El Real Madrid empieza a perder la paciencia con el arbitraje. Ante el Celta de Vigo, la entidad blanca terminó profundamente molesta con Alejandro Quintero González, colegiado del encuentro. Aunque el club evitó manifestarse públicamente, el enfado en los pasillos del Santiago Bernabéu era evidente. Pese a cometer solo seis faltas en todo el partido, siete integrantes madridistas vieron tarjeta amarilla –entre ellos Xabi Alonso–, y el árbitro mostró además tres cartulinas rojas. El Celta de Vigo cometió 12 faltas: sólo una acabó con tarjeta amarilla. Una actuación que, según el análisis posterior de Real Madrid Televisión, fue tachada de «vergonzosa» e incluso «histórica«. El malestar va en aumento. El Real Madrid empieza a cansarse del arbitraje… y los jugadores, también.
El Real Madrid la tuvo con el arbitraje
El encuentro del Real Madrid dejó una de las actas arbitrales más cargadas de la temporada. Alejandro Quintero González reflejó hasta seis amonestaciones, tres expulsiones y una incidencia posterior al encuentro, en una noche marcada por la tensión y las protestas. En el minuto 62, Jude Bellingham fue el primero. Entró al terreno de juego sin la autorización del árbitro y se llevó la primera amonestación del partido. Apenas un minuto después, Fran García vio la tarjeta amarilla por una entrada temeraria, acción que repitió en el minuto 64 y que le costó la expulsión por doble amonestación. Algo que dejó perplejo a todo el Santiago Bernabéu… y sobre todo a Xabi Alonso. El tolosarra no dio crédito de lo ocurrido y reprochó a su lateral izquierdo la jugada: «¡Fran, no me jodas!»
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— Argamboy (@argamboyfantasy) December 7, 2025
La tensión se trasladó al tramo final del choque. En los dos primeros minutos del descuento, Álvaro Carreras, Fede Valverde y Rodrygo Goes fueron sancionados por realizar observaciones técnicas hacia el colegiado. En ese mismo escenario, Carreras terminó viendo la tarjeta roja directa. El gallego se fue a por Quintero González y le dijo lo siguiente: «Eres malísimo». Se juega una suspensión de dos partidos –en Liga– por desconsideración al árbitro. Pocos segundos más tarde, el joven Endrick fue igualmente expulsado por levantarse del banquillo y encararse con el cuarto árbitro, siendo retenido por miembros del cuerpo técnico. El propio Xabi Alonso vio amarilla en el minuto 73 por protestar una de las decisiones arbitrales desde la zona técnica. Una masacre.
Y algún otro jugador también
Y la cosa no se quedó allí. Amén del «eres malísimo» de Álvaro Carreras, Alejandro Quintero González también tuvo que lidiar con la furia de Dani Carvajal. Aunque el capitán del Real Madrid sigue en la enfermería, el lateral derecho vio el final del partido desde la salida del túnel de vestuarios. Cuando Quintero González pitó el final del encuentro, el defensa esperó al colegiado y le recriminó su actuación. «El nivel que dais y llorando luego en rueda de prensa«, soltó Carvajal a Alejandro Quintero dentro del túnel, haciendo referencia a lo ocurrido con Ricardo De Burgos Bengoetxea en la pasada final de Copa del Rey.
Dani Carvajal, a Alejandro Quintero González al finalizar el partido:
«El nivel que dais y llorando luego en rueda de prensa».@Grada3com pic.twitter.com/Ab7bolEGnO
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Xabi Alonso también cargó en rueda de prensa. «Nos ha desquiciado las decisiones del árbitro. No me ha gustado la actuación. La tarjeta a Álvaro… no sé, muy discutible. Es lo que nos ha sacado del partido. Es lo que no me ha gustado del partido», explicó el tolosarra. Un malestar claro.
Ya dentro del vestuario, según ha podido saber Grada 3, el enfado entre los jugadores respecto al arbitraje también fue mayúsculo. Carreras seguía sin dar crédito de lo que le había ocurrido. Mientras tanto, otros jugadores mostraban su indignación respecto a la prestación del cuerpo arbitral. Aunque su partido, a nivel de juego, dejó mucho que desear, la sensación respecto al arbitraje todavía era más amarga.
Domingo negro para el Real Madrid
Y es que el malestar con los árbitros no viene sólo del primer equipo, sino también con el filial. Este domingo, el Castilla se enfrentaba al Zamora. En tierras leonesas, los canteranos del Real Madrid consiguieron sacar un empate a dos, pero a qué precio. En el Ruta de la Plata, Arbeloa y sus pupilos también sufrieron de injustiticas arbitrales. Una supuesta mano de Mario Rivas fue señalada como penalti y privó a los blancos de un triunfo. «Es difícil explicarse que esto ocurra semana tras semana, es vergonzoso«, señalaban fuentes del club al Diario AS después del encuentro.
Una semana antes, Álvaro Arbeloa ya había cargado contra el arbitraje en rueda de prensa. Algo poco inédito en Valdebebas desde que es el técnico del Real Madrid Castilla. «Para mí en el gol del Barakaldo hay una mano muy clara. Cualquiera que haya jugado al fútbol lo sabe, sólo tienes que ver cómo sale el balón y hacia dónde sale para saber que ese control no es con el pecho. También hubo un penalti a Palacios muy claro, y la roja que le sacan a Leiva es de broma. Es una semana más en la que el Castilla acaba con dos expulsados. Siempre parece que la moneda cae del otro lado y es algo con lo que, parece que no, pero todas las semanas se repite y contra lo que tenemos que luchar. Y no es fácil luchar contra todo esto«, explicó el entrenador del filial en unas declaraciones recogidas por el AS.
Una persecución en todos los niveles
En el Real Madrid se ha instalado una sensación de hartazgo que trasciende lo deportivo. Desde hace meses –y años incluso–, el discurso interno y mediático sugiere que el club se siente sometido a un trato injusto y desproporcionado por parte del estamento arbitral. No se trata ya de una polémica aislada, sino de un malestar acumulado que afecta al primer equipo, al cuerpo técnico, e incluso a la cantera. La percepción es clara: cada partido refuerza la idea de que el Real Madrid compite en un contexto hostil.
Los jugadores –del primer equipo y del filial– perciben que deben contenerse más que los rivales, que cualquier protesta o entrada puede transformarse en sanción. Esa tensión acumulada, a menudo contenida en la superficie, se traduce en frustración y en un sentimiento de indefensión que condiciona la competitividad de los equipos madridistas. Real Madrid Televisión ha amplificado esa sensación, convirtiéndola en narrativa pública. Es la construcción de una identidad de resistencia: el gran club que, pese a su poder e historia, se considera víctima de un sistema que lo señala por su propio peso mediático.
El resultado de todo ello es un clima de desconfianza generalizado. El Real Madrid ya no discute solo los arbitrajes, sino la legitimidad del sistema que los ampara. Fran Soto, presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), cuenta que el Caso Negreira debe «olvidarse lo más rápido posible». Pero es imposible. Esa dinámica abre un escenario delicado, en el que la confrontación reemplaza al diálogo y la sospecha sustituye a la autocrítica. Quizá no se trate tanto de perseguir culpables, sino de asumir que el fútbol español vive instalado en una crispación estructural de la que nadie –ni siquiera el Real Madrid– puede escapar indemne.
