La derrota era lo más probable. Siempre se mantiene un pequeño atisbo de esperanza («¿y si sí?») pero el partido entre Atlético de Madrid y SD Almazán fue un ejemplo de que en el fútbol la lógica, aunque existan excepciones, suele imponerse. El equipo colchonero, con un once de gala, pasó de ronda sin complicaciones y se marcha al parón del Mundial con el consuelo de al menos pasar de ronda en la Copa del Rey.
Desde los primeros compases del encuentro se evidenció la diferencia de nivel entre ambos conjuntos. El Almazán salió con la intención lógica de protegerse ante un Atlético de Madrid lleno de titulares. No se reservó nada Simeone, seguramente con la intención de darles una noche de alegría a sus jugadores. El mal momento que están viviendo los colchoneros, eliminados de la Champions y lejos de la pelea por la liga, quizá lo requiriese.
La cómoda posición de Oblak, convertido espectador de lujo, contrastaba con la atareada labor de Alberto. Los hombres del Cholo probaron de múltiples formas al arquero, que sacó un par de buenas manos. Los golpeos provenían mayoritariamente desde fuera del área, resultado de la rocosa estrategia defensiva local. Ante la imposibilidad de penetrar en el área, nada mejor que probar fortuna desde la lejanía.
Correa batió a una defensa numantina
Precisamente gracias a esa estrategia llegaría el primer tanto de los visitantes. João Félix, que antes había desaprovechado una buena ocasión, disparó desde la frontal. Entre los tres palos Alberto se encargó de demostrar que el Almazán tenía portero. Sin embargo, la mala fortuna quiso que su rechace fuese hacia el medio, donde un avispado Correa se encargó de enviar la pelota a las mallas.
Tras el gol no hubo una gran reacción de los sorianos. No por falta de ambición sino por una evidente superioridad futbolística. Los de Simeone impusieron con puño de hierro su dominio y no permitieron que el humilde club de Tercera Federación se acercase al arco defendido por el esloveno Oblak.
Más de lo mismo en el segundo acto
Si en la primera parte el Atlético fue muy superior en los segundos cuarenta y cinco minutos la cosa no fue muy diferente. El cuero era de nuevo propiedad casi exclusiva de los visitantes, mientras que el Almazán, sabedor de que lo tenía complicado en prácticamente cualquier caso, se permitió salir al ataque en alguna ocasión.
En mitad de la fiesta el Atlético encontró el camino de la portería para marcar el segundo tanto. De nuevo, el protagonista fue el ‘7’ rojiblanco. Primero combinó con De Paul, que cedió para su compañero Correa. El argentino dejó pasar la bola entre las piernas para que llegase a un João Félix que hizo un quiebro para marcharse del último defensor y batir a Alberto con un tiro raso.
La dinámica fue la misma durante los treinta minutos que restaban de encuentro. Contrastaba la debilidad en ataque del Almazán con su fortaleza defensiva para impedir que el Atlético crease ocasiones claras con asiduidad. Aún así, por una cuestión de repetición, acabaron llegando nuevas aproximaciones de peligro como un gol anulado por fuera de juego a Antoine Griezmann.
Y todos contentos…
Así poco a poco se fueron consumiendo los noventa minutos hasta llegar al final del encuentro. Un partido previsible pero emotivo para un equipo y unos jugadores que no olvidarán la noche de hoy. El Atlético, por su parte, pasó de ronda de Copa del Rey y se va al parón con un mejor sabor de boca aunque con muchos problemas acumulados a los que debe darles varias vueltas.