volvería a tirar a puerta desde las dos primeras oportunidades del encuentro, aunque con un disparo alto sin peligro para Bono. Los cambios ofensivos del Vasco Aguirre (con la entrada de Ángel, Lago Junior y Amath Ndiaye) favorecieron una mayor intención de los locales de tratar de llegar a área rival, con Ruiz de Galarreta sintiéndose algo más libre para crear en el centro del campo, pero los defensas sevillistas sabían jugar con los nervios de los atacantes mallorquinistas y concedían pocas ocasiones, más allá de otro tiro del propio Ángel, en este caso a las manos de Bono. La mejor ocasión de este tramo la protagonizarían los mismos futbolistas en el 85′, con otra parada salvadora del guardameta marroquí al delantero canario tras el pase de la muerte de Amath.
Tras unos últimos instantes con el Mallorca volcado para tratar de sumar un punto sin éxito y sin más oportunidades manifiestas, concluyó el partido con el 0-1 en el marcador. Un encuentro en el que un zapatazo memorable de Gudelj y la contundencia en área propia de un milagroso Bono dio el primer triunfo al «nuevo» Sevilla FC de Jorge Sampaoli, que se aúpa a la decimotercera plaza con nueve puntos, dejando atrás esa alarmante zona de descenso y, sobre todo, consiguiendo aire para poder incorporar con más tranquilidad los conceptos del argentino. Por su parte, el RCD Mallorca de Aguirre se mantiene duodécimo con los mismos puntos, pero con el mérito de haber competido a alto nivel (sin premio) a pesar de la baja por sanción de su estrella Vedat Muriqi.