El Barcelona recibe este sábado a un Athletic Club que llega con Nico Williams al Camp Nou. El extremo internacional ha sonado los dos últimos veranos para reforzar la delantera culé, pero fue hace unos meses cuando más cerca estuvo de recalar en la Ciudad Condal. Todo parecía hecho, pero el pago de la cláusula de rescisión no se oficializaba y, de buenas a primeras, sin nadie esperarlo por Cataluña, el futbolista firmaba un nuevo contrato con el club vasco, por lo que le daba calabazas al conjunto culé, que tuvo que recurrir a la cesión de Marcus Rashford.
Habría que remontarse al verano de 2024 para recordar el primer momento en el que el Barcelona estuvo seriamente interesado en Nico Williams. Su amistad con Lamine Yamal y su gran Eurocopa le valió para que los azulgranas se lanzasen a por él, pero la situación económica del cuadro azulgrana seguía siendo delicada y el jugador tenía esos reparos de firmar ante la imposibilidad de ser inscrito. De hecho, se ahorró el culebrón que sí vivió Dani Olmo y optó por quedarse en Bilbao para intentar jugar esa final de la Europa League en San Mamés, sueño que no consiguió.
El fichaje frustrado de Nico Williams
Las relaciones entre el Barcelona y el Athletic Club comenzaron a fracturarse en dicho momento, ya que desde la Ciudad Condal se daba por hecho su fichaje o el deseo del propio jugador de recalar en el club azulgrana. Todo empeoró un verano después cuando Deco volvía al mercado para buscar a un extremo. El rechazo de Nico Williams el curso anterior le había cerrado las puertas, pero el ofrecimiento de su representante cambió todo y tras un encuentro entre el director deportivo y el agente parecía que todo estaba hecho. En Bilbao le daban por perdido y el Barça sonreía con su nueva adquisición. Otra vez, los cruces de declaraciones institucionales evidenciaban la guerra que mantenían las dos entidades.
En Bilbao le llovían las críticas por su silencio y vandalizaban el mural que tenía y en Barcelona se preparaban para recibirle con los brazos abiertos, pero de repente, una mañana, el Athletic Club anunciaba su renovación. La situación cambió radicalmente. Ahora, en el País Vasco celebraban la continuidad de su jugador estrella, mientras que en el Barça se quedaron anonadados con la decisión de Nico Williams, algo que enfadó tanto al club como a esa afición que esperaba verle correr por la banda izquierda y asociarse con su amigo Lamine Yamal.
¿Pitada a Nico Williams?
La temporada pasada Nico ya experimentó lo que era visitar el campo del Barcelona tras rechazarles por primera vez. Fue en agosto, por lo que todo estaba muy reciente y los aficionados culés le dedicaban una sonora pitada cada vez que tocaba el balón. Aquel día el Barça ganó 2-1 y el pequeño de los Williams experimentó un ambiente hostil hacia su persona por todo lo que había ocurrido ese verano en el que, por el medio a no poder ser inscrito, prefirió quedarse en el club de su vida.
Ahora, parece poco probable que los 45.401 aficionados que acudirán al Camp Nou a ver este Barcelona – Athletic Club de la jornada 13 de LaLiga EA Sports vayan a morderse la lengua. Será un día especial porque regresan a su casa después de dos años en obras, pero una vez superado ese éxtasis llegará presionar para conseguir los tres puntos. Una de las formas serán, casi con total seguridad, los pitos a Nico Williams, que desde el calentamiento va a conocer la opinión en forma de música de viento por parte de la hinchada azulgrana de lo que ha supuesto ese segundo «no» que le dio al club culé.