Era muy, muy difícil que el fichaje de Kylian Mbappé por el Real Madrid cumpliese con las expectativas que habían estado cociéndose a fuego lento en La Casa Blanca durante los siete años de tira y afloja entre el delantero y el conjunto año. Siete años que terminaron con un fichaje a coste cero y una presentación por todo lo alto para la última estrella del cielo de Madrid.
Un fichaje que aterrizaba en el Santiago Bernabéu como el último galáctico de Florentino Pérez, y siendo la guinda sobre el pastel de una de las mejores plantillas de Europa que, además, venían de levantar La Decimoquinta al cielo de Londres apenas 48 horas antes del anuncio.
La actitud y los números certifican el gran cambio de Mbappé
Todo parecía tan idílico que parecía irreal. Y así ha sido. No en su primera noche de blanco, en la que Kylian Mbappé levantó su primer título de blanco con gol incluido en la final de la Supercopa de Europa frente a la Atalanta. Un inicio que hizo a muchos frotarse las manos. Sin embargo, las semanas pasaban, y entre destello y destello, el Santiago Bernabéu no reconocía a aquel por el que llevaban siete años suspirando.
Un nivel de lo más irregular que llegó a su fondo en tierras intermedias entre Liverpool y Bilbao. Y es que Anfield y San Mamés fueron testigos del peor momento del francés desde que fichase por el Real Madrid. Y no solo porque fallase dos penaltis decisivos en encuentros consecutivos. Más allá de lo tangible, las sensaciones estaban muy lejos de aquel futbolista que atemorizó a toda Europa. Cabizbajo, sin intensidad y decaído, Mbappé parecía solo una sombra del que fue en su día.
Y cuando tocas fondo, solo tienes dos opciones: hundirte del todo o tomar impulso. Y a la conclusión del encuentro en San Mamés, Mbappé reaccionó en sus redes sociales con un mensaje contundente, conciso, en que dejó clara una personalidad a la altura de los más grandes: “Mal resultado. Un gran error en un partido en el que cada detalle cuenta. Asumo toda la responsabilidad. Es un momento difícil, pero es el mejor momento para cambiar esta situación y demostrar quién soy”.
Casualidad o no, el Mbappé con el que se ha encontrado el Real Madrid poco o nada tienen que ver con aquel que naufragó en Liverpool y en Bilbao. Y las dudas del Bernabéu al recibirle en el siguiente encuentro en casa, frente al Sevilla, fueron disipadas a los nueve minutos de partido, cuando Mbappé conectó un latigazo desde fuera del área directo a la escuadra de Nyland para dejar claro que lo que aseguró en Instagram eran mucho más que palabras vacías.
Una versión que, desde aquel día, en el que aseguró haber “tocado fondo”, ha ido creciendo hasta parecerse a aquel futbolista del PSG que se disputó el puesto de mejor futbolista del mundo. Más allá de eso, en poco menos de un mes, Mbappé ha marcado en 4 de los 6 partidos disputados, incluyendo su doblete frente a Las Palmas, que solo el VAR pudo impedir que se convirtiera en su primer hat-trick de blanco.
Una versión del futbolista que crece un poco más cada partido que disputa, y ya empieza a parecerse a la versión de aquel futbolista que se convirtió en el heredero al trono del mejor del mundo. Florentino Pérez, Carletto y la afición blanca en su totalidad son ahora plenamente conscientes de que este Mbappé es el futbolista por el que habían estado tanto tiempo suspirando. Y la mejor parte para el conjunto blanco es que la única persona que conoce el techo de Mbappé, es el propio Mbappé.