Que el motor Mercedes dominará la parrilla de Fórmula 1 el año que viene lleva sonando muchísimo tiempo en el paddock. Tal vez demasiado como para fiarse. Los rumores forman parte del Gran Circo y hay que cogerlos con pinzas hasta que llegue la clasificación del Gran Premio de Australia. Es decir, hasta marzo, habrá que leer y escuchar predicciones y quinielas de todo tipo sobre el motor Mercedes, el de Honda que montará Fernando Alonso y el que sea. Mientras, el discurso de Toto Wolff, jefe de la escudería alemana, es incierto.
Por un lado, se ha quitado la etiqueta de favorito para 2026 pero, por otro, ha infundido miedo al resto de la parrilla cuando ha hablado de la nueva reglamentación y de su nueva unidad de potencia: «Habrá muchas diferencias en comparación con hoy pero estoy contento con el cambio. Y creo que los ingenieros están incluso más contentos que yo, tendrán oportunidades de desarrollo nunca antes vistas, solo piensan en las nuevas formas en que se usará el combustible. Aunque, tengo que ser honesto, será un verdadero salto a lo desconocido para todos».
«Mi trabajo aquí es permitir que mis chicos se atrevan. Al mismo tiempo, soy consciente de que la Fórmula 1, con estas regulaciones, nos ha presentado desafíos que, en el papel, parecen imposibles de superar. Los superaremos”, ha añadido con seguridad Wolff, que suministra motores a McLaren, Alpine y Williams. «El pasado nos ha demostrado repetidamente que suministrar nuestra unidad de potencia a otros equipos solo nos proporciona más información y mayor kilometraje. En resumen, un mayor número de coches nos permite obtener mayores beneficios».
Haciendo balance sobre la era de efecto suelo recién terminada y la anterior era híbrida, Wolff parece satisfecho: «Cuando miremos atrás dentro de diez o veinte años, las estadísticas nos dirán que las últimas 15 temporadas han sido realmente buenas. Ocho campeonatos consecutivos ganados y luego otros cuatro con posiciones absolutamente respetables, no tenemos nada de qué quejarnos». El año que viene no hay excusa para no luchar por el Mundial: «En los últimos años siempre ha habido al menos un equipo que ha trabajado mejor que nosotros (primero Red Bull y luego McLaren), y por eso siempre hemos ido bastante por detrás en competitividad, lo que nos ha impedido luchar por el campeonato».
Fuera favoritismos
De hecho, Wolff se ha quitado de encima la etiqueta de favorito. «Nunca estamos confiados, somos gente con el vaso medio vacío, nunca lleno. Empezamos con el enemigo en casa, McLaren ha sido el mejor equipo este año, con una unidad de potencia de Mercedes y si la unidad de potencia acaba siendo superior, algo que no nos sentimos capaces de decir, tienes que vencer a Williams, McLaren y Alpine», reconoció en el podcast oficial de la Fórmula 1 Beyond The Grid.
«Algunos de ellos tendrán más tiempo de desarrollo en el túnel del viento por no estar tan bien en el Mundial de Constructores, así que algunos pueden llegar con innovaciones que nosotros no hemos detectado. No podemos dar nada por sentado incluso si nuestra unidad de potencia es la más fuerte. Los rumores siempre son peligrosos, alguien, en algún lado, algún motorista, equipo, suministrador de gasolina, nos quiere posicionar como los favoritos, pero no nos vamos a dejar llevar por ningún rumor del que se haya hablado», ha concluido.
