Todo o nada para Xabi Alonso ante el Manchester City. Tendrá que ganar, sí o sí. Sino, todo apuntará a que su futuro estará lejos del Real Madrid. Muy lejos. Después de la victoria ante el Athletic Club en San Mamés, todo parecía que entraba en orden. Sin embargo, el regreso al Santiago Bernabéu fue amargo. Muy amargo. Demasiado, incluso. Contra el Celta de Vigo, los blancos cayeron por 0-2 ante los vigueses. Un encuentro en el que los madridistas fueron irreconocibles. Desde el planteamiento inicial hasta el nivel mostrado en el verde. Nada funcionó y el asunto se ha vuelto a complicar para Xabi Alonso. Su continuidad en Chamartín está más que comprometida. Es una realidad.
Xabi Alonso está en el limbo
Con este nuevo titubeo, Xabi Alonso vuelve a meterse en un lío. Y está vez, es uno gordo. Tal y como contaban fuentes del periódico El Mundo, la postura del tolosarra está en peligro. Más que nunca. Florentino Pérez se quedó de madrugada en el Santiago Bernabéu y, según informa este mismo medio, el club blanco habría empezado a sondear el mercado de entrenadores. La reunión de urgencia entre el presidente y sus directivos dictaminó lo siguiente: una derrota ante el Manchester City… y adiós a Xabi Alonso.
Interrogado en la rueda de prensa posterior al duelo frente al Celta, el técnico tolosarra regateó la ya clásica cuestión sobre «si estaba en peligro si no ganaba contra el Manchester City». «Nos jugamos tres puntos de Champions contra el City. Es lo que nos jugamos», respondió el donostiarra con firmeza. Ante la prensa, el entrenador del Real Madrid no se muestra inquieto. Explica que sigue confiando en su proyecto y que esto puede salir hacia delante. «Todos unidos, sabiendo que esto es fútbol y que vamos a revertir la situación. El miércoles, tenemos la mejor oportunidad para sacarnos este mal sabor de boca«, cuenta.
Sin embargo, en privado, Xabi Alonso sabe que está en el limbo. Después del mes de noviembre muy negro que vivió, los demonios no se han ido. Amén de la victoria en San Mamés, la debacle ante el Celta de Vigo le ha vuelto a poner en el escaparate. Cada vez más, sus jugadores parecen estar desenganchados. «Desenchufados». La situación está más crítica que nunca. El Manchester City será la prueba de fuego. Si aprueba, seguirá. Sino, se despedirá del Real Madrid. Es el destino que le espera.
Noviembre lo lanzó todo
El vestuario del Real Madrid se encuentra en un estado de máxima tensión y descontento generalizado, con todos los jugadores fastidiados por una racha de resultados nefastos que ha erosionado la confianza y generado desconexión con el proyecto de Xabi Alonso. Noviembre marcó el inicio de esta pesadilla, transformando un prometedor 4-0 ante el Valencia en el Bernabéu –el último partido en casa hasta entonces– en el preludio de un bache inédito. Después de arrollar a los chés, los merengues encadenaron con empates –en Liga– ante Rayo Vallecano, Elche y Girona, derrotas frente a Liverpool –Champions– y solo una victoria aislada como la del Olympiacos. Esta secuencia no solo costó el liderato liguero ante un Barcelona implacable, sino que ha dejado a la plantilla desenchufada, sintiendo que el equipo ha ido a menos en todos los aspectos.
La crisis explotó en Anfield con una derrota 1-0 ante un Liverpool en racha negativa, donde Thibaut Courtois evitó un marcador mucho más abultado con ocho paradas heroicas, evidenciando las fragilidades defensivas y ofensivas del Madrid. El empate sin goles en Vallecas, un estadio maldito desde 2022, sumó el segundo partido consecutivo sin victoria, algo inusual para los merengues y que generó las primeras fisuras internas. El parón de selecciones no sirvió de reseteo: en Elche ante un recién ascendido, remontaron dos veces hasta empatar en el descuento, permitiendo al Barça acercarse a un punto y amplificando la frustración en un vestuario que empezó a cuestionar su propia identidad.
La Champions trajo un respiro parcial en Grecia, donde Mbappé brilló con cuatro tantos para un 3-4 ante Olympiacos tras ir perdiendo pronto, pero el equipo rozó la catástrofe al resistir el empuje final de Mendilibar. Sin embargo, el empate en Girona –con dominio solo en la segunda parte, falta de verticalidad y puntería ante el bloque bajo de Míchel, más un penalti de Mbappé– selló la pérdida del liderato, dejando a jugadores y técnico con la sensación de titubeos constantes y un mes negro: dos victorias, una derrota y tres empates, todo lejos del Bernabéu.
Y diciembre remata…
El vestuario del Real Madrid, que vivió un pequeño respiro con la victoria en San Mamés frente al Athletic, afronta ahora la recta final del año con una sensación de urgencia máxima. Volver al Bernabéu suponía un alivio para todos… pero nadie cumplió con las expectativas. El tropiezo ante el Celta expuso nuevamente las grietas internas y la falta de un rumbo claro. Aunque algunos jugadores intentan mantener la ilusión, el ambiente está cargado de ansiedad ante la trascendental cita contra el Manchester City, que no solo decidirá el futuro de la temporada, sino también el de Xabi Alonso en el banquillo.
Más allá de resultados, la prueba contra el City marcará el nivel de compromiso y cohesión del grupo. El vestuario sabe que quedan pocas oportunidades para reconducir el rumbo y que el tiempo para reconstruir la moral es escaso, lo que añade presión a todos los estamentos del club. La expectativa es que, a partir de ahí, se defina si el Madrid logra superar esta crisis o entra en un proceso de profundo cambio y reestructuración. Ganar contra el Manchester City supone más que tres puntos en la ‘orejona’. Supone saber si el Real Madrid será capaz de ganar unos títulos este curso tras firmar una «temporada blanca» –sólo se levantaron la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental– con Carlo Ancelotti.
A Xabi Alonso le queda una final. Lo sabe muy bien. Si no consigue derrotar a Pep Guardiola en el Santiago Bernabéu, Florentino Pérez meterá manos al asunto. Ningún nombre ha salido todavía a la luz, pero se le contratará para iniciar una verdadera revolución dentro del club. O eso quieren pensar en las oficinas de Valdebebas. El tiempo corre en contra del Real Madrid.
