Nadie dijo que sería fácil, ni siquiera el propio Xabi Alonso sabía que esto iba a ser un camino sencillo para él. La exigencia del Real Madrid, y más viniendo de donde viene el club, de una década de éxitos, y después de una temporada horrible que se llevó por delante al entrenador más laureado de la historia del club, exige luchar, con los más grandes, y el entrenador tolosarra le toca volver a ganarse una confianza que nunca ha llegado a tener plenamente.
Dudas con Xabi Alonso
El Real Madrid ha mejorado respecto a la temporada pasada, y ha protagonizado un inicio de temporada pocas veces vista en la historia del club. Quizá eso es lo que le dé crédito, por ahora, a un Xabi Alonso que está viviendo en primeras carnes lo que supone estar sentado en el banquillo blanco, la responsabilidad que eso conlleva, la presión externa, los egos de un vestuario que ha ganado mucho, y la obligación de examinarse en cada partido. Y hay exámenes que valen más que otros, y, de los que valen, solo ha aprobado uno de los cuatro que ha tenido, quizá el que más repercusión puede tener, por eso de que aún mantenga cierto crédito, pero las dudas están ahí.
Porque desde su llegada, se ha perdido ante el PSG y el Atlético de Madrid, por goleada, se ganó a un Barcelona que arrolló a los blancos el pasado año, eso sí, con muchas bajas, y se ha perdido ante el Liverpool, por la mínima, y por Courtois. Además, manejar a los grandes egos de la plantilla no está siendo sencillo, aunque esos egos, tenga nombre, Vinicius, suficiente para generar un terremoto, para que el entrenador esté generando dudas. El equipo no parece funcionar contra equipos grandes, se ha mejorado, pero eso no es suficiente para un equipo obligado a pelear por la Champions League, y ahora mismo, no puede.
Margen para el entrenador
Pese a todo, el entrenador aún cuenta con la confianza de la directiva y del propio madridismo, pese a que hay dudas y pese a que siempre habrá opiniones apuntando a diferentes direcciones, pero el grueso, sigue apostando por que tendrá éxito. Pero tiene trabajo por delante, y el más difícil, quizá, es cambiar la actitud de unos jugadores que, siendo muy jóvenes, han ganado ya mucho, mala combinación. Ante el Liverpool, el tolosarra se dejó la voz en la banda pidiendo solo una cosa, que igualaran al rival en intensidad, quizá lo esté trabajando a diario, pero si hay jugadores que no quieren, poco tiene que hacer.
El control de los egos
Ya lo dijo un ex blanco tras la derrota ante el Liverpool. Gareth Bale avisó que una cosa es entrenar al Leverkussen y otra al Real Madrid, donde lo más complicado, es controlar los egos. Y aunque se mostró confiando en que acabará triunfando, un paso en falso podría acabar con su etapa como entrenador madridista. Uno de los grandes problemas que tiene es el de Vinicius: sabe que cualquier cosa que haga provocará un incendio que podría fraccionar al vestuario. Su reacción tras la sustitución del Clásico ha hecho mucho daño, y aunque se respalda su gestión, el incendio está ahí, ahora parece que contenido, pero que puede volverse a activar en cualquier momento.
Lo cierto es, que contra el Liverpool, el extremo brasileño estuvo muy por debajo de lo exigido en la presión, en el trabajo colectivo, y así, es imposible competir con el Liverpool y con cualquier grande.
Xabi Alonso vuelve a la casilla de salida, tiene que volver a demostrar que puede ser entrenador del Real Madrid, y que está capacitado para liderar este vestuario. El equipo ha progresado, pero tiene que seguir haciéndolo, algo que no solo depende de él, de ahí que tenga que demostrar sus dotes de liderazgo, para cambiar los hábitos de muchos de sus jugadores.