Nueve días han transcurrido desde la famosa rotura de la suspensión de Fernando Alonso durante el Gran Premio de Italia. Más de una semana sin explicaciones oficiales desde Aston Martin tras el abandono que tanto ha dado de qué hablar estos días. Tanto revuelo porque nadie sabía qué había sucedido en el AMR25 del español. Hasta hoy. Desde que el equipo llevó las piezas a Silverstone el lunes y empezó a analizar la causa de la retirada del bicampeón, ha habido elucubraciones de todo tipo y un silencio sepulcral en la escudería cuando eran preguntados por este asunto. Obviamente, ni Mike Krack ni el piloto, ambos entrevistados tras la carrera, sabían nada horas después del DNF.
A día de hoy, todavía «se sigue examinando con detalle qué ocurrió para mejorar la seguridad de esas piezas en el futuro», confiesa una fuente de Aston Martin a este medio. Según ha adelantado Motorsport Italia y ha podido confirmar Grada3, la rotura de la suspensión del monoplaza de Alonso en Monza fue causada por una piedra. Tan pequeña como dañina. Pero la historia tiene miga. Una vez más, por cierto, la mala fortuna se pone en contra del ovetense pues se trata de un suceso extremadamente remoto en una carrera de Fórmula 1. Uno entre un millón. Sin embargo, le pasó a él y perdió un botín de puntos pues marchaba séptimo en la prueba.
Pasó desapercibido en la salida. Fue imposible apreciarlo en aquel momento, entre tanta batalla en pista y las clásicas escaramuzas de la curva uno y dos, pero todo comenzó en la primera vuelta. Las salidas de pista, empujando la grava dentro del asfalto, protagonizaron el fin de semana desde la sesiones de Libres. Hasta se detuvo algún entrenamiento para limpiar la pista. En la salida de la carrera, más de lo mismo: la dichosa piedra que acabó con la prueba de Alonso le impactó en la primera vuelta, explican desde Aston Martin. Ahí empezó a terminar su carrera.
Desde la vuelta uno
Probablemente, la piedra salió disparada hacia atrás cuando Lando Norris se asustó de la presencia de Max Verstappen y se marchó excesivamente a la derecha, con medio coche fuera de pista. Es cierto que en esa zona del circuito, en plena recta de meta, predomina el césped, pero se escucha en la onboard del asturiano un impacto. Varias fuentes de la escudería confirman que esa piedra golpeó la suspensión del AMR25 y que ese impacto se fue deformando poco a poco, con el paso de las vueltas y el uso de los pianos, hasta decir basta.
Concretamente, el material deformado aguantó hasta la vuelta 25, cuando Alonso salió de Ascari y rompió tras coger, como en las vueltas anteriores, sin excesiva violencia, el piano de la derecha. La absurda teoría del error de pilotaje del bicampeón nunca ha estado encima de la mesa en el seno de Aston Martin. Sí estuvo presente en el paddock de Monza pero nunca ha salido de dentro del equipo. Ni se ha contemplado. Tampoco se valora que fuese un fallo en el control de calidad de la pieza o que la misma arrastrara una fatiga excesiva antes del fin de semana de Italia.
«Ningún diseñador piensa en este tipo de sucesos, son muy remotos», añaden desde el equipo, donde hay quien cree que esa piedra marcó la suspensión y, en las vueltas siguientes, esa marca endureció el material hasta que se rompió por fatiga en la carrera con el paso de las vueltas. «Se sigue mirando exactamente qué ocurrió para mejorar la seguridad de esas piezas en el futuro al tratarse de un evento extremadamente esporádico», concluyen desde Silverstone. La piedra parece, escuchando a varias voces, la culpable del abandono del ovetense, quien espera tener mejor suerte en 2026.