Fernando Alonso no se rinde. Ni con el AMR25, ni con Aston Martin, ni con su propia historia en la Fórmula 1. El piloto asturiano, lejos de mostrarse derrotado, se ha convertido en la voz que intenta impulsar al equipo británico a dar un paso más. Su mensaje tras el GP de Arabia Saudí fue claro: ahora es el turno de la fábrica.
“Necesitamos algo de la fábrica, no de la pista. Se nos han terminado las ideas”, declaró tras una nueva carrera donde volvió a exprimir el monoplaza al máximo. Y aunque las palabras puedan sonar tajantes, no solo esconden frustración, sino ambición. Porque Alonso no ha perdido la fe. Al contrario, está empujando al equipo desde dentro para desbloquear ese paso que les falta.
Aston Martin trabaja ya contrarreloj en el desarrollo del AMR25, y las dos próximas carreras marcarán un punto de inflexión. Miami e Imola traerán las primeras actualizaciones importantes del año, nacidas del nuevo túnel de viento y del renovado enfoque técnico del equipo. Una etapa clave para medir si este proyecto, tan ambicioso como prometedor, empieza a dar sus frutos.
Alonso saca más de lo que hay
Pese a que las previsiones del equipo sitúan habitualmente al AMR25 fuera de la Q2, Alonso ha logrado superarlas con esfuerzo y estrategia, metiendo el coche en la segunda ronda de clasificación incluso cuando el guion parecía escrito para lo contrario.
“Las predicciones nunca nos colocan en la Q2”, confesó. “Siempre vamos a la clasificación pensando que nos quedamos en la Q1, por eso usamos los tres juegos de neumáticos”. Es una muestra clara de que, mientras llega ese paso adelante técnico, Alonso y el equipo de pista siguen peleando contra todo.
Pero el talento tiene sus límites si la herramienta no acompaña. Y ahí es donde entran las esperanzas puestas en los nuevos paquetes de mejoras. El primero llegará en las próximas dos carreras, con piezas diseñadas ya bajo el nuevo proceso de trabajo de Silverstone. El segundo se espera para la segunda mitad del año, y podría marcar un antes y un después.
El ejemplo de otros equipos
Alonso no oculta que actualmente están por detrás de sus rivales directos, pero se aferra a la dinámica cambiante que puede ofrecer el desarrollo técnico a lo largo de la temporada. “Tenemos que mejorar medio segundo, más o menos. Es el déficit que tenemos ahora para estar en la zona alta de la zona media. No sé si seremos capaces o no con las mejoras durante el año, pero lo intentaremos”, dijo.
Y pone ejemplos: “Ya hemos visto otros años que otros equipos han desbloqueado un segundo de prestaciones. McLaren hace dos años, Mercedes y Alpine el año pasado. No hay nada que nos diga que vamos hacia eso, pero a veces pones una pieza nueva en el coche y todo cambia de blanco a negro. Esa es la esperanza que tenemos”.
Una temporada para el futuro
Más allá de los resultados inmediatos, Aston Martin está construyendo una base sólida para las próximas temporadas. El AMR25, aunque aún lejos de los objetivos marcados, es también una herramienta de aprendizaje. Las nuevas instalaciones, el túnel de viento y el crecimiento de la estructura técnica están pensados a largo plazo. Y en ese camino, Alonso es tanto piloto como guía.
Lo cierto es que el talento está. Las ganas, también. Y si el coche empieza a responder a los cambios, Aston Martin podría ser una de las sorpresas en la segunda mitad del campeonato. Por ahora, toca esperar. Pero no es una espera pasiva: es una cuenta atrás. Porque como dice Alonso, a veces, una sola pieza puede cambiarlo todo.