Alonso no promete milagros, pero peleará por los puntos en Abu Dhabi

Alonso cierra el viernes en Abu Dhabi con realismo: noveno con el AMR25 y sin prometer milagros, pero con opciones claras de pelear por los puntos.

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Fernando Alonso cerró el viernes del Gran Premio de Abu Dhabi con una sensación clara: se avanzó, sí, pero sin falsas expectativas ni discursos épicos.

Alonso peleará en Abu Dhabi

El asturiano terminó noveno en los Libres 2 con el AMR25, tras bajarse en su primera sesión del fin de semana para dejar el asiento a Cian Shields, piloto de Fórmula 2, último en su clasificación y debutante en un escenario nada amable. El escocés cumplió su misión: rodó, no cometió errores graves y devolvió el coche entero al box.

Con eso, en Aston Martin respiraron. Alonso tomó entonces el volante para devolver el coche a su sitio natural, y lo hizo con un 1:23.708 que le colocó por delante de nombres con más potencial real: Piastri, Antonelli o incluso Hamilton.

No fue una vuelta brillante, pero fue suficiente para mantener la expectativa de que el español podrá pelear mañana y el domingo. Lo más importante: el ritmo apareció cuando debía aparecer, y a pesar de subir al coche solo en la segunda sesión, no dio la sensación de ir a remolque.

“Hicieron muy buen trabajo en la FP1. No nos perdimos mucho y conseguimos todos los datos que necesitábamos”, explicó con calma el bicampeón. En su tono, serenidad absoluta, y cero dramatismo pese a las condiciones poco ideales.

Alonso, cero dramatismos

La prioridad del día fue ajustar el equilibrio del AMR25, que no terminó de encontrar su punto en los sectores más lentos del trazado. El paso por la zona del hotel volvió a ser la trampa habitual, con el coche mostrando inestabilidad en frenadas y un tren trasero que pide un mimo constante. “Es difícil trabajar con el equilibrio. Son curvas muy distintas entre sí y necesitamos más agarre para mañana”, admitió Alonso, quien, pese a todo, no se mostró frustrado. Tan solo consciente.

En Aston Martin saben que el AMR25 es extremadamente sensible: circuito que favorece su ventana de funcionamiento, circuito donde brilla; trazado que se sale de sus parámetros, trazado que lo hunde. No hay punto medio. Y el propio Alonso fue el primero en rebajar la euforiam

«Venimos de dos fines de semana donde pasamos de uno de los peores a uno de los mejores. El coche es sensible y no sabemos qué esperar, pero no deberíamos ir ni tan mal… ni tan bien”. Una frase que encierra toda la radiografía del año: montaña rusa sin plan estable.

Si algo marcó su discurso, fue el realismo. Sin adornos, sin gestos épicos, sin titulares fáciles. “Es la carrera número 24. Sabemos dónde estamos. Será difícil estar en los puntos, pero lo vamos a intentar”, lanzó de forma directa, sin necesidad de vender lo que no existe. Su objetivo, según se desprende, no es el milagro. Es cerrar 2025 sin tropiezos innecesarios, sin más dramas de fiabilidad y sin la sensación de haber dado un paso atrás.

Pedro de la Rosa, voz interna del equipo, lo resumió con la misma claridad: esta vez no hay margen para lecturas imaginativas. «Debes tomar decisiones, y mejor hacerlo cuando la sesión no es representativa. Era el plan lógico”, explicó en DAZN sobre el reemplazo del español en la FP1. Nada se improvisó, todo estaba escrito.

Para Alonso, el cierre del campeonato no ofrece más que una meta sencilla. La de competir con dignidad, sin hundirse como en Las Vegas ni dispararse como en Qatar. Un término medio realista, práctico y honesto. Abu Dhabi, en definitiva, no será un castigo, pero tampoco una fiesta.

A falta de la clasificación, el asturiano mira el domingo con cautela y ambición medida. No promete milagros. Solo promete correr. Y, ahora mismo, para él y para Aston Martin, eso es ya decir bastante.

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