No han sido meses fáciles para George Russell. El ruido sobre su futuro le ha acompañado desde el mes de abril, cuando se anunció a bombo y platillo desde la prensa internacional que su renovación estaba al caer. Solo faltaba la rúbrica. En agosto, cuatro meses después, el comunicado de su extensión de contrato todavía no ha aparecido en ningún sitio, lo cual refleja la cantidad de bandazos que han sufrido las negociaciones en todo este tiempo. Este medio, presente en el paddock de Fórmula 1, ha tenido acceso a detalles de las charlas escudería-piloto.
Russell, por cierto, termina contrato a finales de año. Que el británico atraviese un momento dulce en lo deportivo (cinco podios, un triunfo y un meritorio cuarto puesto en el Mundial) le ha dado fuerza para negociar su renovación pero no ha ahuyentado los fantasmas que se le han aparecido por el camino en todo este tiempo. Más que fantasmas, ha sido su amigo Max Verstappen, con el que ha tenido más que palabras en el pasado reciente, quien le ha complicado la vida.
El futuro del vigente campeón lleva todo el año en el aire y Mercedes ha sido el equipo mejor posicionado para contratarle. Con la obsesión incesante de Wolff por fichar a Verstappen, la extensión de contrato de Russell se ha ido complicando en algunas fases pero ahora las posturas entre escudería y piloto son más cercanas que nunca y el anuncio puede ser cuestión de días. Hoy rezuma el optimismo para que el británico, ganador de cuatro Grandes Premios, continúe pilotando junto a Kimi Antonelli.
De un 1+1 a la baja…
Wolff siempre ha olido sangre con Verstappen y lo ha visto con pie y medio fuera de Red Bull. De ahí que Mercedes ofreciera a Russell una renovación a la baja de solo una temporada más otra opcional en función de cláusulas y rendimiento deportivo. Es decir, la escudería alemana, según ha podido saber este medio, quería a Russell como piloto en 2026 pero abría la puerta de par en par a Verstappen para el año siguiente, 2027. Se espera que a finales del año que viene haya baile de pilotos mientras observan qué monoplaza rinde mejor dentro de la nueva normativa técnica.
Verstappen podría contemplar coches en 2026 y subirse al coche más rápido el año siguiente. Y como él, media parrilla. Mercedes, por cierto, tiene muchas papeletas para dominar en el arranque de esta nueva era. Sin embargo, la historia ha cambiado después de que se confirme la continuidad del neerlandés con Red Bull el año que viene, según confirmó el asesor del equipo, Helmut Marko, hace tres días. Una cláusula de rendimiento deportivo le mantiene atado y ha alterado los planes de Mercedes con Russell, que ahora sí que lo quiere mimar.
… a un contrato multianual
Según publica Sky Sports, Mercedes ofrece ahora al británico un contrato multianual y, de concretarse, Russell seguiría en Brackley hasta, como mínimo, 2027. Unos tiempos que distan de ese 1+1 que se le llegó a ofrecer durante el Gran Premio de Silverstone de hace algunas semanas, antes de producirse el despido de Christian Horner de Red Bull. La oferta es mucho más generosa ahora, después de que la incorporación de Verstappen esté descartada, y ataría a largo plazo al piloto.
Russell, al menos públicamente, nunca ha temido por su asiento pese a que un tetracampeón lo amenazara. En Spa repitió su mensaje de calma y paciencia con su renovación: “No tengo motivos para preocuparme sobre mi futuro con Mercedes». Y todo a pesar del complejo negociante que es Wolff. Nico Rosberg, que ha tenido que negociar con el austriaco en alguna ocasión, lo dibujó hace unos días en medio de la retransmisión con Sky Sports: «Es horrible negociar con Toto (Wolff) porque su táctica es desaparecer. Cuando intentas, como George (Russell) ahora, Toto desaparece. George intentará escribirle para hacerse con él o lo que sea, y Toto desaparece. Recuerdo que era su estilo: desaparecer, no responder, era difícil llegar a él… y es horrible porque estás como ‘¡oh, vamos!'».