El Real Madrid ha pasado de ganar el clásico y liderar la liga con 5 puntos, a perder el liderato en el campeonato y a dejar sensaciones más que de dudas de cara a lo que resta de campaña. Son muchos los motivos para explicar lo que ha sucedido en este mes de competición, y que sitúa a Xabi Alonso en la cuerda floja.
Un calendario inédito
El Real Madrid ha vivido un mes de competición inédito en el fútbol actual. Este miércoles será el último de seis partidos fuera de casa. Aunque los rivales, a priori, no eran de máxima dificultad, exceptuando el primer partido ante el Liverpool, un calendario así puede llegar a pasar factura. En sí solo, esto no debería ser mayor problema para un equipo con el aire a favor, pero no era el caso de los de Xabi Alonso, donde los resultados iniciales eclipsaban la realidad de un equipo.
El Clásico, el detonante
El Real Madrid ganó el Clásico con suficiencia deportiva, no así en el resultado, más ajustado de lo que se vio en el campo. Aún así, una victoria que debía servir para levantar el ánimo del equipo, la primera ante el Barcelona después de cuatro derrotas consecutivas, la primera victoria ante un grande después de muchos desastres acumulados entre la pasada campaña y el inicio de esta, pero no lo fue porque Vinicius se encargó de que no lo fuera: su sustitución en el partido, sus desproporcionados gestos por la decisión de Xabi Alonso, a los ojos de todo el mundo, abrió una grieta que no ha hecho más que agrandarse en los partidos siguientes.
Después del Clásico, se ganó bien al Valencia, pero después el Liverpool puso a los blancos en su sitio y, tres días después, el Rayo acabó por ser el detonante, justo antes de un parón de selecciones que descubrió las grandes diferencias que había entre el entrenador y los jugadores.
Xabi Alonso, sin ideas
Pero lo deportivo también tiene mucho que ver en todo esto. Xabi Alonso ha visto como algunos de sus jugadores no han dado lo que tenían que dar sobre el césped, pero tampoco ha sabido reaccionar ante fallos evidentes. Con el equipo atascado, no ha sabido agitar el avispero, introducir alternativas para dar soluciones. Tiene un plan que pasa por un sistema casi similar, y de ahí no cambia. Sin ir más lejos, ante el Girona, no se marcó un gol en 90 minutos sin contar el de penalti, a uno de los equipos que más encaja en toda la temporada. El equipo reclamaba un 9, que salió en el minuto 89. El equipo sigue sin estar compensado, y no se entiende por qué no utiliza todas las herramientas que tiene, herramientas que ya usó y que le funcionaron, y muy bien.
¿Cambio de tendencia en el Real Madrid?
Dados los problemas que parecía haber en el vestuario, la directiva tomó cartas en el asunto, se posicionó a favor del entrenador y mandó un mensaje a los jugadores para remar en la misma dirección. Se ganó ante el Olympiacos (única victoria en los cinco partidos fuera de casa), y ante el Girona, aunque la actitud fue mejor, no fue suficiente. Ahora queda visitar Bilbao este miércoles, después del Liverpool, la salida más complicada sobre el papel, y el equipo está obligado a sumar los 3 puntos si no quiere ver como el Barcelona se aleja en la clasificación.
Son muchos los motivos que explican por qué el Real Madrid se ha hundido en este mes de competición, pero que haya explicación, no lo justifica. El equipo está lejos de poder pelear por cosas importantes esta temporada.