Aston Martin ha vuelto a tropezar en el Gran Premio de Singapur con un viejo problema. Fernando Alonso terminó la clasificación de este sábado con sensaciones bajo mínimos. El AMR25 había mostrado ritmo el viernes, un gran ritmo, de hecho. Pero los cambios introducidos en el coche para el sábado alteraron por completo su comportamiento. El resultado fue un paso atrás inesperado pero ciertamente conocido en Aston Martin.
«Cambiamos cosas en el set-up e hicimos el coche más lento, a veces nos pasa”, reconoció el asturiano tras la sesión de clasificación del Gran Premio de Singapur. “Y los otros hicieron su coche más rápido, así que es una combinación de los dos factores”.
Alonso explicó sin rodeos lo que suele pasar dentro de Aston Martin cuando un fin de semana empieza bien. El viernes todo parece encajar, pero el sábado el coche cambia. En Singapur, eso volvió a repetirse.
Del buen viernes al sábado de dudas en Aston Martin
El viernes fue prometedor, y las sensaciones en pista lo confirmaron. Fernando Alonso se sintió cómodo desde la primera vuelta y logró colocar el AMR25 entre los cuatro primeros en ambas sesiones.. La base del coche era buena: equilibrado, predecible y competitivo en ritmo de tanda larga, como el mismo piloto lo explicaba tiempo después. En el garaje había optimismo.
Pero el circuito de Marina Bay tiene una trampa. A medida que pasa el fin de semana, la pista gana agarre y la carga aerodinámica de los coches aumenta. Eso hace que los monoplazas, sobre todo los más bajos, empiecen a rozar el suelo. El fondo se desgasta más de lo que permite el reglamento, y una sanción por ese motivo puede ser devastadora.
Por eso, los ingenieros decidieron modificar el set-up. Como en Zandvoort, optaron por subir la altura del coche, endurecieron la suspensión y ajustaron el reparto de pesos. Era una decisión prudente, pero también arriesgada. Y Alonso lo notó al instante.
Cómo Aston Martin modificó el AMR25 y perdió ritmo en Singapur
El sábado, la realidad cambió. Los Libres 3 del Gran Premio de Singapur fueron preocupantes y también la primera parte de la clasificación, donde Alonso solo pudo ser 14º y Stroll, 17º. “No son los puestos en los que queremos estar», admitió el piloto de Aston Martin.
En Q2 y Q3 recuperaron algo de rendimiento, pero el coche ya no tenía el mismo comportamiento. «Fuimos de menos a más, pero el equilibrio no era el mismo», explicaba Fernando a ‘Sky Sports’. Lo que el viernes había sido un monoplaza ágil y con buen paso por curva, el sábado se transformó en un coche más torpe y menos estable.
Aston Martin había cambiado demasiado para la clasificación del Gran Premio de Singapur. El ajuste que debía proteger el fondo plano terminó alterando el carácter del AMR25. Y en un trazado tan técnico como Marina Bay, ese tipo de errores se pagan caros.
El dilema técnico de Aston Martin es tan sencillo de entender como difícil de resolver. Si el equipo decide no modificar el coche, corre el riesgo de que el fondo toque demasiado el asfalto, se desgaste más de lo permitido o incluso sufra daños que podrían acarrear una descalificación.
Pero si optan por subir la altura o suavizar el comportamiento del AMR25, el castigo llega por el otro lado: el coche pierde agarre, se vuelve menos eficiente en curva y, en un circuito tan exigente como el de Singapur, cada décima que se deja escapar cuesta muchas posiciones.
Así, como explicó Fernando Alonso al final de la clasificación. mientras Aston Martin retrocedía, los rivales mejoraban. Equipos como McLaren, Mercedes o incluso Haas lograron encontrar el punto exacto del coche el sábado. Cada décima contaba, y las diferencias entre pasar o caer en Q2 fueron mínimas.
“Los otros hicieron su coche más rápido”, dijo el Fernando Alonso más resignado. Una frase sencilla, pero muy significativa. Porque en la Fórmula 1 moderna, más con una reglamentación que se encuentra en su límite de mejora, un cambio en el coche puede hacerle estar en la pelea por buscar un podio… o encontrar un sitio entre los 10 primeros. Y en Singapur, Aston Martin se quedó corto.
A pesar de todo, Alonso logró meterse en el top 10, un pequeño consuelo dentro de un fin de semana irregular. En carrera, el objetivo será resistir, aprovechar cualquier coche de seguridad y jugar con la estrategia. No hay previsión de lluvia, y adelantar sigue siendo casi imposible, así que la salida y las decisiones del muro serán clave.
El brutal enfado de Alonso tras la clasificación en Singapur
Un detalle que no se observó en la retransmisión fue el brutal enfado del asturiano en la vuelta de meterse a boxes después de cerrar su tiempo, que le dejaba en 10º lugar. Porque sin duda, Alonso pensaba que podía conseguir un mejor resultado en la clasificación del Gran Premio de Singapur y eso fue evidente a juzgar por su reacción de enfado una vez finalizada la Q3.
En las imágenes de DAZN se puede ver al bicampeón español golpeándose el casco, haciendo gestos, quitando las manos del volante con bastante rabia y diciendo «No» con la cabeza en repetidas ocasiones. Además, una vez bajo el coche y andado por el pitlane, su cámara onboard también pudo captar algunos gestos del piloto que claramente mostraban su descontento.
¡VAYA IMAGEN! 💥
El tremendo cabreo de Fernando Alonso golpeándose el casco justo después de la clasificación 😱#SingapurDAZNF1 🇸🇬 pic.twitter.com/xGr93w9aHY
— DAZN España (@DAZN_ES) October 4, 2025
Aunque no se conoce ciertamente el origen de su enfado, cuando en prensa le preguntaron qué había salido mal en esta clasificación, su respuesta pareció apuntar a estas modificaciones realizadas por Aston Martin antes de la Q1.