El Bernabéu de las grandes ocasiones, busiana incluida, no falló a una ocasión más difícil que la anterior. Porque los 3 goles de la ida eran una losa demasiado pesada, y más para este complicado Real Madrid. Complicado porque en la ida fue un festival, como toda la temporada, de incompetencia. Pero con todo y con eso, ser del Madrid es esto, creer hasta incluso cuando las probabilidades, las matemáticas y el sentido común invitaban a lo contrario. El ambiente era atronador, pero el partido, una vez inició, fue un azucarillo en el café.
El Real Madrid sale con todo
El ímpetu inicial del Madrid acompañó a lo que la afición le marcaba en la previa. Presión alta, ordenada, lo nunca visto este año. Vini llegaba con peligro por la banda aunque sin definición en ese pase final que tanto le esta le está fallando este año. Mbappé también estaba activo, rápido. Había motivos para creer… pero, como he dicho antes, todo fue un espejismo de unos minutos.
El Arsenal llegaba primero con un buen tiro de Saka que sacaba, como no, Courtois. Antes, en el minuto 4, Alaba ya había visto la tarjeta amarilla de un árbitro que fue el protagonista de la primera parte. Porque en el 11 pitó un penalti -tras consulta con el VAR– para el Arsenal. El Bernabéu se heló. Pero Courtois apareció en una de esas paradas que se recuerdan si acabas remontando. Lo tiró Saka mal, en una panenka que ejecutó hacia un lado y que no compró el belga.
Y en el 23, también de la nada, en una jugada a balón parado, se abrieron por unos segundos las puertas del cielo para el Real Madrid. Pitó penalti de Rice por agarrón a Mbappé. Pero tras varios minutos de espera, consultando al VAR, acabó anulando el penalti. Y a partir de ahí el Madrid se hundió en la nada de toda la temporada. Mbappé lo intentó con un tiro desviado en el 31′ pero poco más. El Madrid se desconectaba más y más, pasaban lo minutos, entre intentos de Vini, varios saques de esquina pero con el mismo final. Ni 1 tiro a puerta del Real Madrid en toda la primera parte.
El Madrid no puede con el Arsenal
Y la segunda parte fue un calco de los últimos minutos de la primera mitad. El Arsenal cómodo y el Madrid no era ni capaz de sacar el balón desde atrás. Echando de menos a un Ceballos que seguía calentando. Aún así, en el 53′, Bellingham se encontró un balón dentro del área que cerca estuvo de conectar. Pero no era el día del Madrid. Y nada salía. Hasta que Ancelotti hizo lo que todo el mundo veía: Ceballos dentro. También lo hicieron Endrick y Fran García. Salieron Alaba, Lucas Vázquez y Rodrygo. Minuto 60. Parecía todo casi imposible.
Pero nada, no iba a haber milagros esta vez. El Arsenal sentenció la eliminatoria en el 66′ con un gol de Saka a pase filtrado por Odegaard. Era el 0-1 y la sensación era horrible. El Bernabéu se quedaba mudo. Parecía el final. Pero apareció Vini, 1 minuto después, de la nada, para volver a rescatar ese 1% de esperanza que, quizá, podría dar al Madrid 30 minutos de locura. Gol tras un error clamoroso de la defensa del Arsenal. Parecía aún así todo muy complicado. Pero como aquella escena de Dr. Strange con Iron Man en Los Vengadores, puede que sólo hubiese 1 oportunidad. Y era esta.
Pero a este Real Madrid no le da. El argumento futbolístico es tan pobre que no había manera de hacerle ni siquiera cosquillas al Arsenal. Y el fuego de la remontada se desvaneció. Los minutos se pasaban y el Bernabéu no sentía casi nada. Celebraban los hinchas del Arsenal y, entre tanto, Mbappé se tuvo que marchar lesionado. Entró en su lugar Brahim pero poco o nada cambió. El partido no cambió y, para más inri, Martinelli mató al Madrid en el descuento: 1-2. La temporada del Madrid en Champions se acababa y el Arsenal avanzaba hacia semifinales en un intento de remontada, que ni siquiera fue intento.