El Real Madrid atraviesa una de sus peores rachas en los últimos años. El proyecto de Xabi Alonso, que arrancó con ilusión, incluso con resultados, se ha ido desvaneciendo, especialmente en el último mes y medio de competición. El equipo comenzó como un tiro, encadenando victoria tras victoria, faltaba fútbol, pero parecía que había una idea que iría madurando con el paso de las jornadas, pero ahora el equipo se ha hundido, y ni la vuelta al Santiago Bernabéu ha logrado paliar la mala racha, es más, después de seis partidos fuera de casa de forma consecutiva, la vuelta al templo blanco ha supuesto dos derrotas seguidas. Pese al respaldo de los jugadores al entrenador en el último partido, la continuidad del técnico se sostiene con alfileres, demasiado para la presión que soportan.
La llegada de Xabi Alonso al Real Madrid
Xabi Alonso llegó al Real Madrid en el mes de julio, una vez concluida la temporada de Liga, para afrontar un Mundial de Clubes donde el objetivo del equipo, irreal pero obligatorio, era lograr el título. Era tan irreal el objetivo, que fue fácil ilusionarse con un equipo que mostró otra cara y que fue capaz de superar rondas, con una idea de juego diferente, sin consolidar, pero que daba muestras de lo que estaba por venir. El PSG, recién campeón de Europa unas semanas antes, puso en su sitio al equipo en semifinales, a un paso de una nueva final, y ya sabemos cómo se las gasta este equipo en las finales. Fue un resultado contundente, eso sí, no hay que olvidar que dos de los tres goles fueron errores garrafales de Rudiger y Asencio, precisamente los dos únicos centrales sanos que tiene ahora el equipo.
Así que, después de una temporada complicada con Ancelotti, el Mundial de Clubes dejó un regustillo agradable de cara a esta temporada. Un curso que comenzó sin apenas pretemporada, pero donde los blancos cumplieron, y vamos que lo hicieron: con una idea parecida al Mundial de Clubes, aun con falta de fútbol, los resultados llegaban con facilidad, con contundencia. El equipo volaba, muy bajo, pero volaba, y todo hacía prever que iría para arriba. Se ganó todo hasta que el Atlético de metió la mayor goleada en 75 años. Resonaron las alarmas, y mucho, el pánico a los equipos grandes, la evidencia de que aún no se había alcanzado ese nivel creo las primeras dudas. Pero después de volvió a ganar todo, a la espera de la siguiente gran parada, que no era otra que el Clásico. Ese día cambió todo.
La debacle de Xabi Alonso
Por fin el Real Madrid ganó a su eterno rival, al Barcelona en casa, jugando bien, aunque con el resultado justo. Lo que debía ser el día para celebrar, para ganar más que confianza, se echó todo a perder cuando Vinicius se convirtió en el gran protagonista del Clásico, mostrando al mundo de manera descarada su enfado con Xabi Alonso. Lo eclipsó todo, creo un socavón que se fue haciendo más grande a medida que pasaban los partidos. Porque justo después de ganó al Valencia en casa, pero ahí se acabó el Madrid que tanto estaba ilusionando.
A partir de esa bronca con Vinicius, se supo que otro de los capitanes, Valverde, también estaba en contra del entrenador, y luego salió Bellingham, ambos por no jugar donde les gusta. También se sumó Rodrygo, Endrick. El equipo se dejó en los terrenos de juego, primero con un Liverpool que, por entonces, estaba en crisis, que lo sigue estando ahora, pero que encontró un oasis con el equipo blanco. Courtois evitó que fuera una vergüenza. Fue el primero de ochos partidos en el en que el Madrid solo ha ganado dos, Olympiacos y Athletic, el principio de seis partidos fuera de casa que han provocado que los dos siguientes, en el Bernabéu, hayan sido dos derrotas.
Las consecuencias son, un equipo que ha perdido 9 puntos en Liga en cinco partidos, mientras que el Barcelona lo ha ganado todo, lo que ha supuesto que los de Xabi Alonso hayan pasado de liderar el campeonato de Liga con 5 puntos, a estar por detrás a 4. En la Champions League, mantienen el top-8, van séptimos empatados con el Atlético de Madrid (octavo). Y en lo que afecta a la plantilla, un Real Madrid en la UCI que no encuentra la manera de mejorar, y el siguiente paso puede ser el despido de Xabi Alonso.
El Real Madrid, a salir de la UCI
Algo parece haber cambiado en el Real Madrid tras la derrota del Celta: después del intervencionismo de la directiva en el vestuario, se produjo una tibia unidad que se reflejó en Bilbao, pero que volvió a diluirse en la vuelta al Bernabéu ante el Celta. Porque la imagen ese día del equipo, no fue para que echaran al entrenador, fue para que varios jugadores no volvieran a ponerse la camiseta blanca. Sin embargo, ante el Manchester City, el equipo dio otra imagen, al mismo tiempo que muchos jugadores, los importantes, respaldaron a su entrenador con unanimidad, como debieron hacer mucho antes, quizá demasiado tarde. No se ganó, pero cambió la actitud completamente de los jugadores, algo que no vale en la casa blanca, pero por algún lado hay que empezar a voltear esto.
Ahora el equipo tiene que dar un paso al frente, y viendo los rivales a corto plazo, lo lógico sería pensar que se pueden obtener cosas negativas, pero la cosa pinta mal. Primero se visita este domingo Vitoria: El Alavés espera en Mendizorroza, un partido que debería ser “fácil” para los blancos, pero ojo, que pueden llegar hasta con 12 bajas. Después toca la Copa ante el Talavera, más le vale a los de Xabi Alonso no liarla, porque la derrota ante un equipo de Primera Federación significaría el cese inmediato del entrenador. Y para acabar el año, se recibe a un Sevilla que ha mejorado respecto a las últimas temporadas, pero al que se le debería ganar.
Y nada más comenzar el nuevo curso, llega el Betis y toca viajar a jugar la Supercopa de España. Las semifinales serán ante el Atlético de Madrid, y el ganador debería enfrentarse con el Barcelona. Un título en juego que podría cambiarlo todo, para bien o para mal.
Por último, después se jugarán los dos partidos que poner punto y final a la fase de Liga de la Champions League, se visita Mónaco y se recibe al Benfica. Dos partidos clave para cerrar el top8 y librarse de una ronda, clave con un calendario tan exhausto y, sobre todo, por el mero hecho de ahorrarse una eliminatoria muy dura como son las de la Champions, sea cual sea el rival.
Así que toca levantarse y sacar al equipo de los cuidados intensivos. El calendario a corto plazo parece factible, pero este Real Madrid ya ha demostrado que se le puede atragantar cualquier equipo. 2026 empieza fuerte, con el primer título de cierta entidad en juego, donde se verá si el equipo ha sido capaz de mejorar o si, por el contrario, supone la evidencia de un proyecto que ilusionó, pero que podría estar muerto, al menos para esta temporada, complicado que tuviera una segunda oportunidad.