Como si el tiempo no hubiese existido tras aquel partido en San Mamés, volvió a aparecer la versión más apática y, por desgracia, sí conocida, de Kylian Mbappé. El francés volvió a recuperar los vicios de inicio de temporada en el que, probablemente, era el partido más importante del Real Madrid hasta el momento. Porque siempre hay uno más; y lo del City, para el Bernabéu, ya es historia. Así se lo recordó al francés, aunque tímidamente, con el ya clásico murmullo que, hasta Cristiano Ronaldo o Zidane, tuvieron que sentir en el pasado.
Pero lo más grave, quizá, pasó en el tiempo de descuento. El francés recibió sólo en la banda derecha y, cuando sólo tenía que decidir bien, entre un disparo a puerta; o, la opción que eligió, mal ejecutada, pasarla a Vinicius. Falló en un pase en el que Vinicius sólo iba a tener que empujar el balón hacia la portería y poner un 3-1 que, no hubiese sido definitivo, pero sí una ventaja mucho más tranquilizante de cara a la vuelta en el Metropolitano.
Pero tampoco apareció en los 90 minutos anteriores. Kylian volvió a parecer un jugador torpe, lento, que, por momentos, parece de una categoría a la que no pertenece. Falló más de un 20% de sus pases; sólo realizó un regate bueno; dos fueron malos; y sólo un remate a puerta. Estadísticas que, en un día como el de hoy ante el Atlético de Madrid, dejan helada a la afición que, no quiere volver a dudar de él; pero que quizá esperaba la versión más ‘Cristianesca‘, recordando aquel hat trick de 2017.
Un partido preocupante pero, como el resultado, no definitivo. Decía Mbappé en la previa que prefería el Atlético de Madrid por no tener que coger un avión y estar más descansado. Sus deseos se cumplieron y, ahora, la afición espera que recuperé la versión post San Mamés, la versión del hat trick ante el Manchester City, la versión del mejor jugador del planeta. El miércoles, la oportunidad final, pero puede que no última, en el Metropolitano.