Esta carrera en Bakú era lo más parecido a un día grande para Carlos Sainz. Y lo fue. Remató la gran machada y los deberes hechos se hicieron. Primero el sábado, con una clasificación heroica, y este domingo se cumplió cerrando una actuación formidable con un tercer lugar. Un podio que, por momentos, se puso en entre dicho. Verstappen, en otro planeta, alimenta un Mundial en el que Piastri abandonó.
Carlos Sainz sufre pero logra por méritos el tercer lugar y podio en Bakú
Porque la carrera de Verstappen volvió a recordar a sus mejores días, cuando el título era suyo. Aquí, en Bakú, el de Red Bull volvió a ganar por segunda carrera consecutiva en una cita donde los McLaren se perdieron desde el camino. Y ya lo hicieron desde el sábado.
Sin embargo, y aunque primero Piastri se auto-eliminara tras una salida de pista en la primera vuelta tras tocar el muro, Norris tampoco lo supo aprovechar de ninguna forma. De hecho, por momentos llegó a parecer que en McLaren no luchaban por un Mundial.
Ahora, Lando Norris (7º) solamente ha podido recortarle seis puntos en el campeonato, mientras que Verstappen le ha quitado 25 de golpe. Además, el australiano penalizará con cinco puestos en la parrilla de Singapur por saltarse la salida en Bakú. Max está lejos, pero quizá un McLaren se acuerde de estos días…
Por la parte de Carlos. Sainz estuvo toda la carrera arriesgando por un segundo lugar que, por momentos, llegó a ser factible. Asumible, incluso. Pero Mercedes, y en concreto Russell, supieron aprovechar la jugada que no supieron realizar ni Lando ni Oscar. El británico pescó una segunda plaza en pista ante Sainz que hacía soñar a Williams.
Además, los de Groove también han aprendido. Vivieron un reto con las estrategias de Mercedes y Russell, reaccionaron bien y nadie pudo atacar. Ni Antonelli, ni Lawson y consiguió ese cajón que tanto se había merecido. Es el podio número 314 de Williams en su historia y el primero desde Bélgica 2021, precisamente de Russell. Para Carlos, el número 28 de su carrera.
Es el tercer equipo con el que Sainz logra podios en la F1, después de McLaren y Ferrari, es decir con los tres equipos más históricos de la F1, lo que habla de su versatilidad y de su nivel de conducción.
Peleó con los Mercedes
El madrileño, con un coche notablemente inferior al Red Bull de Verstappen -que creció en todas las flaquezas de las que antes se dolía-, peleó con el otro Mercedes de Antonelli en las últimas 10 vueltas por el tercer lugar que, finalmente, pudo recuperar pese a la superioridad mecánica del italiano. Pero el unicornio que llevó Sainz en su casco le trajo lo que pedía.
En esas, el ritmo del Williams fue impecable y la estrategia, lógica. Sainz paró en la vuelta 28 con margen sobre el intento de ‘undercut’ de Antonelli. Pero Russell retrasó y retrasó, había salido con gomas duras y podía permitírselo. Paro tan tarde como Verstappen y salió delante de Sainz y con mejores gomas. El pulso por la segunda plaza lo ganó el coche más grande.
Un día cumplido y de felicidad total para el piloto de Williams en una en el que todo salió a la perfección. Era lo máximo que se podía aspirar, pero el español volvió a demostrar todo lo rápido que es cuando se le permite. La suerte le devolvió algo que había perdido.
Tras el mencionado Norris estuvieron los Ferrari, donde Charles Leclerc dejó pasar a Lewis Hamilton para intentar que avanzara más, y luego no recuperó su octava plaza. Isack Hadjar, que estuvo a punto de no poder correr por un problema de motor que hizo a sus mecánicos trabajar en parrilla a 25 minutos de empezar, que aún así cerró con un 10º lugar y un punto final.
Alonso, 15º, sancionado y sin entenderse con el muro
Más atrás, y luego de la imposibilidad de luchar contra cosas más grandes como los Ferrari o hasta los Racing Bulls de Lawson y Hadjar (que sufrió problemas de potencia durante toda la carrera), Fernando Alonso estuvo perdido toda la carrera de Bakú. En parte, perjudicado por un error en la salida del que los comisarios le impusieron una penalización de cinco segundos en el que se vio lastrado por la salida en falso de Piastri. El asturiano, viendo en una milésima de segundo que Piastri se saltó la salida, frenó y volvió a arrancar para no llevarse puesto al de McLaren. Y eso le costó una penalización que asumió en boxes. Terminño 15º.
Así, Alonso apenas pudo disfrutar de una carrera en la que, nuevamente, el box de Aston Martin no cumplió. Los fallos de estrategia se repitieron, como él mismo se encargó de decir por radio, notablemente enfadado. El asturiano creyó que la parada en pits puso haber sido realizada antes para minimizar los cinco segundos que le cayeron. «No nos estamos entendiendo«, dijo Alonso a su ingeniero por radio.