Xabi Alonso ha vivido su primer varapalo como entrenador del Real Madrid. La mala temporada del conjunto blanco llevó al club a decidir que era el fin de la era Ancelotti y siempre tuvo claro quién era el elegido para ocupar su puesto. La apuesta por el tolosarra ha sido siempre total y, aunque hubo especulaciones sobre si esperaría a después del Mundial, el entrenador quiso asumir el reto y trabajar desde ya con el equipo. En el torneo ha tenido más luces que sombras y las sombras no han sido tanto por error suyo. Su fichaje ha sido un claro acierto y una de las buenas noticias del Mundial.
Un cambio en la forma de hacer las cosas
Desde su primer día en Valdebebas entrenando al equipo quedó claro que las cosas se iban a hacer de otra forma. El entrenador pide esfuerzo y compromiso y desde el primer día en los entrenamientos el trabajo físico es más intenso, exige a sus jugadores un esfuerzo que no tenían que hacer durante la etapa de Carlo Ancelotti. Hay mucho balón por medio, pero también hay mucho ejercicio táctico, mucho movimiento sin balón, y en todo momento hay que estar activo, alerta. Algo en lo que predica con el ejemplo mostrándose muy participativo.
También ha habido cambio, o eso parecía, en el tema de meritocracia. Xabi Alonso dijo desde su llegada que le daban igual los nombres y las individualidades y que lo que quería era formar equipo y que todos aportasen al equipo. Sin embargo, aunque en parte sí lo ha aplicado, a la hora de la verdad le ha faltado coraje para sentar a algún jugador como Vinicius que no ha hecho un buen Mundial o para no dar la titularidad a Mbappé ante el PSG si no estaba preparado.
Los aciertos del Real Madrid de Xabi Alonso
Durante el torneo se han visto varios brotes verdes de lo que puede llegar a ser el Real Madrid de Xabi Alonso. Una de las premisas más repetidas de Xabi Alonso desde su llegada es que quiere que el equipo juego como un bloque donde todos ataquen y defiendan como equipo. Una labor que ha costado y que aún no está afianzada, pero se empieza a notar en los últimos duelos del equipo.
Xabi ha podido ensayar con éxito un nuevo sistema táctico. El 3-5-2 con Rüdiger, Tchouaméni y Dean Huijsen dio sus frutos en varios partidos siendo clave el jugador francés que defiende como central, algo que aún tiene que mejorar, y en ataque es un centrocampista más. Lo que ha quedado claro es que Huijsen es intocable e imprescindible para el entrenador. Ha destacado también el míster por estar activo y corregir cosas y posiciones sobre la marcha demostrando una gran lectura del juego.
En ataque ha destacado el canterano Gonzalo García que está llamando a la puerta del primer equipo. Con cuatro goles y una asistencia en los seis partidos disputados. También se ha empezado a ver lo que puede ser Arda Güler en el centro del campo, pero queda mucho trabajo por hacer y mucho que mejorar como quedó claro ante el PSG.
La cara B del equipo
Y es que aún hay mucho trabajo para que este equipo sea su mejor versión y pueda pelear por títulos. Como primera toma de contacto y trabajando sobre la marcha, llegar a semifinales no ha estado nada mal, pero la forma de quedar eliminado ha hecho que la imagen global sea mala. Una de las cosas a mejorar es que no tiemble el pulso a la hora de sentar a determinados jugadores.
En cuando a los puntos a mejorar, el equipo tiene que mejorar la distancia entre líneas, la presión en bloque, el compromiso de todos los jugadores en labores defensivas, si va a seguir optando por el binomio Vini-Mbappé que aprendan a jugar juntos, recomponer una defensa a la que llegará Carerras y donde lo único claro es Huijsen, hacer crecer a Thouaméni y Arda Güler con el mismo punto débil que es la parcela defensiva…
Queda trabajo por hacer y una decisión clave por tomar que no es otra que si llega con lo que hay o hay que acudir al mercado.