Otra vez ‘crac’ para Eduardo Camavinga. El francés ha vuelto a lesionarse. Quinta lesión en 12 meses. La mala suerte se ceba con él. Ésta vez, esguince en el tobillo derecho. Diez días de baja. Se perderá el partido amistoso contra el WSG Tirol este próximo martes en Austria y es duda para el debut liguero del Real Madrid. Sí, duda. Porque, tal y como pudo saber Grada 3, Eduardo tiene previsto machacarse para llegar a la inauguración del curso 2025-26. De hecho, este lunes 11 de agosto, el internacional galo fue el primero en llegar a la Ciudad Deportiva (a las 7:47 de la mañana, hora peninsular).
Según aportan fuentes a dicho medio, Eduardo Camavinga se lesionó el pasado viernes 8 de agosto. Está previsto que se pierda diez días colectivos de trabajos en Valdebebas. No viajará a Austria y se quedará en la Ciudad Deportiva para recuperarse. En la mente del internacional francés, el objetivo es volver el 18 de agosto, para estar disponible (en la convocatoria, por lo menos) contra Osasuna, al día siguiente. Ésta lesión supone una varapalo para el mediocampista. Tal y como ya informó Grada 3, el ‘6’ blanco se sentía al «100%» y tenía hambre de recuperar protagonismo dentro de la plantilla madridista. Habrá que esperar.
Parte médico de Camavinga.
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) August 10, 2025
Camavinga llegaba en forma
El golpe es todavía más doloroso porque Eduardo llegaba a esta pretemporada con la moral recargada y el cuerpo preparado al máximo nivel. El centrocampista se sentía ilusionado y listo para impresionar a Xabi Alonso. Durante sus vacaciones puso en marcha un plan físico y de recuperación muy medido: entrenamientos matinales sobre el césped, sesiones de gimnasio por la tarde, y muy pocos días de descanso total.
Camavinga no dejó nada al azar. Siempre acompañado por su núcleo de confianza, un cocinero personal y su preparador físico y fisioterapeuta, Thomas Sérafin, llevó su exigente rutina a todos los destinos en los que estuvo. Pasó tiempo en Río de Janeiro junto a Vinicius Júnior, donde ambos se ejercitaron juntos para llegar finos al inicio del curso. También en Marbella, en solitario, manteniendo la exigencia sin interrupciones.
Superar los fantasmas de la última temporada
La determinación de Camavinga tiene un motivo claro: la temporada pasada fue un calvario. Cuatro lesiones (esguince del ligamento colateral interno en la rodilla izquierda en agosto, dos lesiones musculares en el bíceps femoral en noviembre y enero, y una rotura completa del tendón del aductor izquierdo en abril) le impidieron tener continuidad. Apenas superó los 2.000 minutos de juego en 35 partidos, alternando buenos momentos con otros menos brillantes. Hubo actuaciones que sembraron algunas dudas, como el penalti cometido ante Osasuna. Pero también momentos de redención, como su gol contra el Deportivo Alavés. Sin embargo, cada vez que parecía volver a su mejor nivel, una nueva lesión le frenaba. Ese patrón, ahora, se repite.
Confianza total del Real Madrid y de Xabi Alonso
A pesar de esta trayectoria reciente marcada por contratiempos, el Real Madrid nunca puso en duda su continuidad. “Camavinga no se mueve”, fue la consigna clara del club. Ni una sola puerta se abrió para una posible salida, ni siquiera cuando la Premier League sondeó su fichaje. La respuesta del jugador fue igual de tajante: “No”. Llegó con 18 años para cumplir un sueño y no se plantea ponerle un punto final. Su familia está feliz en España y nadie contempla hacer las maletas.
Xabi Alonso también confía plenamente en él. Las sensaciones del francés en los entrenamientos bajo el mando del tolosarra son muy positivas: le gustan las sesiones, la idea de juego y la táctica, y siente que su fútbol encaja en los planes del técnico. Las charlas que han tenido han sido marcadas por el optimismo. El objetivo común es claro: que Eduardo recupere protagonismo y sea una pieza clave en el nuevo proyecto blanco.
Caer y volver a levantarse
Camavinga afronta ya su quinta temporada en Chamartín, con apenas 22 años y la ambición intacta. Quiere recuperar la titularidad, volver a ganarlo todo con el Madrid y, por supuesto, levantar la que sería su tercera Champions el próximo mes de mayo. Su mentalidad es inquebrantable: sabe que el último año no estuvo a la altura por culpa de las lesiones, pero también que su talento y su ética de trabajo pueden devolverle al lugar que merece. Ahora, le toca otra vez empezar la escalada. La caída es dura, pero lo que define a Camavinga es su capacidad para levantarse. Y en el vestuario blanco, todos, incluido Xabi Alonso, esperan que esta sea la última vez que la mala suerte intente frenarlo.