Es cierto que había muchas bajas, sobre todo en defensa, pero también es cierto que Xabi Alonso no deja de sorprendernos cada partido con sus alineaciones. Ya es habitual que en cada partido nos sorprenda con algún jugador, o con algún cambio de sistema, y tanto cambio, lo único que demuestra es que sigue sin dar con la tecla, ni en defensa, ni en el centro del campo.
Mendy, la gran novedad
Mendy volvió a vestir la elástica madridista seis meses después de su último partido, fue la gran sorpresa del día, porque Fran García, con más piernas, con más minutos, y más del estilo del vasco, parecía que partiría en el once al poner a Carreras como central. Aunque el nivel defensivo del francés es el que es, en lo defensivo estuvo bastante bien, mejor que la pareja de centrales, y más efectivo, en estas labores, que Alexander – Arnold. Jugó los 90 minutos, acabó acalambrado, pero cumplió. Eso sí, no ofreció nada a nivel ofensivo. Aún así, es una de las pocas buenas noticias que dejó la victoria en territorio griego.
Un centro del campo inédito
También hubo novedades en el centro del campo: Bellingham fue suplente, por una supuesta lesión, una sobrecarga que no le impidió salir en la segunda parte con un 2-4 en el marcador, no cuadra, y su sustituto fue Camavinga. Valverde también volvía al centro del campo, y Tchouaméni y Güler completaban el dibujo. El turco estaba más adelantado que en otros partidos, y Valverde y Camavinga no fueron un apoyo para un Tchouaméni que ya es un bastión imprescindible en el centro del campo. Ni pudieron hacerse con el partido, ni pudieron apenas jugar el balón, ni tampoco defendieron bien. Apenas aparecieron, sobre todo en la segunda mitad, y se vieron superados en todas las líneas.
La lectura de Xabi Alonso
Mendilibar no iba a cambiar su forma de jugar, iba a salir al ataque, a presionar arriba y a jugar en campo contrario todo lo que le permitieran. La idea del centro del campo era la de contener y crear una superioridad que brilló por su ausencia los 90 minutos. El planteamiento local tuvo sus riesgos, los asumieron y lo pagaron, y muy caro, porque Vinicius y Mbappé, con espacios, te matan, y si encima tienen su noche, poco hay que hacer. Los seis minutos que tardó Mbappé en marcar un hat-trick sentenciaron a un equipo que mereció más, y que casi logra un premio que se antojaba imposible.
Tampoco ayudaron los cambios: Xabi Alonso quiso mantener el balón, con Ceballos y Bellingham, pero el primero tuvo una de las peores noches de lo que va de temporada, y el segundo, sigue sin brillar, sigue sin poder ayudar al equipo, ni como le gustaría a él ni como le gustaría a Xabi Alonso.
Xabi Alonso volvió a innovar ante el Olympiacos. Más allá de las forzadas rotaciones, hizo cambios que no parecían estar en el guion, y la cosa no salió bien. La defensa estuvo mal, el centro del campo estuvo mal, y solo la inspiración de sus dos estrellas de ataque le valieron para evitar un problema importante. El equipo sigue sin encontrarse, la plantilla no es capaz de plasmar en el campo lo que le pide un entrenador que ayer apostó por un esquema más defensivo para sentenciar a la contra, algo que ha hecho el Madrid en los últimos años, pero se supone que no es el estilo de un Xabi Alonso que sigue buscando la manera de tener el balón, de controlar los partidos, pero que no lo encuentra.
