El Real Madrid está comenzando a despegar el vuelo, de eso no cabe ninguna duda. Y la exhibición frente al City que ha servido al conjunto blanco en los octavos de final de la Champions League es la prueba fehaciente de ello. Una exhibición de la que Kylian Mbappé fue el principal artífice y el gran protagonista.
Sin embargo, tal y como apuntó de forma muy acertada el francés al hablar con la prensa, más allá de él, “en el Madrid hay 14 o 15 protagonistas”. Algo que quedó más que demostrado ayer en un equipo en el que en todo momento, los 11 futbolistas que estaban sobre el verde presionaban al City como si les fuera la vida en ello.
Los menos habituales salvan la difícil papeleta de Ancelotti
Sin embargo, más allá de Kylian, los habituales también están acostumbrados al elogio. Los Vinícius, Rodrygo, Valverde, Rüdiger o Courtois saben perfectamente lo que es ser una pieza importante y darse un baño de masa en el Bernabéu. Sin embargo, lo que hemos visto recientemente, es que el Bernabéu también tiene palabras para esos actores secundarios que, cuando llega el momento de la verdad, son mucho más que eso.
Y es que esta temporada, las cosas se han puesto realmente complicadas para Ancelotti. A la ya anticipada marcha de Kroos, que ha dejado un vacío irrecuperable en la medular blanca, se ha sumado una nueva plaga de lesiones en la defensa que han dejado al técnico italiano en jaque durante buena parte de la campaña. Pero cuando había que sacar las castañas del fuego, dos jugadores prácticamente residuales han dado un paso adelante: Dani Ceballos y Raúl Asencio.
El encuentro frente al City es el ejemplo perfecto de lo que significa dar un paso adelante en un club del estatus del Real Madrid. Un gran escenario en el que muchos se arrugarían, al que ellos salieron con la experiencia del que lleva más de una década de carrera. Y el centrocampista lo demostró con un dominio absoluto del espacio y el tiempo con la pelota, con toda la creación del conjunto blanco pasando por sus botas.
El central, por su parte, que aterrizó de pie en su debut en el Bernabéu, no ha tardado mucho en meterse al público en el bolsillo. Y actuaciones como la del encuentro frente al City demuestran exactamente por qué. Más allá de su carácter de líder y su combatividad en defensa, de sus botas nació el pase del que Kylian Mbappé pudo abrir la lata y destapar la caja de los truenos.
El Bernabéu se rinde a los pies de Asencio y Ceballos
Una importancia que, más allá de este partido, ha solucionado los dos grandes problemas del Real Madrid esta temporada. En Ceballos, Ancelotti ha encontrado el metrónomo que necesitaba para poder dominar el centro del campo en los partidos más complicados. En Asencio, el conjunto blanco parece haber dado en un central para la próxima década, siendo uno de los debuts más rompedores que se recuerdan de un canterano en La Casa Blanca, llevando a más de uno a compararle con el mismísimo Sergio Ramos.
Y es que este Real Madrid es un equipo galáctico, sí, y son las grandes estrellas las que habitualmente se llevan los focos, de forma muy merecida, por supuesto. Sin embargo, para que el tejado de la casa luzca bonito, es importante colocar antes unos cimientos firmes. Y ahora, son los futbolistas menos esperados los que están sumando su granito de arena para ir construyendo ladrillo a ladrillo a un equipo que aspira a absolutamente todo. Un equipo que vuelve a hacer gala de aquel mítico eslogan de la primera era galáctica que apostaba por los Zidanes y Pavones, para adaptarlo a la era moderna con los Mbappés y Asencios.