El equipo Aston Martin se encuentra en la encrucijada más significativa de su andadura en la Fórmula 1. Tras un 2025 que no cumplió las altas expectativas generadas, la escudería de Fernando Alonso ha redirigido todos sus esfuerzos hacia el cambio normativo de 2026.
Este nuevo ciclo reglamentario no es solo una oportunidad de reorganización, sino la ventana de tiempo que el equipo se ha autoimpuesto para establecerse definitivamente en la élite del deporte.
En el seno del equipo lo tienen claro. Este reglamento representa su mayor oportunidad para dar un salto definitivo para situarse entre los mejores. La hoja de ruta está definida, los plazos son inamovibles y la exigencia interna es máxima. El ambicioso plan, impulsado por la inversión masiva de Lawrence Stroll, se empezará a mover este mismo invierno, que arranca ahora, lo cual se considera vital para el éxito o fracaso del proyecto a medio plazo.
La inmersión de Aston Martin en el AMR26 es total
Desde que el telón cayó en el Gran Premio de Abu Dhabi, la actividad en Silverstone se ha concentrado en un único foco: el desarrollo del nuevo monoplaza. Alonso, figura central de este proyecto, regresó de inmediato a la base británica para las primeras tomas de contacto esenciales. Esto incluye el ajuste del asiento y el comienzo de sesiones intensivas en el simulador.
Todo mientras el equipo técnico aceleraba el desarrollo antes del parón obligatorio del 24 de diciembre, una fecha que todos los equipos afrontan con tensión por el volumen de trabajo pendiente. El objetivo de Aston Martin no es otro que maximizar el trabajo de correlación y diseño antes de la mencionada fecha. Sobre todo por la complejidad del nuevo chasis y de la unidad de potencia, que obliga a un esfuerzo técnico máximo en estas semanas clave.
Mirando Aston Martin completamente hacia 2026, la escudería ha diseñado su pretemporada con el objetivo de recopilar datos fiables sin ruido externo. El primer examen del AMR26 llegará lejos de los focos, en un entorno controlado y sin presión mediática.
El equipo rodará por primera vez con su nuevo coche en los tests de Barcelona, previstos del 26 al 30 de enero. Será una prueba a puerta cerrada, en la que podrá completar tres días de rodaje, con otros dos de margen por si la meteorología obliga a reajustar el programa. Allí, el AMR26 pisará el asfalto real por primera vez.
Superada esa fase inicial, la Fórmula 1 entrará en un periodo de pruebas más amplio de lo habitual, reflejo del reto que plantea la nueva normativa. Los test oficiales de Bahrein se dividirán en dos bloques; primero del 11 al 13 de febrero y luego del 18 al 20 de febrero, sumando seis días más en pista antes del inicio del campeonato el 6 de marzo en Australia.
Newey y Honda, la base técnica del nuevo Aston Martin de 2026
El plan de Aston Martin para 2026 se sostiene sobre una renovada arquitectura técnica, marcada por dos factores clave: la llegada de Adrian Newey y la unidad de potencia de Honda.
Newey, el diseñador más exitoso de la F1, está completamente involucrado en el diseño del AMR26. Según sus propias palabras, está dedicando todos sus esfuerzos en el diseño del nuevo coche, el CFD y la dinámica de flujos.
Claro que en 2026 su rol de técnico se extenderá a todo el equipo. Será entonces cuando asumirá el puesto de Team Principal, el jefe de la escudería Aston Martin. Esta doble función busca asegurar la integración completa entre el diseño del chasis, la aerodinámica y la unidad de potencia, eliminando las posibles fricciones internas.
La alianza con Honda es fundamental. Por primera vez, Aston Martin tendrá un motor diseñado en colaboración directa con el fabricante. Como equipo oficial, la comunicación es constante para «maximizar el rendimiento», tal como ha señalado el antiguo CEO Andy Cowell. Honda aporta su experiencia tras conseguir varios títulos con Red Bull, pero el desafío es enorme. Esto, porque el sistema eléctrico aumentará su potencia a unos 475 CV, mientras el motor de combustión reduce su impacto. En total, los monoplazas de F1 en 2026 tendrán unos 1.000 CV de potencia final.
A este escenario se suma un factor clave: las nuevas instalaciones y la mega fábrica de Aston Martin, en Silverstone. El túnel de viento propio y el simulador han permitido detectar discrepancias relevantes respecto a los datos heredados del túnel de Mercedes, lo que explica parte de los problemas del AMR25. Esa información está siendo decisiva para corregir el rumbo del AMR26.
La perspectiva de Fernando Alonso
Fernando Alonso ha mantenido un discurso prudente, pero optimista sobre el potencial del proyecto 2026. Y es que Alonso confía en que el «reseteo» del nuevo reglamento puede cambiar las jerarquías de la parrilla, beneficiando al equipo que mejor interprete las nuevas reglas.
El piloto asturiano subraya que la verdadera medida del rendimiento no se verá en la primera carrera en Australia. El foco debe estar en la capacidad de evolución del coche. Para mí la esperanza es más el coche de la cuarta carrera [Japón] que el que presentes en Australia», indicó, señalando la importancia de las primeras mejoras. Su continuidad en el equipo está ligada directamente a la competitividad que el AMR26 pueda ofrecer, ya que su objetivo es ganar.
El veredicto de la cuarta carrera
Así, y aunque la temporada comienza en Melbourne, el equipo Aston Martin ha marcado un punto específico en el calendario para su evaluación clave. Será en el cuarto Gran Premio del campeonato. De cara al próximo año, esto será en Japón, en el trazad de Suzuka.
Esta carrera será el momento en que se introduzcan las primeras evoluciones importantes del AMR26. El equipo espera que esta actualización sirva para validar el concepto inicial del coche frente a sus principales rivales (McLaren, Red Bull y Mercedes).
La pretemporada ofrecerá solo una indicación inicial. La prueba definitiva sobre si Aston Martin ha dado el salto para aspirar a victorias y si el proyecto Newey-Honda funciona, llegará en ese cuarto Gran Premio, que servirá como el primer gran examen de rendimiento real.