El Real Madrid atraviesa un momento de crisis. El mes de noviembre ha sido una hecatombe para Xabi Alonso y sus pupilos. En tan sólo 30 días, el cuadro merengue ha perdido el liderato liguero y ha provocado una enorme desilusión dentro del madridismo. Desilusión, y también división. Se han formado dos bandos: los que están con Xabi y los que están con los jugadores. En los últimos cinco partidos, el Madrid de Alonso ha perdido su sello de identidad. En el Mundial de Clubes, el técnico venía a revolucionar toda una entidad. Era aire fresco para el Santiago Bernabéu. No obstante, seis meses después de que haya tomado el cargo, el ex futbolista se está viendo totalmente superado por la situación.
El Real Madrid está tocado… pero ¿hundido? No. Aunque Xabi Alonso debe tomar cartas al asunto lo antes posible. El tolosarra rema a contracorriente. La grandeza del Santiago Bernabéu es tan bonita como cruel. Aquí, aunque la exigencia es máxima y todos lo saben, el error se paga caro. La historia se ha escrito a base de conquistas y de victorias. ¿Tres empates consecutivos? No sirven. En los pasillos de Valdebebas, el leitmotiv es el mismo siempre: «Ganar, ganar y ganar«. Xabi tiene que encontrar una solución. El tiempo no corre a su favor.
¿Qué soluciones tiene Xabi Alonso?
Pues, ganar. Parece fácil decirlo así, pero es lo que tiene que hacer el tolosarra en San Mamés y contra el Manchester City. Empezar a sumar de tres en tres si no quiere decir adiós a los banquillos del Santiago Bernabéu. Y, mala suerte para él, tendrá que hacerlo en la Catedral y ante Pep Guardiola. Pero, como dicen desde el club, «hay que seguir remando«. Porque al principio, todo rodaba. Empezó el curso sumando siete victorias consecutivas, y todo estaba bien. Hasta que llegó el primer tropiezo: el Derbi. En el Metropolitano, el donostiarra y sus jugadores cayeron en la trampa colchonera. Fueron inferiores en todo: desde el planteamiento del partido hasta el rendimiento visto en el césped del Metropolitano.
Después del Derbi, el Real Madrid levantó cabeza. Superó ese primer bache. Sumó otras seis victorias consecutivas, incluida una en el Clásico. En el Santiago Bernabéu, Xabi Alonso no recreó los errores vistos en el Metropolitano y todos sus pupilos siguieron el planteamiento. El tolosarra superó en todos los aspectos a Hansi Flick. Pero el Clásico también fue la chispa que lo encendió todo. Sobre todo por aquel cambio a Vinicius, cuando estaba siendo uno de los mejores futbolistas en el verde. «¡Me voy del equipo, me voy!«, soltó el carioca, mientras se iba a los vestuarios. El fuego empezó a prender.
El incendio Vinicius
Lo ocurrido entre Vinicius y Xabi Alonso aquel día fue el detonante. En el club, nadie entendió porque el tolosarra le cambió, pero le respaldaron. El brasileño, por su parte, se veía más fuera que dentro. Unos días después, pidió perdón públicamente a todos en redes sociales… menos a su entrenador. Algo «voluntario». Se disculpó en Valdebebas, y ya. Pero desde entonces, el vestuario no ha vuelto a ser el mismo, ya sea a nível anímico o en el juego. Algo pasaba.
Porque desde el Clásico, al Real Madrid le cuesta ganar. Derrotaron por 4-0 al Valencia y luego, 25 días después, asaltaron al Olympiacos con un póker de Kylian Mbappé, pero rozando la catástrofe de nuevo. En noviembre, los blancos apenas comparecieron. Amén de esas dos victorias, los merengues se dejaron la personalidad por el camino. Una derrota en Anfield, tres empates consecutivos ligueros y una pérdida del liderato dibujan también su mes. Pero nadie reaccionó en ningún momento.
¿El Real Madrid debe cargarse a Xabi Alonso?
La cuestión ahora es la siguiente: ¿debe irse Xabi Alonso en caso de titubear contra el Athletic y el Manchester City? Nadie tiene realmente la respuesta, pero las cosas se pondrían seriamente en su contra si el tolosarra no encuentra remedio a todo esto. El mes de diciembre no puede ser igual de malo que el mes de noviembre. En el club, ya se lo han comunicado a los jugadores y al entrenador. Piden una respuesta inmediata de verdad. Si no lo hacen, podría haber represalias.
Xabi Alonso debe empezar a tomar medidas. Algunos de sus jugadores no muestran la actitud necesaria para vestir la elástica del Real Madrid. El tolosarra debe atreverse a hacer «limpieza» y empezar a dar con la tecla en sus cambios. En Montilivi, dejó a Gonzalo García calentar durante media hora para finalmente sacarle en el 89′. Rodrygo, que lleva ya 30 partidos –1.339 minutos sin marcar–, salió en el 72′ y no tiró una sola vez. Mientras tanto, jugadores como Endrick también se quedan sentados en el banquillo, sin una mínima oportunidad. El donostiarra también tiene que hacer autocrítica en esos ámbitos.
La plantilla también necesita «enchufarse»
La plantilla necesita «despertar» y llevar las riendas. Mostrar carácter y personalidad, algo que «no se ha visto», dicen algunos en Valdebebas. Algunos de las «estrellas» deben «reaccionar» y «asumir» sus responsabilidades. Sino, el barco se hundirá. Es lo que hay. Es cierto que faltan fichajes. Ya la temporada pasada, Carlo Ancelotti pidió refuerzos en los laterales y en la zaga. No se le concedió ningún deseo. Este año, Xabi Alonso quería un centrocampista creativo. Un Zubimendi… pero nadie ha llegado.
Y ahora, en cierto modo, el tolosarra también está pagando los platos rotos de su directiva. Aun así, su equipo y él deben reaccionar para que el barco siga flotando. Todos lo saben: la exigencia en el Real Madrid es total. Pero, «es lo que hay», como cuentan algunos. Todos deben asumir sus responsabilidades y mirar hacia adelante. Primera parada, San Mamés. Luego recibirán al Celta y al Manchester City. Se vienen días decisivos para Xabi Alonso. Pero su misión es clara: «Ganar, ganar y ganar».
