Alonso y Aston Martin han vuelto a vivir un drama en Bélgica. El español y Lance Stroll saldrán penúltimo y último respectivamente en la carrera del domingo tras firmar una de las peores clasificaciones de la temporada, y, junto a la de Miami, la peor de los últimos años. El asturiano, que terminó 14º en la sprint de esta mañana saldrá 19º en su peor posición de salida del año.
Día aciago para Alonso… y para Aston Martin en Bélgica
Así,, ha sido un día aciago para la escudería británica tras el parón de tres semanas. Esta vez ni Fernando pudo rascar algo decente de un coche a años luz del resto y partirá penúltimo en una carrera en la que ya apenas tiene opciones de puntuar.
Tampoco Stroll, que saldrá último. Un jarro de agua fría para el equipo, que aspiraba a los puntos en una carrera importante que además lo hacían trayendo nuevas piezas que, a priori, parece que no las han usado a lo largo de este sábado. Se lo han jugado todo al aliciente de la lluvia, que está previsto llegar mañana en carrera.
Aston Martin, al igual que la mayoría de equipos, gastó dos juegos de neumáticos blandos en la Q1 y ni eso les valió a sus pilotos para ganar alguna posición. Todo apunta a que este fin de semana se romperá la racha de cuatro fines de semana consecutivas puntuando para Fernando Alonso.
Así lo ha mostrado después de bajarse del coche: «El tiempo no es rápido, es la única conclusión que podemos hacer. Tendremos que entender por qué somos lentos en circuitos de alta eficiencia. En Spa se necesita agarre en las curvas pero también velocidad punta en recta, y parece que no podemos encontrar un ‘set-up’ que nos brinde las dos cosas», ha dicho.
«El tiempo no es rápido, es la única conclusión»
«Cambiamos los reglajes pensando en la lluvia pero no hemos perdido medio segundo por esos cambios. El coche iba algo mejor en las curvas y algo peor en las rectas, cambiamos el nivel de carga. El balance era bueno, nada iba especialmente mal en la vuelta. No pediría ningún cambio de ‘flap’, simplemente somos lentos”, asumía el astur.
No había muchas más explicaciones que un entrenamiento en el que las deficiencias salieron a la luz mientras debían ajustar con una configuración que se utilizará en mojado. Así, y como ya ocurrió durante la clasificación al sprint de ayer viernes como en la ‘minicarrera’ de este sábado, en la carrera del domingo no habrá otra que remar.
«El coche se sentía bien, iba todo lo rápido que podía, pero ves el tiempo no es lo suficientemente rápido y es la conclusión que podemos tomar», comentó. Les tocará estudiar. «Debemos entender que nos ha faltado», agregó.
Desde Imola, Alonso no había vuelto a caer en Q1
Lo cierto es que la decepción ha sido mayúscula, más aún teniendo en cuenta que el AMR25 venía de una progresión ascendente desde que introdujeran las primeras novedades en Imola. Desde entonces, en abril, Alonso no había caído nunca en Q1, llegando ya habitualmente a Q3 en buena parte de este nuevo tramo de la temporada. Aston Martin parecía haber salido del pozo en el que se hundió a principio de temporada y había vuelto a la zona media de la parrilla.
Los cambios afectaron al comportamiento del coche: «Se sentía un poco mejor en curvas y un poco peor en recta, por el ajuste en los amortiguadores», detalló. «Pero como ya dije, el coche me parecía bien. Si montara otro juego de neumáticos ahora mismo, no cambiaría nada en el coche. El balance era bueno».
La previsión apunta a una carrera pasada por agua el domingo, lo que, en teoría, podría abrir oportunidades de remontada. Sin embargo, Alonso fue claro sobre sus sensaciones al respecto: «Todos tenemos la misma previsión, parece que lloverá mañana, y a veces eso abre posibilidades… pero yo preferiría estar entre los cinco primeros con un setup seco, que salir último con un setup de lluvia», remarcó el piloto en Bélgica.
«En mojado no se puede adelantar tan fácilmente, no se ve nada, la visibilidad es muy baja. Desgraciadamente, no hemos rendido este fin de semana. Tenemos que entender por qué y prepararnos mejor para Hungría».