Después de que Fernando Alonso sumara sus primeros puntos del año en Barcelona, desde Aston Martin parecen que esperan un resultado similar en Montreal del GP de Canadá. Eso si los datos de los ordenadores lo permiten. No sólo porque el circuito es bastante diferente, si no porque Aston Martin ‘se va a olvidar’ de lo que venga después. La FIA repartirá las horas de túnel de viento para la segunda mitad de la campaña después de este Gran Premio y los máximos beneficiados serán los peores equipos de la parrilla.
Aston Martin eleva el nivel, pero Alonso vuelve a colocar al AMR25 mejor de lo esperado por las simulaciones
Al terminar el pasado Gran Premio de Emilia Romagna, Andy Cowell ofrecía un diagnóstico esperanzador. «El (nuevo) paquete ha funcionado en curvas de baja, media y alta velocidad», dijo.
«Eso no lo conseguíamos desde el año pasado. El túnel de viento ha funcionado, el simulador ha funcionado, la preparación ha sido buena… todo eso ha elevado el nivel». En Montmeló, Alonso puntuó por primera vez. ¿De verdad ha mejorado tanto el AMR25?
Pues la realidad es que sí, aunque quizás no tanto como parece. Y la prueba está en los datos de los ordenadores que arrojaban a Aston Martin tras la clasificación y a horas antes de la carrera. «Estamos en la zona media, algunas carreras entre el 10 y el 12 y otras entre el 13 y el 16, pero ya no estamos últimos destacados», decía Fernando Alonso en los minutos previos del pasado domingo.
Un paso adelante, pero sigue siendo un coche difícil de pilotar al límite
Como decimos, es cierto que el AMR25 ha dado un paso adelante con las evoluciones presentadas en Imola, y luego con las de Mónaco y Barcelona. Sobre todo, permite al asturiano pelear por el ‘top 10’ en clasificación, a una vuelta, aunque tenga que hacerlo arriesgando mucho, como ya hizo en Emilia-Romagna, Montecarlo y repitió en Montmeló. Todo con un monoplaza que sigue siendo difícil de pilotar al límite y con el que Alonso sabe que puede tener que enfrentarse a trallazos o sustos en su comportamiento en cualquier momento. Pero con esa arma, por lo menos, ahora sí puede pelear por los 10 primeros de la parrilla.
Fernando Alonso encadenó su tercera Q3 consecutiva, aunque esta vez no le dio para más que para ser décimo en parrilla. Y en carrera, la situación se complicó hasta el punto de que parecía imposible acabar con la racha de ceros. Esta vez la suerte estuvo de su parte, se reenganchó a la lucha y no falló.
De todas formas, de esas palabras de Alonso se desprenden, también, que en Aston Martin tampoco las tenían todas para asegurar los puntos, aún de que el asturiano partiera 10º. Sobre todo a raíz de ese comportamiento agresivo y errático que el coche tuvo en las primeras vueltas una vez que los neumáticos blandos se deshacían con el paso de las vueltas.
El asturiano perdía su coche en la curva 5 y se iba a la grada. «Se ha acabado«, dijo a través de la radio. Veía como había perdido puestos y tenía que remontar. Aunque no cortó sus intentos en carrera. Porque paró, salió al fondo del pelotón y encadenó, en unas pocas curvas, dos adelantamientos deliciosos.
Primero a Franco Colapinto le dejó plantado con un exterior en la curva dos. Y poco después hizo lo propio con Carlos Sainz, al adelantar en la siempre transcendente frenada de la 10. Luego también lo hizo con Bearman, en el mismo sitio que lo hizo con el argentino y donde lo intentó con Hulkenerg al arrancar el Gran Premio. Valía volver a pelear, aunque la batalla está clara.
Fue instantes previos a ese momento cuando los ordenadores y las simulaciones de Aston Martin mostraban que, quizás, podría haber algún problema en el fondo plano (hasta el momento de la publicación de este texto no ha sido confirmado) o, al menos, de posibles daños, aunque sean mínimos, en esa zona. «Era imposible hacer más que eso en ese momento«, se pronunciaba en el box. Fue ahí cuando el equipo de Silverstone recibía que, según lo arrojado, iba a ser difícil remontar tantas posiciones como lo haría Fernando, pero además, de adelantar y aguantar a coches que parecían más rápidos.
La baja velocidad punta lastra un rendimiento que podía ser aún mejor
Todo cambió con la salida del safety car por el abandono de Kimi Antonelli en los compases finales, el pelotón se reagrupó y Fernando realizó una cuarta parada para montar otro set de blandos buscando una remontada final que acabó siendo excepcional.
De todas formas, y más allá del buen resultado final, la simulación de los ordenadores de Aston Martin colocaban al coche del asturiano, que salía 10º, en una 14ª posición final. El monoplaza verde tenía la peor velocidad punta de la parrilla, algo que le podía complicar mucho las cosas
Al no tener buena velocidad punta, tuvo que olvidarse de adelantar en recta con el DRS, el adelantamiento más habitual en Barcelona. Y tuvo que prepararse sus movimientos de ataque para curvas menos esperadas, como pasó en los ataques que realizó en la curva tres por el exterior, el punto predilecto del asturiano desde hace años.
«Las evoluciones han sido un primer paso. Pero falta mucho», decía. «En la clasificación creo que nos defendemos bien y cuando los neumáticos son nuevos tapamos un poco las carencias del coche. Y luego, en carrera acabas donde tienes que acabar. Y nos ha faltado ritmo, velocidad en las rectas», comentaba tras la carrera.
O lo que es lo mismo; según las simulaciones, controladas hasta el último milisegundo, Aston Martin solo tenía por detrás a Williams y a Haas y quizás Sauber, aunque Hulkenberg sorprendió con una inesperada quinta posición final. Sin el coche de seguridad final y su zafarrancho a la desesperada, Alonso no habría puntuado.
La conclusión es clara; el coche verde ha mejorado notablemente. Especialmente los sábados. En carrera, el AMR25 está infinitamente mejor que en Miami, donde acabaron a 20 segundos del penúltimo, y por el que ahora pueden pelear y batallar asiduamente por cazar unos buenos puntos.
Se pide un paso adelante en términos de degradación
Pero también que el español puso, otra vez, el coche en un sitio fuera de posición y que, esta vez, no estaba ahí por méritos propios, como si ocurrió en Mónaco o en Emilia-Romagna. Quizá (si los hubo) los daños influyeron. Aún así, y hasta lo que veamos en Montreal, un circuito que a priori puede resultar algo más provechoso, como lo fue Imola, las oportunidades para Alonso y su equipo vuelven a estar sobre la mesa.
Asimismo, el asturiano pone énfasis en dar un paso hacia delante en términos de degradación, después de haber sufrido con el desgaste de las ruedas delanteras en Barcelona. En 2023, empezaron el año siendo uno de los mejores en ese sentido, pero cuando perdieron el rumbo en el desarrollo, también se perdieron en ese aspecto, que es clave para ser rápidos los domingos en carrera, como la que será en Montreal. Tal vez el AMR25 encuentre mejor acomodo allí.