El Real Madrid ha vivido en una relativa tranquilidad en los últimos años, al fin y al cabo, el equipo ha atravesado la mejor década de su historia en lo deportivo, y eso ha traído cierta estabilidad a un club acostumbrado a provocar mucho ruido constantemente, pero más cuando las cosas no funcionan bien. Desde octubre de 2018, el club blanco no vivía una situación en la que su entrenador estaba tan en entredicho, en el que se jugaba el puesto a mitad de temporada, algo que era más habitual en los 90 o al inicio del nuevo siglo, pero que casi había quedado en el olvido en los últimos años. La historia vuelve a repetirse, Xabi Alonso está en la diana, y ya empieza a hablarse los sustitutos.
El Real Madrid y el despido de los entrenadores
Tenemos que remontarnos al 29 de octubre de 2018, fecha en la que Julen Lopetegui fue destituido como entrenador del Real Madrid, en favor de Solari, como interino, antes de que regresará Zidane al banquillo blanco. Al que fuera seleccionador de España, su fichaje por el club blanco le salió demasiado caro. Su contratación se anunció antes del Mundial de 2018, a Rubiales no le gustó y le echó a unos días de que comenzara el torneo planetario, y cuatro meses después, se encontraba sin trabajo.
Lo cierto es que su etapa en el Real Madrid no acabó de cuajar, curioso que fuera un técnico español, como pasó unos años antes con Rafa Benítez, o como está pasando ahora con Xabi Alonso. Parece que el fútbol control por el que apuestas los entrenadores nacionales no cala en un vestuario blanco, acostumbrado a vivir de la genialidad de sus estrellas, de pisar el acelerador cuando realmente hace falta, y con cierta permisividad para moverse por el terreno de juego.
La estabilidad en el banquillo blanco
Lo cierto es que, desde el verano de 2009, ha habido cierta estabilidad en el banquillo del Real Madrid, desde que llegó Mourinho. Antes del portugués estuvo Pellegrini, al que no le valió batir el récord de puntos en la historia del club blanco para seguir otro año, ni le valió para ser campeón. Antes de él, Juande Ramos, que venía de sustituir, a mitad de temporada, a Schuster. Así que, en la década pasada, solo dos entrenadores habían sido destituidos a mitad de curso, tres en 18 años, así que, el hecho de que Xabi Alonso pueda ser el siguiente, puede suponer una anomalía que antiguamente era más habitual.
Xabi Alonso en el punto de mira
Aunque las expectativas eran muy elevadas, y había mucha confianza en el entrenador vasco, su llegada al Real Madrid, suponía una gran oportunidad, pero también un caramelo con cierto veneno. No solo venía a sustituir al entrenador más laureado de la historia del club, también después de que el equipo, como ya se ha dicho, viniera de vivir la mejor década de su dilatada historia.
Y llegó con una idea que nada tiene que ver a la de su antecesor, con ideas nuevas, más parecidas a la del fútbol que se lleva años practicando en la élite europea, una idea que al Real Madrid, hasta hace nada, no le había hecho falta, pero que empezaba a imponerse, la de controlar todos los rincones del campo, comenzado desde la presión, no en campo contrario, en área contraria. Eso, y un compromiso de todos con el balón, o lo que viene siendo lo mismo, físico y eficacia para aplastar a los rivales (como hace el PSG, el Liverpool, el Arsenal, el Chelsea…). En un primer momento, esa ida parecía que calaba bien en el vestuario, y al equipo se le vio un cambio desde el mes de julio, desde que Xabi se puedo a dirigir el Mundial de Clubes. Faltaba fútbol, se daba por hecho que llegaría con el paso del tiempo, pero se ganaban los partidos… menos contra los rivales grandes.
El PSG puso a los blancos en su sitio en las semifinales del Mundial de Clubes, pero luego fue el Atlético de Madrid en Liga. Así que tocaba esperar al siguiente gran partido, ni más ni menos, contra todo un Barcelona que le había ganado el año pasado los cuatro partidos, y con goleadas. Y ese día, cambió todo, y lo más curioso, que no fue por lo deportivo, porque por fin ese día se jugó bien contra un grande, se ganó, y el único «pero», en lo deportivo, fue no golear, porque el equipo lo mereció.
Un vestuario roto
Sin embargo, lo que parecía que había calado bien, la nueva forma de entrenar, no gustaba tanto en el vestuario como parecía, y no gustaba nada a los pesos pesados. Vinicius se encargó de airearlo en el Clásico, después de que se mostrara su dorsal en la tablilla de cambios, y a partir de ahí, Valverde, Bellingham, Rodrygo… Todo se torció y llegó la racha de resultados que ha llegado hasta ahora, con un -9 en Liga que, dejado al equipo segundo a 4 puntos del líder, cuando ese día, aventajaba en 5 puntos a su eterno rival.
Aunque en los últimos partidos, de puerta para adentro se vende unión, lo cierto es que el partido ante el Celta demostró que los jugadores no están, y le han hecho un flaco favor a su entrenador, que podría ser despedido mañana si la imagen del equipo vuelve a ser vergonzosa.
Los candidatos para sustituir a Xabi Alonso
Como es habitual en momentos de crisis, hay muchos nombres que suenas para ocupar el banquillo blanco en caso de que ruede la cabeza del entrenador este miércoles, pero ninguno convence o algunos parecen imposible. Este escenario es el que podría facilitar la continuidad del proyecto, o no.
Arbeloa sería el mejor colocado, al menos, como solución de urgencia. Pero el excanterano y actual entrenador del Castilla, sería del estilo de Xabi Alonso, más de los mismo, aunque visto lo visto, quizá tenga más personalidad (y más apoyo del club), para tomar decisiones complicadas. Otro de los que suena, porque está libre y por sus éxitos, es Zidane, aunque sería un refuerzo para lo que resta de temporada, porque está comprometido con Fracia. Es complicado que aceptar el reto, el compromiso, pero la leyenda francesa ha demostrado que lo de meterse en su cabeza, no suele dar buenos resultados.
El más deseado es Jürgen Klopp, uno de los mejores entrenadores de la última década, cuyo palmarés en Europa n es mejor por culpa del propio Real Madrid. Desde que dejó el Liverpool, ha pasado a los despachos, para llevar toda la gestión deportiva de los clubes de fútbol de Red Bull. La fuerza y el prestigio del club blanco podría ser lo único que le moviera de un puesto del que dice estar muy a gusto, del que no parece que quiera moverse.
Por último, como no, y más en estas situaciones, suena Mourinho. Su marcha del Real Madrid dejó una gran división, pero con el tiempo, ha quedado más que demostrado que puso los cimientos para hacer a un Real Madrid competitivo, y tanto. La cosa es que acaba de firmar por el Benfica, aunque, a estas alturas de la película, a ver se aventura a creer que no vendría al Real Madrid. Siempre le quedó la espina de no lograr la Champions League con el club blanco.
Xabi Alonso tiene un partido muy difícil este miércoles, su puesto podría estar en peligro, y ya hay muchos candidatos para ocupar el banquillo.