Fernando Alonso es considerado como una de los mejores pilotos de la historia de la F1. Que siga gozando de la confianza para poder pilotar un monoplaza en la máxima categoría del automovilismo mundial a sus casi 44 años (los cumplirá el próximo 29 de julio), son prueba de ello. Sin embargo, en sus 20 años como piloto profesional, solo ha logrado 2 campeonatos del mundo. Entre las malas decisiones y la mala suerte durante su carrera deportiva, su palmarés no da muestra del talento del piloto ovetense.
De la cima a la frustración
La cerrera de Fernando Alonso era muy prometedora. Tras iniciarse como piloto de pruebas en Minardi, su primera gran oportunidad, de la mano de Flavio Briatore, llegó en Renault, donde logró el campeonato del mundo en 2005 y 2006. No solo era el coche, todos los analistas de la F1 coincidían en que estábamos ante un piloto que podía marcar una era en el automovilismo. Pero a partir de ese momento, comenzó el declive. Primero llegó a McLaren, donde todo hacía indicar que se proclamaría de nuevo campeón del mundo, pero Ron Dennis, por entonces jefe de la escudería, apostó por su piloto rookie, un tal Hamilton (desde luego, la apuesta es comprensible a lo largo del tempo), pero creo un clima insostenible para el español. Al final McLaren se quedó sin mundial esa temporada por la guerra interna.
Tras una vuelta forzada a Renault, con un coche muy por debajo de los años de gloria, acabó convirtiéndose en piloto Ferrari. Rozó el Mundial en dos ocasiones (en 2010 parecía que era suyo), pero acabó dejando la escudería porque veían que no podría ser campeón del mundo.
El peor coche de su carrera, hasta ahora
La salida de Ferrari le llevó de vuelta a un McLaren con una estructura diferente a la de años anteriores. La apuesta de los británicos con Honda fue tan esperanzadora como frustrante. Durante las cuatro temporadas allí, sufrió con un monoplaza cuya unidad de potencia no estaba a la altura. Vivió cuatro temporadas tan frustrante, teniendo el coche más lento, que le hizo dejar la F1 varios años.
Pero Alonso tenía ganas de más y decidió volver, por tercera vez a Renault, a sus inicios, esta vez bajo el nombre de Alpine. Logró el décimo y noveno puesto en el Mundial de constructores, pero el equipo no parecía tener la confianza suficiente en él, y llegó Aston Martin, con un proyecto esperanzador y ambicioso, y Alonso aceptó el reto.
El AMR25, el peor coche
El inicio en Aston Martin fue superlativo, volvimos a ver a Fernando Alonso en el podio y luchando con los mejores en 2023, logró subirse al cajón en 8 carreras ese año, y la 33 parecía más cerca. Pero el equipo se fue desinflando carrera tras carrera, temporada tras temporada, hasta llegar a donde nos encontramos, al AMR25.
El año está siendo para olvidar, y lo que es más preocupante, cada carrera parecen que van peor. En el último GP de Miami, Aston Martin fue último. Sus dos coche cruzaron la línea de meta en última posición, con vuelta perdida, y con la sensación de estar muy lejos del siguiente coche. De nada están valiendo las promesas, la inversión de Lawrence Stroll, los recursos que ahora tiene el equipo. Todo parece ser un desastre y la cosa parece estar lejos de mejorar.
En la próxima carrera Aston Martin estrena nuevas piezas, pero ya nadie cree que el equipo pueda mejorar esta temporada. Están muy lejos y habrá más equipos que mejoren. Las esperanzas están puestas en la próxima temporada, 2026, pero nada hace presagiar un cambio.