Camavinga y Tchouaméni dan motivos a Xabi para soñar: un doble pivote fiable

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¿Y si Xabi Alonso había encontrado el motor de su equipo en San Mamés? Este miércoles 3 de diciembre, el Real Madrid arrolló al Athletic Club en la Catedral. 32 días después de su última victoria liguera, los blancos recuperaron la sonrisa en el País Vasco. Ante los bilbaínos, los pupilos del tolosarra se lucieron. Salieron con ganas al césped y desde las primeras jugadas, hicieron mucho daño a los locales. En el 7′ de partido, Mbappé ya abría la lata. El gol más tempranero de la temporada. Luego, antes del descanso, Camavinga firmó el segundo de cabeza. Y en la segunda parte, Kylian remató con un nuevo zapatazo. El Athletic intentó mostrarse, pero el Madrid fue superior en todo. Sobre todo en el medio del campo.

Camavinga y Tchouaméni le dan la vida a Xabi Alonso

Porque sí, la dupla Eduardo Camavinga – Aurélien Tchouaméni volvió a dar cátedra. Una fuerte apuesta de Xabi Alonso. El tolosarra «se cargó» a Arda Güler para dar entrada a Camavinga. El técnico merengue buscaba más seguridad y control. Y lo encontró. En San Mamés, los dos franceses se coronaron. ‘Cama’ salió con un gol, aunque también con una lesión, mientras que ‘Aurel’ volvió a ser «el jefe» de siempre. Parece ser que Xabi Alonso ha encontrado la fórmula.

Los dos formaron una pareja irrompible. Ambos no dejaron ni migas a los delanteros del Athletic Club. Fue un recital. Una demostración de poder, tranquilidad, pero sobre todo… tranquilidad. Algo que le falló a Xabi Alonso en el mes de noviembre. Le faltaban mecánicos en la sala de máquinas. Pero ahora, el tolosarra parece haber dado con la tecla. Tchouaméni y Camavinga se suben al carro para ser titulares hasta el final del año. Con ellos dos juntos en el doble pivote, el equipo no pierde. Y es un hecho.

Si se observan todos los partidos de este Real Madrid esta temporada, se puede observar un dato muy curioso. Como titulares, la pareja Tchouaméni – Camavinga jugó junta unos cinco partidos. Sin embargo, en únicamente tres de ellos los dos franceses compartieron el pivote. Contra el Getafe, el Olympiacos y el Athletic Club, el ‘6’ y el ’14’ fueron los dueños de la medular. En estas tres citas, los blancos ganaron. Contra el Barcelona y el Liverpool, también salieron de titular juntos. Sin embargo, existe un ‘pero’: Eduardo jugó de interior/extremo derecho. Una posición que no es la suya. Ahí, la cosa salió un poco peor: aunque el Madrid ganó el Clásico, los madridistas se llevaron un sopetón en Anfield. Pero el dato en sí desvela la clave del equipo de Xabi Alonso.

El doble pivote da más seguridad al Real Madrid

El doble pivote de Xabi Alonso da más seguridad al equipo, sobre todo cuando Eduardo Camavinga y Aurélien Tchouaméni lo forman. Es una evidencia. La gran prueba de ello fue el partido contra el Olympiacos en El Pireo. Allí, los dos franceses dieron un recital en la sala de máquinas. Aunque el Madrid encajó tres goles, los dos centrocampistas fueron el corazón del partido. Repartían el juego como querían. Que se lo digan a Eduardo, que acabó con una sublime asistencia –pase largo filtrado, a las espaldas de la defensa– a Kylian Mbappé. Una demostración de control y seguridad.

Sin embargo, ante el Girona en Montilivi, Xabi Alonso decidió «cargarse» a la dupla. Tchouaméni empezó el partido en solitario desde el pivote y luego Eduardo se unió a él después del descanso. Aunque jugaron algo menos de media hora juntos, cuando ‘Cama’ saltó al verde, las cosas cambiaron drásticamente. El Madrid empezó a ser más vertical, a mostrarse cada vez más peligroso. Todo esto fue provocado por el ‘6’. Mientras ‘Aurel’ aseguraba un poco más atrás, Camavinga se soltaba un poco más por delante. Y, otra vez, funcionó. Aunque el resultado fue un empate, los merengues salieron con notas positivas en el centro del campo con estos dos. En San Mamés, lo confirmaron.

En la Catedral, Mbappé dio su misa. Y el cura siempre necesita a sus acólitos para dar la celebración. Este pasado miércoles, Kylian pudo contar con un gran Vinicius, pero también con un doble pivote. Mientras que el ’10’ se hinchaba a goles, Camavinga y Tchouaméni se lo pasaban en grande en el círculo central. Fueron la columna vertebral. En algunos momentos, salvaron incluso los muebles. En San Mamés, Federico Valverde –les acompañaba en la medular– no estuvo del todo fino. Sin embargo, en varios balones que perdió el urugayo, detrás, uno de los dos pivotes recuperaba enseguida el esférico. Fueron una auténtica muestra de poder, control y seguridad. Todo lo que le faltaba al Real Madrid en sus últimos encuentros.

Tchouaméni se instala

Aurelien Tchouaméni firmó ante el Athletic sólida actuación. El francés fue el eje que sostuvo al equipo tanto en la salida de balón como en la protección del área propia. Sus 105 balones tocados –el que más dentro del equipo– evidencian su influencia en cada fase del juego. Con la pelota entre los pies, ‘Aurel’ exhibió precisión y criterio. Facturó el 89% de sus pases (73/82), con una gran fiabilidad tanto en campo propio (93%) como en campo rival (81%). Supo alternar pases de seguridad con cambios de orientación que dieron oxígeno al equipo y permitieron sostener la posesión en momentos de presión bilbaína.

En tareas defensivas, ofreció un auténtico recital: seis despejes, cinco recuperaciones, dos intercepciones y cinco entradas ganadas (de siete disputadas). Además, dominó los duelos, tanto a ras de suelo (5/7) como en el juego aéreo (4/7), frenando los intentos de progresión de los vascos y corrigiendo con velocidad las vigilancias a su espalda. Aurélien Tchouaméni se instala en la sala de máquinas del Real Madrid. El pivote está siendo uno de los elementos claves de Xabi Alonso y el tolosarra apenas se deshace de él. ‘Aurel’ es el cuarto jugador de campo de la plantilla del Real Madrid con más minutos (1.476′).

Camavinga se reivindica… aunque vuelve a caer lesionado

Eduardo Camavinga está de dulce. En San Mamés, junto a Tchouaméni, el ‘6’ volvió a hacer de las suyas. Una semana después de asistir en El Pireo, ‘Cama’ tumbó la casa en Bilbao. Firmó el 0-2 después de una gran combinación ofensiva de los merengues cerca del área bilbaíno. Su segundo tanto del año, el segundo de cabeza. Y, como ‘Aurel’, Eduardo dio un recital. El francés fue el motor de la sala de máquinas: recuperó siete balones y ganó el 91% de sus duelos –10/11 en el suelo, 1/1 en los aires–. Completó 88% de sus pases (44/50), de los cuales cinco (de seis) fueron en largo. Además, enjauló el único ‘tiro’ que lanzó a puerta.

Eso sí, hay un nuevo ‘pero’. En el 69′ de partido, Camavinga se echó al suelo y pidió el cambio. El francés se dolía en el tobillo izquierdo después de un pisotón de Berenguer en el tobillo izquierdo. Aunque al principio la lesión parecía «preocupante», fuentes del Real Madrid confirmaron que «no parecía tan serio». Por ende, Eduardo encendió las alarmas, pero las apagó rápidamente. Eso sí, este jueves, él y Trent Alexander-Arnold pasarán pruebas en Valdebebas. Pero no se espera nada grave, por lo menos, para el francés.

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