Fernando Alonso llevaba semanas buscando una tarde así, como la de Qatar. Y lo hizo en la clasificación al sprint de Lusail. No por un resultado espectacular, sino por una sensación que había desaparecido, la de tener un coche que responde, que permite arriesgar y que, por momentos, vuelve a colocarle donde siempre compite.
Alonso se cuela entre los mejores en Qatar
En Losail recuperó esa certeza con un cuarto puesto que si bien no cambia la temporada, sí le devuelve algo que echaba de menos. Fue una clasificación al sprint que, sin ruido, marca un punto relevante en su año.
El AMR25 había dejado más dudas que respuestas desde mediados de otoño. El equipo llegó a Qatar con la urgencia de detener una caída que se hacía larga. Y Alonso fue quien sostuvo el proyecto con una sesión inmejorable, sólida, limpia y sobre todo convincente.
Su segundo puesto en la SQ1 ya avisó de que había algo distinto. El coche parecía más estable, más directo en la entrada de curva, menos torpe en las zonas rápidas. Él lo notó desde el primer giro. Lo aprovechó sin reservas.
Su clasificación tuvo un momento delicado en la SQ2. Dos vueltas arruinadas por el tráfico podían haber partido su noche, pero Fernando supo contenerse y esperar. Volvió al garaje sin gesto de frustración, revisó datos con rapidez y salió de nuevo con un plan claro: hacer una vuelta segura y luego una vuelta agresiva. Le bastó la primera. Ese control es el que siempre le ha distinguido. Cuando el margen es estrecho, rara vez se desordena.
Un Aston Martin que volvió a la vida… pero solo con Alonso
El punto de inflexión, el dato que separa la realidad de la ilusión, reside en la brecha de rendimiento dentro del propio garaje. Stroll quedó eliminado en la primera criba y saldrá 16º este sábado, lo que anula la teoría de una mejora masiva y generalizada en el AMR25. Un detalle que refuerza el valor de la vuelta de Alonso y obliga a mirar con atención al trabajo del español.Si el paquete técnico hubiera sido el responsable principal de la velocidad, el canadiense, con el mismo coche, no habría sucumbido a las primeras de cambio.
Ya en la SQ3, Alonso cerró el mejor viernes y la mejor sesión de su temporada. No luchó por la pole, pero dio un paso que el equipo necesitaba. Terminó a cuatro décimas de Piastri, por delante de los dos Red Bull, los dos Mercedes y los dos Ferrari. No fue un golpe de efecto, pero sí una señal de que el coche tiene algo más de lo que parecía.
«Uno de los mejores resultados del año en un circuito difícil con secciones de alta velocidad»
En Qatar Alonso siempre se ha movido con comodidad. Aquí logró un podio en 2021 y vuelve a demostrar que el circuito se ajusta a su forma de competir: curvas rápidas que requieren decisión, frenadas que premian la valentía y poco espacio para el error. Alonso crece en escenarios así. Lo hizo entonces con Alpine y ahora lo repite con un Aston Martin que necesitaba aire fresco.
Alonso calificó la jornada como «un buen día, sin duda,» destacando que el coche «parece que estaba en la ventana de trabajo adecuada» en un trazado exigente. La frustración de la SQ2 por el tráfico fue un obstáculo superado, permitiéndole consolidar en la SQ3 un resultado que dejó atrás a las duplas de Red Bull, un Mercedes, a ambos Williams y al Ferrari de Leclerc. «Uno de los mejores resultados del año en un circuito difícil con secciones de alta velocidad», dijo el astur.
Sin embargo, el punto crucial de las palabras de Fernando se desprendieron cuando abordó la competitividad inmediata en el formato de una sola sesión de entrenamientos libres. Lejos de la retórica habitual, Alonso apeló a un activo que ningún equipo puede comprar: la experiencia.
Alonso se anima en Qatar: «Mi experiencia gana al jet-lag y al cansancio»
«Tengo 24 años de experiencia, tengo 44 años, como siempre se comenta«, dice refiriéndose a las bromas sobre su edad. Pero lejos de ser una debilidad, Alonso convirtió este dato en la base de su fortaleza en Qatar. «Tengo desventajas con el cansancio, el jet-lag o los viajes, pero conozco el coche, los neumáticos y el circuito, conozco cada piano de cada circuito del Mundial«, señala.
El cuarto puesto no garantiza nada para el sprint, pero devuelve la fuerza al equipo. Y más en un fin de semana donde Newey está presente en Losail. Y lo hará también en Abu Dhabi, en la última cita del año. Así, Alonso tiene en Qatar delante un sábado incierto, aunque esta vez parte con confianza. «Sé cómo extraer el máximo el viernes. Luego el sábado abrimos el parque cerrado, hacemos cambios menores al coche y parece que todos progresan. Veremos, vamos paso a paso, primero el esprint y luego esperamos poder mejorar algo los reglajes en cuanto al subviraje», cuenta el piloto.
Este cuarto puesto lo sitúa en una posición excepcional. Alonso está virtualmente al acecho del podio, una recompensa que le ha sido esquiva durante más de dos años y que pondría fin a un tramo de temporada definido por el sufrimiento. El objetivo no es otro que capitalizar esta inusual ventaja de parrilla. Sabe que una ejecución perfecta en la salida es lo que le puede abrir la puerta a ese resultado que busca como un premio a la insistencia. La sprint del sábado será corta, apenas 19 vueltas. Y en 2021, en este mismo circuito, Alonso volvió al podio después de siete años. Quizás aquí…