Desde el pasado mes de junio, el Real Madrid atraviesa un bendito problema que, a efectos prácticos, es de todo menos un problema. El fichaje de Kylian Mbappé se tradujo en un tercer extremo izquierdo para un Real Madrid en el que, durante las últimas temporadas, Vinícius se había consolidado como uno de los mejores jugadores del mundo.
Una llegada que hizo que más de uno pusiera en duda la adaptación de Mbappé y Vinícius a compartir el frente de ataque. Sin embargo, en pleno debate sobre cuál de los dos delanteros debía ocupar el perfil izquierdo del ataque, aparecía tras el telón el nombre de Rodrygo Goes, que lleva varios años ocupando una posición que no es la suya.
La Premier League y el PSG, como locos por Rodrygo
Un Rodrygo que, a pesar de contar con una calidad indudable, se ha visto desterrado a la banda derecha, donde su rendimiento es claramente inferior al que demuestra cuando juega en su posición natural. Una posición que las pasadas campañas solo podía ocupar cuando Vinícius no estaba disponible, y que ahora que ha llegado Kylian Mbappé, se ha convertido en un coto privado para el francés y el brasileño.
Una situación que deja a Rodrygo en una situación compleja, de la mano de una evidente falta de protagonismo desde que aterrizase Mbappé. Una situación que viene haciendo saltar las alarmas desde el pasado verano en Valdebebas, donde, a pesar de que es considerado intransferible por Florentino, ya se habla de la posibilidad de que el brasileño abandonase el Real Madrid para continuar su carrera en otro sitio.
Y es que la única realidad tangible es que Rodrygo sería indiscutible en cualquier equipo del mundo, especialmente, teniendo en cuenta que estamos en un mercado en el que los laterales izquierdos de calidad escasean. Ejemplo de ello son el Manchester City, donde Grealish no ha terminado de consolidarse, o el Liverpool, donde Luis Díaz tampoco ha conseguido consagrarse como uno de los mejores en su puesto.
A expensas de estos dos equipos, se encuentra un Paris Saint-Germain cuyo extremo izquierdo se ha quedado huérfano precisamente desde la marcha de Mbappé al Real Madrid. Tres equipos que ya han tanteado a Rodrygo el pasado verano, especialmente el City y el PSG, y que estarían dispuestos a poner sobre la mesa del Real Madrid una cifra muy superior a los 100 millones de euros que Transfermarkt indica como su valor de mercado.
¿En que podría invertir el conjunto blanco los más de 100 millones de euros que vale Rodrygo?
Cabe recalcar que hablamos de una venta que, hoy por hoy, el Real Madrid ni siquiera se plantea. Sin embargo, haciendo un ejercicio de imaginación, y pensando en que Florentino finalmente diese luz verde a la salida de ese joven extremo izquierdo que llegó después de maravillar en el Santos, ¿en qué podría invertir el Real Madrid lo ingresado?
La opción más lógica, además, de la más práctica, sería invertir el dinero de Rodrygo en el gran objetivo del Real Madrid, Florian Wirtz. Un futbolista que es considerado por Florentino Pérez el próximo gran galáctico para la casa blanca, al que el Bayer Leverkusen tasa en una cantidad cercana a esos 100 millones de euros, en lo que sería prácticamente un cambio de cromos, con el que el conjunto blanco daría salida a su tercer extremo izquierdo, para dar la bienvenida a un centrocampista polivalente capaz de jugar en todas las zonas ofensivas del conjunto blanco.
Sin embargo, el de Wirtz es un fichaje que no cuenta con la unanimidad absoluta de la directiva blanca. Por el contrario, otro modo de invertir el dinero ingresado por Rodrygo podría ser acometer el fichaje de dos piezas que ahora mismo el Madrid necesita más que Wirtz. En primer lugar, Dean Huijsen, sobre quien Fabrizio Romano ha desvelado una cláusula de rescisión de 50 millones de euros, y que podría ser la pieza clave para el centro de la zaga del Real Madrid.
En segundo lugar, la otra parte del hipotético traspaso de Rodrygo podría ir directamente a San Sebastián con el objetivo de pagar la cláusula de Martín Zubimendi, otra de las grandes prioridades blancas de cara al mercado de verano, en un futbolista que se ha convertido en el objetivo número uno para cumplir lo que se ha convertido en una obsesión para Florentino Pérez: cubrir la vacante de Toni Kroos.