Éder Militão vuelve a hacerse un partidazo con el Real Madrid. A pesar de la derrota por 1-0 ante el Liverpool, el brasileño ha sido una de las piezas más destacadas contra los ‘Reds’. Su actuación volvió a confirmar que estaba totalmente recuperado y que ya no hay dudas acerca de su estado físico. El internacional con la canarinha impresiona cada vez que juega con la elástica merengue. Eso sí, este martes, el zaguero ha estado desbordado de trabajo. Dean Huijsen no tuvo su mejor noche y ‘Mili’ ha tenido que asegurar la última línea madridista casi en solitario.
Militão, desbordado en Anfield
En una noche exigente ante el Liverpool, Éder Militão firmó una actuación sólida que evocó su mejor versión como líder de la defensa del Real Madrid. El brasileño impuso su jerarquía en el área, acumulando nueve despejes, un tiro bloqueado y una intercepción decisiva en los momentos de mayor presión. Tras un nuevo paradón de Courtois ante Gakpo en la segunda mitad, Salah cazó el rechace del guardameta, pero ‘Mili’ reaccionó con una anticipación impecable para interceptar su disparo y evitar el 2-0. Su fiabilidad en los duelos fue determinante: ganó el 63% de sus disputas (7/11). Con balón, Militão mostró una precisión casi perfecta en el pase: alcanzando un 96% (51/53) de acierto y un 97% en campo propio. También aportó un pase clave.
Eso sí, fue completamente desbordado de trabajo. A su lado, Dean Huijsen tuvo una noche complicada. No estuvo acertado en las intervenciones defensivas, ni en la salida de balón. En más de una ocasión, el brasileño tuvo que arreglar los platos rotos dejados por el joven de 20 años. Pero para esto está un líder. Cada situación que tuvo ‘Mili’, el zaguero ha demostrado todo su ímpetu defensivo, pero también su liderazgo. En Valdebebas alucinan con su nivel y esperan que siga así.
Militão viene de lejos
Éder Militão viene de muy lejos. No solo por la distancia que separa Sertãozinho de Madrid, sino por el camino que ha recorrido entre las sombras del dolor y la luz del renacimiento. Su historia es la de un futbolista que desafió cada diagnóstico, que convirtió la desesperanza en combustible y que hoy vuelve a ser uno de los pilares del Real Madrid. Lo que está haciendo este inicio de temporada tiene un mérito incalculable. Nadie, ni siquiera en el club, esperaba un rendimiento tan inmediato después de dos roturas de cruzado. En Valdebebas reconocen que su vuelta ha sido «milagrosa».
Su caso ha sorprendido a los servicios médicos, al cuerpo técnico y hasta a sus propios compañeros. Militão no solo ha recuperado su potencia física, sino también su explosividad mental. La velocidad a la que interpreta el juego, la confianza con la que sale desde atrás y la serenidad que transmite al equipo reflejan la madurez que solo se alcanza tras pasar por el infierno. Cada corte, cada anticipación, parece llevar la huella de quien ha aprendido a valorar de nuevo lo esencial: competir, disfrutar, resistir. Y eso que pensó en retirarse.
Pero nada ni nadie le frenó. A día de hoy, el brasileño se ha convertido en uno de los líderes silenciosos del vestuario. Su voz pesa. Su ejemplo inspira. Entrena con una seriedad contagiosa y se ha transformado en una referencia para los más jóvenes, que ven en él la encarnación del esfuerzo recompensado. Xabi Alonso lo sabe: tenerle atrás es como tener un seguro de vida. El técnico valora su influencia más allá del césped, su compromiso y la energía positiva que transmite incluso en los días difíciles. Ahora, el Mundial con Ancelotti está en su punto de mira. Y ‘Mili’ no piensa rendirse.
