Mbappé rescató a un Real Madrid que sigue dejando muchas dudas

Ganó, pero el juego dejó muchas dudas

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El Real Madrid logró llevarse los tres puntos ante el Olympiacos, en un partido que parecía más que encarrilado, pero en el que acabaron pidiendo la hora, evidenciando que el equipo está muy lejos de poder mostrar un buen nivel. Los jugadores no están, y Xabi Alonso no da con la tecla. El planteamiento de Mendilibar fue clave para que Vinicius y Mbappé brillaran y llevaran al equipo a la victoria, pero hay que mirar más allá de los goles, y los blancos volvieron a cometer los mismos errores que le condenaron en los tres últimos pinchazos.

Mbappé y Vinicius eclipsa un mal Madrid

Las dos estrellas madridistas se encontraron con el mejor escenario posible para brillar, en ataque, y no desaprovecharon la oportunidad que les brindó Mendilibar. El Olympiacos, un equipo que se atreve a jugar como los gigantes de Europa, cuando solo es el más grande de Grecia (que no es poca cosa), adelantó mucho las líneas, presionó arriba, y su plan salió bien, en los primeros minutos, un gol que dejaba helado a un Real Madrid que lo veía todo negro en ese momento.

Pero lejos de echarse atrás, el Olympiacos siguió con el mismo plan, y a poco que concedieron algo de espacio, algo de comodidad al Real Madrid para sacar el balón, los blancos pudieron dar muestra de algo que sí tienen, su calidad. Vinicius, con una autopista para él contra un rival inferior, hizo lo que quiso por banda izquierda, y Mbappé se aprovechó del trabajo. Seis minutos le hicieron falta para meter un Hat-Trick, del 22 al 28, y encarrilar el partido, 3 puntos y a casa. Eso debieron pensar los blancos, pero nada más lejos de la realidad, los griegos no se iban a rendir, y florecieron los problemas blancos.

Lo que casi sentencia al Real Madrid

Los blancos se sentían superiores, como tantas veces les ha pasado, porque lo eran, pero en el fútbol de hoy en día, hay que trabajar los 90 minutos. El centro del campo, con dos pivotes, no era capaz de contener, entre otras cosas, porque Mbappé y Vinicius, que sí, brillaron en ataque, pero estaban ausentes en defensa, permitían que los griegos iniciaran con comunidad. Y la defensa, en cuadro, el peor partido de la temporada. Así llegó el 2-3, nada más comenzar la segunda parte, permitieron centrar, y permitieron un remate de cabeza sin oposición imposible para Lunin (que fue de lo mejor del equipo).

Los blancos cazaron otra contra, otra vez a pase largo, otra vez con un Vinicius que hacía lo que quería en ataque, para regalarle el póker al francés. Alivio tras el susto, tres puntos, y a casa. O eso es lo que volvieron a pensar. Pero a partir de eso 2-4, el equipo se deshizo por completo.

Xabi Alonso y el banquillo

Los cambios de Xabi Alonso no tuvieron el efecto deseado, más bien todo lo contrario. Ceballos salió para sujetar el balón, pero lo perdía, Bellingham aparecía, pero no aportaba. Los griegos robaban, se anticipaban y llegaban al área, ante una sorprendente pasividad blanca. Era tropezar con la misma piedra una y otra vez, como sucedió a diez minutos del 90. Pasividad para un centro desde la banda izquierdo, y remate del 9 griego ante la pasividad de cuatro defensas. Remante a placer, y a sufrir, porque el asedio fue total en la recta final, sin soluciones por partes de los blancos, a la espera de que pasara el chaparrón y no encajar el que hubiera sido un gol desastroso.

El Real Madrid no jugó bien ante Olympiakos. Mbappé y Vinicius fueron los mejores, se les presentó el partido perfecto para brillar y no lo desaprovecharon, pero sin esos 6 minutos mágicos del francés, el partido hubiera sido más de los mismo de las últimas jornadas.

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