Xabi Alonso se hizo cargo del Real Madrid el pasado mes de julio, apenas 18 días antes de que el equipo iniciara su primera participación en el Mundial de Clubes. Su llegada estaba más que planeaba, ya se hablada de él desde mucho antes, incluso desde antes de que estuviera cuestionado Ancelotti, pero fue un clamor cuando se iba acercando el final del curso pasado y se vislumbraban cambios en la dirección deportiva. Fue u fichaje avalado por todos, directiva, aficionados y por mucho sector de la prensa. Su etapa gloriosa como jugador, donde ya se le veían maneras de entrenador, y su paso por el Bayer Leverkusen, rompiendo récords de la liga alemana que ni el propio Bayern Munich había podido realizar en su historia, le valieron para ganarse la confianza de todos. Seis meses después, las dudas y su futuro están más en duda que nunca.
Xabi Alonso y su llegada al Real Madrid
El Real Madrid fue consciente de que sería muy complicado acabar la temporada pasada con títulos cuando perdió la Supercopa de España ante el Barcelona. Fue en ese momento cuando Xabi Alonso comenzó a ganar enteros para convertirse en el sustituto de Carlo Ancelotti, ni más ni menos, que el entrenador más laureado en la historia del club. A medida que fueron pasando los primeros meses de 2026, parecía evidente que el ciclo del italiano había terminado, y todo acabó de confirmarse con la eliminación en Champions ante el Arsenal, sin nada que hacer.
Para entonces, Ancelotti ya había vuelto a contactar con Brasil, que lleva años detrás de él, y el Madrid lo había hecho con un Xabi Alonso que seguía sin soltar prenda, pero que empezaba a recibir el ultimátum de su club para la renovación. El primer paso lo dio el italiano, confirmando su adiós, después de que el Real Madrid perdiera la final de la Copa del Rey, también ante el Barcelona, y el mismo se encargó de confirmar que el tolosarra sería su sustituto, afirmando que estaba preparado para asumir el banquillo blanco. No se hizo oficial hasta final de Liga, cuando se confirmó su fichaje y que se incorporaría al equipo para hacerse frente del equipo en el Mundial de Clubes.
Los comienzos en el Real Madrid
El primer partido de Xabi Alonso con el Real Madrid generó muchas dudas, porque no cambio nada respecto a lo que se veía con Ancelotti. La única diferencia fue que Gonzalo salió en el once por un lesionado Mbappé, y marcó el gol del empata ante el Al-Hilal. Pero ya en el segundo partido, cambió radicalmente, sentó a Rodrygo (parecía que nunca más volvería vestir de blanco), siguió apostando por Gonzalo, que siguió marcando goles, y el equipo cambio la forma de jugar y la forma de presionar. Faltaba fútbol, pero era lo que se esperaba de él. El Real Madrid firmó el torneo que se espera de una entidad como la blanca, llegando hasta semifinales, donde el actual campeón de Europa (reciente en ese momento), el PSG, pasó por encima de los blancos, eso sí, con dos errores de Rudiger y Asencio clave en los primeros minutos que marcaron el partido.
Con el inicio de la nueva temporada, el equipo siguió con esa misma línea del Mundial, con un equipo comprometido en lo colectivo, presionando arriba, marcando goles y recibiendo muy poco. Y marcando territorio con los jugadores, sobre todo con un Vinicius al que no parecía gustarle mucho tener menos minutos (incluso ser suplente) de lo que estaba acostumbrado. El equipo logró uno de los mejores comienzos de la historia del club, pero el Atlético de Madrid se encargó de generar la primera crisis, tras golear a los blancos, cinco goles, algo que no hacían los rojiblancos a sus vecinos desde hace 75 años. Estaba en entredicho la capacidad del Real Madrid, contra los grandes. Porque hasta la fecha había goles, resultados, pero faltaba fútbol, y los de Simeone fueron una bofetada de realidad. El equipo se levantó, volvió a ganar todo en el siguiente mes de competición, hasta que llegó el Barcelona.
El Barcelona lo cambia todo
El eterno rival, el partido que estaba marcado en rojo en el calendario, fue quien derrumbó todo lo que parecía haberse construido, el que mostró que algo estaba pasando dentro del vestuario. Porque lo más triste es que los blancos hicieron un buen partido, se llevaron la victoria, pero Vinicius se encargó de enseñarle al mundo entero que había un problema en el vestuario, un problema con el entrenador.
El equipo empezó a deshacerse en ese momento, llegó una última victoria ante el Valencia, pero se empezaban a conocer los problemas internos, encabezados por el brasileño, que amenazó con irse del Madrid, seguidos por otro de los capitanes, Valverde, por jugar de lateral, seguido por Bellingham, por Rodrygo, por Endrick. El equipo cayó ante el Liverpool, otro grande, en un partido donde los de Xabi Alonso mostraron su peor cara, y solo Courtois evitó la vergüenza de un resultado que pudo ser mucho peor. Y se pasó de tener una ventaja en Liga de 5 puntos sobre el Barcelona, a estar ahora 4 puntos por detrás de los blaugranas. Hasta el punto que la continuidad del entrenador, a día de hoy, está más en duda que nunca.
Qué ha cambiado en el Real Madrid
Xabi Alonso provocó el efecto habitual cuando hay un cambio de entrenador, y al principio, todos le seguían. Pero el cambio fue radical, se pasó de un entrenador de la vieja escuela, como Carlo Ancelotti, a un entrenador del fútbol moderno, del siglo XXI, con una metodología de trabajo y una disipación táctica completamente diferente. La inexperiencia de Xabi Alonso en un banquillo de un grande le pudo jugar una mala pasada con la gestión de unas estrellas que son difíciles de domar, y más si vienen de una época donde el anterior entrenador les daba más libertad.
Los episodios que han transcurriendo en estos seis meses han cambiado a Xabi Alonso, a quien se le veía muy seguro con su método, con sus rotaciones (todos tenían oportunidad al inicio de la temporada, ya no), que venían acompañados de resultados. Pero el vestuario se rompió y los jugadores han comenzado a no hacer lo que el les pedía, no hay más que ver los partidos del inicio de campaña con los de ahora.
Xabi Alonso ha logrado en los últimos partidos que la plantilla, de cara a la galería, se muestra a favor de él, como una unidad, pero esto no se ha traducido en victorias. Parece que ha cedido ante los jugadores, que ha dejado de lado la esencia que siempre le ha caracterizado, el motivo por el que le fichó al Real Madrid. Se le ve nervioso en rueda de prensa, titubear con sus declaraciones, estar más tenso de lo habitual, consciente de que las cosas que hace, las que intentar, no le acaban de salir. De momento, ha logrado salvar el vestuario, veremos cuánto le dura, y si le dejan.
El juego del equipo sigue sin convencer, no hay un estilo reconocible en el terreno de juego, no ha logrado arreglar el problema en el centro del campo y el juego es plano y dependiente de Vinicius y, sobre todo, de Mbappé. Todo lo que pintaba bien al inicio de temporada, con un equipo compacto, presionando y robando arriba, marcando y concediendo muy poco, ha desaparecido, convirtiendo a Courtois (junto al francés), a los mejores de lo que va de temporada.
La Supercopa podría ser lo que acabe de darle la vuelta a todo a lo que ponga punto y final a un proyecto que comenzó siendo ilusionante, que comenzó bien, pero que se ha torcido completamente y no parece que vaya a tener buena solución.






