Eduardo Camavinga volvió a ser uno de los protagonistas negativos del partido de la vuelta de las semifinales de la Copa Rey entre el Real Madrid y la Real Sociedad. El futbolista francés fue desplazado al lateral izquierdo, y aunque cuajó unos bueno 45 minutos todo se echó a perder en la segunda parte.
La irregularidad de Camavinga
El internacional con Francia está viviendo una temporada un tanto irregular, pero las malas actuaciones predominan sobre los grandes partidos. Venía de hacer buenos encuentros, incluido los minutos que tuvo en la vuelta de los octavos de final de la Champions League ante el Atlético de Madrid, donde vimos su mejor versión.
Sin embargo, su temporada ha tenido más borrones de lo habitual, protagonizando grandes errores en partidos clave, como la eliminatoria de Copa ante el Celta, donde un error garrafal en el tramo final de partido supuso la prórroga, el penalti cometido sobre Gavi en la final de la Supercopa que fue el inicio de la remontada del Barcelona, o el penalti a favor de Osasuna por una entrada a destiempo dentro del área que propició el empate definitivo en el marcador.
Su falta de regularidad, acusada por las lesiones que ha ido acumulando a lo largo de la temporada, no sola han frenado una progresión que iba desarrollando desde que llegó, ha sido un paso atrás que ha agotado la paciencia de muchos en el Bernabéu.
Mal partido ante la Real Sociedad
Hay que decir que en los primeros 45 minutos Camavinga estuvo bastante acertado en sus intervenciones, sobre todo a la hora de marcar a Take Kubo. Estuvo pegado al japonés en todo momento, impidiendo que pudiera girarse y que pudiera desarrollar su juego, clave en el ataque de la Real Sociedad. Sin embargo, en la segunda parte todo cambió.
Quizá porque se le agotaron las energías muy rápido, quizá por una confianza que no debería tener, ya ha tenido otros partidos para aprender la lección, o simplemente porque Kubo estuvo muy inspirado en la segunda parte. Durante la segunda mitad, el futbolista japonés se la hizo por todos lados, no había manera de frenarle. En la jugada del 1-2, primero fue el japonés quien se le fue por banda, la jugada acabó en rechace y volvió a caer por su lado, esta vez fue Marín, quien solo tuvo que hacer un amague para driblar a un Camavinga totalmente acelerado y descontrolado, ganó la línea de fondo y llegó el gol en propia de Alaba.
El 1-3 también llegó desde su banda, salió a robar un balón en vez de guardar el sitio y Kubo le superó con una simple pared que tocó en Modric, dejando al ex del Madrid entrar por el perfil izquierdo de la defensa blanca para meter el balón atrás y que Oyarzabal, de nuevo con la ayudad de Alaba, anotara el tercero.
Y ya con empate a tres en el partido, cuando parecía que el Real Madrid había salvado la papeleta, volvió a perder la marca con Kubo y fue a cazarle para que no entrara en el área. La falta acabó en el 4 gol que llevó el partido a la porrórga.
Un futuro incierto
El futuro de Camavinga está en el aire ahora mismo. Sus actuaciones siguen siendo irregulares y desde la Valdebebas se vería con buenos ojos traspasar al futbolista si llega una buena oferta. Son conscientes de la calidad del futbolista, de que le queda mucha proyección por delante, pero saben que no se puede sostener a un futbolista que no sabes qué te va a ofrecer en cada partido. Se juega su futuro en estos dos meses de competición, veremos si es capaz de convencer o no.
